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Los museos abrazan el arte femenino: ¿una tendencia de mercado efímera?

Imagen de la exposición ‘Luisa Roldán. Escultora real’ en el Museo Nacional de Escultura. Ministerio de Cultura de España

En poco más de tres meses, 38 462 visitantes acudieron a ver Luisa Roldán. Escultora real, la última exposición estrella del Museo Nacional de Escultura de Valladolid (España). Es la segunda exhibición temporal con mayor número de asistentes de su historia, solo por detrás de Almacén. El lugar de los invisibles (51 707 visitantes), cuya duración fue más extensa (unos 12 meses) al interrumpirse por la pandemia de covid y reabrirse después.

Durante unos meses, la capital del Pisuerga ha sido centro de turismo cultural. Más que una simple exposición dedicada a una artista barroca pionera en su tiempo, se ha concebido como un evento rodeado de actividades complementarias.

Con este planteamiento se acerca el arte al público general, mostrando que avanza al ritmo de la sociedad actual. La iniciativa sigue la senda de otros museos públicos, como el Museo del Prado con sus itinerarios de “El Prado en Femenino”.




Leer más:
¿Cómo sería el Museo del Prado sin sus promotoras artísticas?


¿Es una moda aislada? Nada es casual. De un tiempo a esta parte, vivimos un cambio de tendencia en las adquisiciones de bienes culturales y artísticos, en particular aquellas de organismos públicos como el Ministerio de Cultura.

El Estado busca impulsar el reparto de obras en museos y archivos de distintos territorios de España y, especialmente, visibilizar la obra de mujeres artistas. Es un compromiso directo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, tanto el de “Reducción de las desigualdades” como el de “Igualdad de género”. El arte, con su transferencia a la sociedad, es un medio ideal para ello.

Compromiso con los ODS: ¿por qué es tan prioritario ahora?

El tsunami repentino de la pandemia covid-19 sensibilizó sobre la importancia de la resiliencia en las organizaciones y personas. La resiliencia, capacidad en auge, ayuda a adaptarse ágilmente a los cambios inesperados de nuestro alrededor.

Para fortalecerla, las organizaciones se agarran a ese compromiso con los ODS. Solemos verlo bajo el nombre de “estrategias de sostenibilidad” o su acrónimo inglés ESG (environmental, social and governance), que hace referencia a los tres pilares que abarca: medioambiente, sociedad y buen gobierno.

Numerosos estudios científicos encuentran que las organizaciones con mejores calificaciones de sostenibilidad sufren menores pérdidas en crisis como la financiera o la del covid-19. Entre el variado abanico de prácticas ESG, potenciar la igualdad de género crea valor, gracias a que los grandes inversores que mueven los mercados muestran un mayor aprecio por estas cualidades no monetarias.


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El mercado de arte femenino cotiza al alza

El mercado del arte ha sido caldo de cultivo para que los sesgos o las preferencias personales de sus participantes, según la cultura dominante en cada época, se reflejen en los precios de las transacciones. Esto se ve favorecido por algunas características peculiares de este mercado, como que su valor económico viene determinado por la demanda (y no por la oferta) o que los artistas no juegan un papel activo.

Tradicionalmente, las investigaciones han mostrado que las obras de arte elaboradas por mujeres alcanzaban menores precios en las subastas en comparación a obras similares realizadas por hombres. Ese “descuento” era más pronunciado en países con mayor desigualdad de género.

Con la implementación de las estrategias sostenibles, la tendencia está dando un giro de 180 grados. Más que un cambio de moda con caducidad, esta revalorización del arte en femenino es una herramienta para romper “techos de cristal” y visibilizar el nuevo papel de la mujer en la sociedad actual.

Paradigma de esta tendencia: la Roldana y el resurgir de su obra

El Museo Nacional de Escultura realizó adquisiciones culturales en el año 2024 por casi 1 518 000 €. De este total, alrededor de un 45 % correspondió a dos obras de Luisa Roldán: El éxtasis de María Magdalena (330 000 €) y cuatro figuras de Nacimiento (350 000 €).

Tabla que indica las adquisiciones de bienes culturales en el año 2024.

Ministerio de Cultura

Luisa Roldán, “la Roldana”, constituye un excelente ejemplo de este resurgir de la obra de mujeres artistas. Hija del afamado escultor sevillano Pedro Roldán, su carrera artística se consolidó entre finales de la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII. Alcanzó uno de los mayores honores al que podía aspirar un artista en la España del Barroco, al ser nombrada en 1692 escultora de cámara de Carlos II. Ninguna mujer había conseguido acceder antes a este puesto, que siguió desempeñando bajo el reinado Felipe V hasta su muerte en 1706. Ello le dotó de una posición de preeminencia, fama y prestigio.

Escultura de un ángel venciendo a un demonio en el suelo.
El arcángel san Miguel venciendo al demonio, de Luisa Roldán.
Roberto Muñoz Martín. Galería de las Colecciones Reales, Patrimonio Nacional, 10034690.

Además de algunas importantísimas obras en madera –como el espectacular San Miguel Arcángel que ha sido recientemente restaurado y puede admirarse hoy en la Galería de las Colecciones Reales–, en la corte destacó especialmente por su fecunda actividad en grupos de barro cocido. En este material modeló un considerable número de obras religiosas de pequeño tamaño y carácter devocional que tuvieron una enorme aceptación y demanda en su momento

En la actualidad, el interés artístico y coleccionista por su obra se ha expandido a nivel internacional. Esto ha ampliado considerablemente el corpus de sus obras conocidas. Muy recientemente, importantes museos nacionales e internacionales se han hecho eco de este auge, adquiriendo en el mercado de arte anticuario destacadas piezas inéditas. Es el caso, por ejemplo, del Museo Nacional de Escultura, el Museo de Bellas Artes de Sevilla, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Detroit Institute of Art, la National Gallery of Art de Washington, el Philadelphia Museum o Art o el Los Angeles County Museum of Art.

Las políticas de desarrollo sostenible inundan cada vez más parcelas de nuestra vida cotidiana. Entre el boom de métricas cuantitativas, la iconografía del arte parece convertirse en un medio que refleja esos cambios y sirve de estímulo para integrarlos en la sociedad. Las nuevas tendencias en el mercado artístico y las adquisiciones de los museos públicos lo han situado en un primer plano hacia el compromiso con los ODS. Parece vislumbrarse una prima de valor por sostenibilidad en este mercado.


Los autores agradecen la colaboración del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, especialmente a Óscar Fernández Fernández (Departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales) y Eva García de la Iglesia (Programas Públicos) del Museo, por el suministro de datos de registro de visitas.

The Conversation

Álvaro Pascual Chenel pertenece al Grupo de Investigación Reconocido de la Universidad de Valladolid y Unidad de Investigación Consolidada de la Junta de Castilla y León, Arte, poder y sociedad en la Edad Moderna. Este trabajo forma parte del proyecto PID2021-124832NB-I00, financiado por MICIU/AEI/10.13039/501100011033/FEDER, UE; y del proyecto PID2023-148329NB-I00, financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/FEDER/UE.

Pilar Velasco pertenece al Grupo de Investigación Reconocido en «Finanzas y Contabilidad» de la Universidad de Valladolid, y a la Unidad de Investigación Consolidada nº 260 de la Junta de Castilla y León. Este trabajo forma parte del proyecto PID2023-150140NA-I00, financiado por MCIU/AEI/10.13039/501100011033/FEDER, UE.

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Cuando pensamos con el coche: las palabras que usamos influyen en cómo nos movemos por la ciudad

“Me costó toda una vida aprender a pintar como un niño”.

Pablo Picasso

A medida que cumplimos años, nuestra visión del mundo deja irremediablemente de ser nuestra. Liberarse de los filtros que se van interponiendo entre nosotros y la realidad es algo muy complejo. Los genios como Picasso son conscientes de ello; el resto normalmente no nos damos cuenta.

Una parte del mundo la vemos con los ojos, pero otra gran parte nos llega tamizada por el lenguaje y los procesos de socialización. Con frecuencia, resulta complicado identificar esta visión como parcial y sesgada. Así sucede también cuando observamos (y hablamos) de la movilidad urbana.

A menudo vemos coches aparcados encima de las aceras obstruyendo el paso. En ocasiones incluso en parques o paseos, aparcados de manera ilegal. En inglés la palabra carspreading describe la acción de estos conductores, haciendo un paralelismo con el término manspreading que designa el habitual despatarre masculino en los medios de transporte.

En español carecemos de una palabra que describa ese uso desconsiderado del espacio público. El vacío léxico dificulta la comunicación, y lo que no se puede nombrar pasa más desapercibido. Aquello de lo que no se habla difícilmente se puede evitar.

Un hombre con las piernas abiertas ocupando más espacio en el transporte público y un coche ocupando la acera.
El manspreading y el carspreading.
Eric Fischer/Wikimedia Commons-WNYC New York Public Radio/Flickr, CC BY-SA

Lo normal es el coche

La relación entre lengua y realidad es bidireccional. Los vacíos léxicos pueden venir determinados por modelos cognitivos –con frecuencia institucionalizados y dominantes– que nos hacen ver la realidad de manera sesgada. Uno de estos sesgos es la motonormatividad.

El pensamiento motonormativo enfatiza la conducción como forma de movilidad natural e impide juzgar como incívicos comportamientos al volante que en otros contextos identificaríamos casi como “antisociales”.

Esto se observa muy bien en los titulares de prensa que recogen accidentes automovilísticos y que a menudo utilizan diversas estrategias lingüísticas para silenciar la responsabilidad de los conductores.

La metonimia “coche” por “conductor”, por ejemplo, es una gran aliada de la motonormatividad. Titulares como “Un coche atropella a una joven” presentan automóviles que parecen tener vida propia. Curiosamente, la misma estrategia no suena natural cuando el vehículo es una bicicleta (“Una bicicleta atropella a un peatón”). En estos casos sí se suele hacer explícito el verdadero agente de la acción.

La voz pasiva también logra ocultar al responsable del atropello: “Herido grave un niño de 6 años tras ser atropellado”.

Si las estrategias anteriores no son suficientes para silenciar la responsabilidad de los conductores, siempre se puede echar la culpa a entes abstractos: “Los accidentes de tráfico se han cobrado la vida de 261 personas en lo que va de año” o “Un total de 1 755 personas fallecieron en las carreteras y calles españolas por culpa de un accidente de tráfico”.

La mentalidad motonormativa se extiende al uso de la cortesía verbal. A menudo los mensajes dirigidos a los conductores son más corteses (“Por favor, respeten los vados”) que los que damos a los niños (“Prohibido jugar al balón bajo sanción municipal”).

Un cartel de 'por favor respeten los vados' al lado de otro que dice 'prohibido jugar al balón menores de 4 años bajo sanción'.
Mensajes (educados) para los conductores y mensajes (categóricos) para los niños.
Facebook Ayto. de Alpera y Aragón noticias

Metáforas de movilidad

La motonormatividad es una forma de ver el mundo que forma parte de nuestro sistema conceptual y se plasma también en las metáforas que usamos para entender y hablar de la movilidad.

Hablamos metafóricamente de la movilidad como un sistema circulatorio en el que las calles son las venas y arterias de la ciudad, y los vehículos a motor la sangre que discurre por ellas. Los obstáculos a la movilidad motorizada ponen en peligro todo el sistema y la salud de la ciudad en su conjunto. Basta leer un artículo en el que se explica cómo la covid-19 consiguió “atacar” la esencia de las ciudades, “desconectando sus órganos” y “debilitando” el transporte público, entendido como “su sistema circulatorio”.

La metáfora de la ciudad como un cuerpo tiene una función instructiva, y nos permite entender cómo funciona la movilidad urbana.

Pero además de instructivas, las metáforas también legitiman distintas formas de ver el mundo. Por eso, diversos estudios enmarcados en la ecolingüística proponen desenmascarar las narrativas lingüísticas y metafóricas que silencian los problemas de una movilidad exclusivamente motorizada.

Resistir con metáforas

Las metáforas de resistencia son habituales en el discurso de los usuarios de nuevos tipos de movilidad urbana. Mediante su uso visibilizan los sesgos del lenguaje y el pensamiento motonormativo.

Algunas de estas metáforas se apoyan en narrativas institucionalizadas. Por ejemplo, parten de la visión común de la ciudad como un sistema circulatorio pero resaltan las consecuencias negativas de un modelo de movilidad exclusivamente motorizado. Así, los coches aparecen como el colesterol que causa el bloqueo de sus arterias poniendo en riesgo la salud de la ciudad en su conjunto.

También, apoyándose en las equiparaciones metonímicas entre conductor y tipo de vehículo, se señalan las consecuencias sanitarias negativas que la movilidad motorizada puede tener para sus usuarios (al facilitar la obesidad y el desembolso económico) y se comparan con otro tipo de movilidad activa.

Nuevas metáforas para una nueva movilidad

Sin embargo, las metáforas de resistencia no siempre se apoyan en marcos ya establecidos. Estudiar el lenguaje de los activistas por la movilidad ciclista permite identificar otros tipos.

Uno de ellos es la oposición explícita al pensamiento motonormativo y la crítica abierta al coche como el “dios” o “rey” de la ciudad. Como explica el arquitecto y urbanista Juan Carlos García de los Reyes, el reino de los peatones “no es de este mundo”. No hay lugar para los ciudadanos en ciudades que están completamente “sacrificadas al coche”.

Hay otras metáforas que encontramos en los discursos que abogan por una movilidad sostenible, con frecuencia equiparada a la movilidad ciclista o peatonal. Éstas sirven para implantar en el imaginario colectivo narrativas más compatibles con los objetivos de desarrollo sostenible.

Es el caso del reenmarcado de la ciudad que supone entenderla no como un trastero de coches sino como una casa habitable, promoviendo una reflexión sobre cómo repartimos el espacio urbano entre sus diferentes usuarios. A nadie se le ocurriría diseñar su hogar con el garaje en el centro y ocupando la mayor parte de la zona habitable de su vivienda. Sin embargo, eso es lo que ocurre en las calles, donde los coches ocupan la mayor parte del espacio transitable.

¿Cómo podemos cambiar la idea de circulación que tenemos actualmente?
Copenhague Design Co. (adaptado)

Particularmente alineadas con los postulados de la ecolingüística están aquellas que construyen la ciudad como un ecosistema urbano. Igual que en un ecosistema natural coexisten múltiples especies, en un sistema de movilidad autónomo urbano pueden convivir distintas formas de moverse, incluyendo también a peatones, ciclistas u otras formas de transporte alternativo.

Este tipo de metáforas están intentando promover un marco cognitivo diferente, equiparado a lo que se está empezando a conocer como “multiautoculturalismo”, o la reinterpretación de la ciudad como una sociedad en la que conviven distintas identidades vehiculares.

La motonormatividad lleva décadas usando el lenguaje como un mecanismo de dominación para imponer una forma de ver el mundo basada en el predominio del automóvil. Pero el lenguaje es también un potente instrumento de liberación. Las metáforas de resistencia nos ayudan a imaginar realidades alternativas. Lo que se puede imaginar habita en el umbral de lo posible.

Reformulando a Picasso, necesitamos reaprender a pensar (y hablar) sobre movilidad urbana si queremos construir modelos de ciudad más sostenibles.

The Conversation

Lorena Pérez Hernández es Investigadora Principal del proyecto OTRI «Research Project on Cognitive Models in Branding» (OTEM240725), investigadora en el proyecto «Partnership on University Plagiarism Prevention» (Social Sciences and Humanities Research Council of Canada #895-2021-1016) y miembro del Grupo GRISSU (Grupo Riojano de Investigación en Semántica, Sintaxis y Uso del Lenguaje; Universidad de La Rioja) y del Grupo de Acción ICON (Campus Iberus).

Laura Filardo-Llamas es investigadora principal del proyecto «Variación Semántica y Comunidades de Práctica en Redes Sociales» (SEMVARCOP) (Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, PID2023-148324NB-I00). Coordina el Grupo de Investigación Reconocido en Estilística Cognitiva (UVA) y es miembro del Grupo de Acción ICON del Campus Íberus.

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Tunicelas, jubones, cueras… ¿qué llevaban puesto los intérpretes en los teatros del Siglo de Oro?

‘El teatro’, de Ricardo Urgell Carreras. Museo del Prado

El teatro es un espectáculo que ha existido desde tiempos inmemoriales y que sigue muy vivo en la actualidad. Su esencia es la escenificación de un texto delante del público. Y aunque toda la representación pivota alrededor de esa pieza dramática, que tiene un valor incalculable, en ella también intervienen otros elementos.

Uno de ellos es el vestuario, que sirve para representar y caracterizar a los personajes. Con la ropa que visten y los complementos no solo podemos identificarlos, sino también conocer sus verdaderas intenciones en el drama.
Y en el Siglo de Oro, una época dramatúrgicamente muy rica para España, encontramos atuendos que siguen utilizándose en la actualidad.

Porque… ¿cómo se vestían los intérpretes en ese periodo?

Vestirse desde dentro

Corpiño. España. Principios siglo XVIII.
Metropolitan Museum. Nueva York.

La camisa, prenda interior, era lo primero que se ponían los actores. Era una vestimenta blanca, larga y fina que en ocasiones cubría el cuello y que podía llevar encajes tanto en la parte superior como en las mangas.

También había variaciones de esto, como la túnica –la misma que se utilizaba en época romana– y la tunicela –como la anterior pero de menor tamaño–, utilizadas para encarnar a personajes de la Antigüedad. Igualmente, existía la vestidura episcopal, una prenda única a modo de vestido, con mangas cortas, que se ponía debajo de la casulla.

Sobre las anteriores, las actrices utilizaban el corpiño –que se ajustaba a la camisa– o la faja –alrededor del cuerpo–.

Encima de estas prendas se ponían las ropas de vestir a cuerpo. Eran las que daban decoro tanto a los hombres como a las mujeres que las llevaban. Ellos utilizaban sobre todo jubones y coletos para cubrir el torso, pero para el abdomen y las piernas había mayor variedad de opciones. Las botargas, por ejemplo, solían ser de colores porque las llevaban personajes ridículos de comedias. Asimismo existían las calzas, de una pieza hasta el siglo XVI y de dos a partir de entonces: las superiores se llamaban también muslos y las inferiores medias calzas o medias.

Con el tiempo, las calzas fueron sustituidas por los calzones, con unas perneras que llegaban hasta las rodillas. Estos también eran conocidos como muslos o gregüescos, siendo una variedad de estos últimos los valones. Todos fueron reemplazados posteriormente por los calzoncillos en los hombres y las bragas en las mujeres.

Las mujeres tenían el sayuelo, que cubría el tórax –relevado por el jubón–, y la basquiña, que cubría desde la cintura hasta el suelo.

Abrigarse en escena

Los trajes de encima, por su parte, se colocaban sobre las anteriores prendas, y en ellos encontramos varias posibilidades.

La ropilla fue el más importante del Siglo de Oro. Iba entallada a la cintura y se completaba con unas faldillas. En origen solo estaba destinada a los hombres, pero en el siglo XVII también comenzaron a vestirla las actrices. El sayo, que cubría la rodilla e incluso el tobillo, cayó en desuso en detrimento de la cuera o la ropilla.

La cuera era una especie de chaqueta de piel que se colocaba sobre el jubón. Se introdujo en el vestuario civil desde el atuendo militar y eso identificaba a los intérpretes en papeles castrenses. También estaban el faldón, una especie de falda que normalmente iba con la túnica, o la marlota, vestidura morisca que permitía representar personajes árabes.

Una capa rosa con el borde decorado.
Ejemplo de ferreruelo.
Victoria & Albert Museum

Asociados a los papeles de pastores se encontraban el pellico –una zamarra– y el vaquero –una falda muy amplia–. El roquete, una vestidura blanca cerrada y con mangas, se vinculaba con otro estamento de la sociedad: los obispos.

Había otros elementos que se utilizaban para cubrir estas ropas, como la capa, típica de los hombres. También empleaban el capuz, parecido a la anterior, y el capotillo, que era unisex y que podían llevar tanto caballeros como villanos. Y alcaldes, cortesanos o estudiantes solían vestir el ferreruelo, otra variedad de la capa.

Que no falten los complementos

Chaqueta con cuello alto cerrada con una especie de ligazón decorativo.
Chaqueta del siglo XIX cerrada con alamares.
Wikimedia Commons

Los elementos de adorno también eran importantes. Ahí encontramos broches, denominados alamares, argentería –bordados de plata–, banderas –insignias militares que portaban actores que representaban a estos personaje– o pasamanos –una especie de trencillas para adornar los vestidos–. La cabeza se cubría con bonetes –que portaban los eclesiásticos–, gorras –para las labradoras– o mitras –destinadas a los persas–.

Como vemos, en el Siglo de Oro había mucha rigurosidad con el decoro de los personajes, ya que se entendía que era una parte esencial de la escenografía. El vestuario permitía que el espectador lograse identificar inmediatamente a quién se estaba representando. La primera impresión que tenía la audiencia venía dada por estas prendas y su mayor o menor afinidad con los intérpretes estaba determinada por si estaban mejor o peor vestidos.

Por otro lado, las posibilidades económicas de las compañías teatrales eran variadas. Por este motivo, aquellas obras con mayor riqueza de vestuario y un mejor cuidado de las prendas estaban costeadas por grupos con gran poder adquisitivo, mientras que los más humildes no podían permitirse este despliegue de medios.

En definitiva, este vestuario teatral del Siglo de Oro no solo ha demostrado la gran variedad de prendas que portaban los intérpretes teatrales, sino también su pervivencia. Aunque algunas han desaparecido, otras se siguen utilizando en la actualidad y sirven no solo para caracterizar a los personajes, sino también para acercarnos al teatro de esta época.


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Javier Mora García no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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¿Podemos curar a los tomates usando perfumes?

Tomates afectados por la enfermedad fúngica llamada antracnosis. Dan Gabriel Atanasie/Shutterstock

El desperdicio alimentario en el mundo supone un tercio de todo lo que se produce (1 300 millones de toneladas anuales). En el caso de frutas y verduras, durante el almacenamiento y su distribución, están expuestas a diferentes patógenos que provocan las llamadas “enfermedades postcosecha”. Un ejemplo es la pudrición gris, provocada por el típico hongo grisáceo (Botrytis cinerea) que afecta las fresas y que puede atacar a muchos otros vegetales diferentes.

Fresa afectada por Botrytis cinerea.
Wikimedia Commons., CC BY

Una hortaliza popular y delicada

El tomate (o jitomate, en Mexico) es el tercer producto vegetal más importante del mundo a nivel económico, con una producción global de unas 200 millones de toneladas. La gran mayoría del tomate consumido mundialmente (el 80 %) se hace en forma de alimento procesado (salsas, zumos y sopas). Tanto fresco como procesado es una importante fuente de nutrientes para la dieta humana, como potasio, hierro, folato, licopeno, vitamina C, carotenos y compuestos fenólicos.

A pesar de su gran uso en todo el mundo, se trata de un vegetal muy delicado: puede ser atacado por más de 200 patógenos diferentes. De entre ellos, destaca el hongo Colletotrichum, que llega a provocar pérdidas de hasta el 30 % de los frutos almacenados. Este hongo provoca la enfermedad denominada antracnosis, caracterizada por la aparición de lesiones negras que van creciendo (según crece el hongo) hasta la total pudrición del tomate.

Tomate afectado por Colletotrichum coccodes.
Wikimedia Commons., CC BY

Para evitar la aparición de antracnosis en los tomates, desde que son cosechados y hasta que son consumidos, se utilizan diferentes estrategias, como baños en agua caliente, desinfección con ozono o la aplicación de fungicidas químicos. Sin embargo, las actuales normativas de seguridad alimentaria y las preferencias de los consumidores hacen necesario buscar alternativas que sean más respetuosas con el medioambiente y la salud humana y animal.

Con este objetivo se está estudiando el uso de extractos vegetales y microorganismos beneficiosos para proteger los frutos de sus patógenos.

Protección natural desinfectante

Los aceites esenciales son mezclas complejas de compuestos vegetales muy volátiles obtenidos mediante destilación de diferentes partes de las plantas. Debido a su fuerte olor, estos aceites son principalmente utilizados para la fabricación de perfumes y otros productos de cosmética.

Pero no solo son importantes por su fragancia. Los aceites esenciales contienen compuestos con una gran capacidad insecticida y antimicrobiana, razón por la cual cada vez se plantea más su uso en la conservación de alimentos.

En este contexto, investigadores de la Universidad de Valladolid (España) y del Centro de Investigación en Biotecnología Aplicada del Instituto Politécnico Nacional (México) hemos desarrollado un importante trabajo, publicado en la revista Food Bioscience. Empleamos aceites esenciales obtenidos a partir de hojas de hierba limón o, en México, zacatelimón (Cymbopogon citratus) y eucalipto (Eucalyptus globulus), mediante hidrodestilación o destilación con agua.

Nuestra idea inicial era poder obtener un producto efectivo contra la antracnosis del tomate (provocada por la especie Colletotrichum gloeosporioides) a partir de recursos naturales presentes en el territorio (plantas silvestres) y mediante una técnica sencilla (destilación con agua).

Hierba limón (Cymbopogon citratus), empleada por los investigadores para destilar el aceite esencial.
Wikimedia Commons., CC BY

Eucalipto y limón

Los aceites esenciales obtenidos de eucalipto y hierba limón por hidrodestilación se encuentran dentro de los estándares internacionales con respecto a densidad, solubilidad, turbidad o color, entre otros parámetros. Además, contienen potentes compuestos antimicrobianos, como el eucaliptol (en el aceite esencial de eucalipto) y el carveol (en la hierba limón).

Tras exponer al hongo a diferentes proporciones de estos dos compuestos, pudimos confirmar su gran capacidad para inhibir el crecimiento fúngico y la germinación de las esporas a muy bajas concentracciones.

Posteriormente, aplicamos los aceites esenciales en frutos de tomate almacenados a temperatura ambiente (21-25 ºC) y en frío (8 ºC) e infectamos los frutos con el patógeno realizando pequeñas heridas con bisturí. Los resultados obtenidos fueron sorprendentes: los aceites esenciales de hierba limón lograron reducir la enfermedad a la mitad, a temperatura ambiente, y al cien por cien, cuando los frutos estaban almacenados en frío.

Hongo Colletotrichum creciendo en medio de cultivo.
Wikimedia Commons., CC BY

Futuros trabajos se centrarán en el desarrollo de un producto comercializable basado en estos compuestos para usarlo en el almacenamiento de tomate. Es un importante avance en la búsqueda de alternativas accesibles y sostenibles para poblaciones con menos recursos, ya que pueden utilizar un producto kilómetro cero (producido y consumido en un radio de menos de 100 kilómetros).

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Jorge Poveda Arias no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Si quiere estar bien informado, no caiga en los titulares trampa (y este no es uno de ellos)

sutadism/Shutterstock

Hace veinte años, todavía era habitual ir a comprar el pan y el periódico. El papel requería una lectura pausada, pasar las páginas con los dedos y tener a mano un lápiz para rellenar un crucigrama.

Pero la crisis económica irrumpió a mediados de los 2000. Mientras internet crecía en las casas y las redes sociales llegaban a los móviles, los medios impresos se veían en una encrucijada: o digitalizarse o arriesgarse a morir.

En 2024, cuando la comunicación digital ha cumplido treinta años, el consumo de medios en papel se ha reducido a mínimos históricos: solo un 14 % de la población española lee la prensa impresa frente al 42 % de 2008. Los españoles preferimos utilizar internet, pero las noticias tampoco son nuestra prioridad.

En su lugar, enviamos mensajes y navegamos por las redes sociales. Unas redes que, paradójicamente, nos saturan de información rápida y constante. Y así, ese “digitalizarse o morir” de los medios se convierte en un reto permanente. O consiguen destacar entre la maraña de contenido online y captar nuestra atención, o sus posibilidades de mantenerse a flote peligran.

La brecha informativa entre medios y audiencias

Los medios funcionan como intermediarios entre la actualidad y la opinión pública. Los periodistas son “mensajeros” que nos informan de lo que no conocemos de primera mano: sucesos, guerras o incluso los resultados de un partido de fútbol.

Las cosas han cambiado. Algunos estudios señalan cómo la mayoría de los usuarios no accedemos a los medios. Las redes y las apps de mensajería instantánea son nuestras nuevas “mensajeras”. Solo de vez en cuando, si consiguen llamar nuestra atención lo suficiente, hacemos clic en las noticias.

Esto provoca una brecha informativa que ya se ha detectado en España. Mientras las portadas de los medios destacan la actualidad económica, política o social, el público lee y comparte noticias de deportes, sucesos o celebridades. Pero ¿es todo culpa nuestra?

En un entorno digital saturado y competitivo, que depende económicamente de las visualizaciones, los medios intentan destacar para lograr lo que algunos expertos llaman “periodismo de fácil consumo”. Utilizan atajos y tácticas para vender la información como atractiva, urgente o inusual y así atrapar al público.

Estas técnicas desplazan el criterio periodístico y priorizan el marketing y las preferencias de la audiencia con tal de que acceda a la noticia y, por tanto, puedan monetizarla.

Es decir, que si antes los medios nos ofrecían en sus páginas temas de política, economía o sociedad, ahora también publican curiosidades, vídeos impactantes y “Las cinco cosas que haces mal al conducir”. Porque, por la brecha informativa, saben que nosotros encontraremos y “picaremos” en esas noticias, aunque no aparezcan en sus portadas.

El titular que vende, pero no informa

Entre las técnicas más utilizadas por los medios para llamar nuestra atención está el clickbait –titular cebo–. El clickbait o gancho se basa en dos estrategias: la presentación de información incompleta, engañosa, confusa o llamativa y la inclusión de contenido sensacionalista.

La información incompleta usa titulares como: “Los mejores productos que no te puedes perder”, “¿Sabías que…?” o “Siete destinos exóticos increíbles”. Apelan a nuestro lado racional y a nuestra curiosidad para resolver la incógnita.

El sensacionalismo recurre a nuestro lado emocional: anécdotas, desastres, descubrimientos, curiosidades, consejos…

El clickbait es una estrategia deliberada que intenta atraer al lector y mantenerlo el máximo posible en la página. En sus inicios, lo utilizaban los tabloides y los pseudomedios, es decir, webs que imitan la apariencia de los medios tradicionales, pero dedicadas a desinformar y promover una agenda ideológica a través de la polarización y el populismo.

Sin embargo, su expansión a los medios tradicionales ha puesto en entredicho tanto la calidad de los contenidos periodísticos como la confianza que la audiencia deposita en ellos.

Cómo los medios de prestigio captan nuestra atención

En nuestro estudio Clickbait contagion in international quality media, impulsado desde la Universidad de Valladolid y la Universidad de Valencia, comparamos el clickbait que se promueve en la portada de varios medios internacionales de referencia, el que consigue el clic de la audiencia y el que se comparte en la red social X (antes Twitter).

¿El resultado? El titular gancho no es inocuo, es tóxico porque desinforma y desenfoca la información más importante de las noticias.

Los medios omiten datos clave mediante lagunas informativas o interrogantes incontestados, pero también tratan de impresionarnos y generar impacto.

El clickbait no solo afecta a temáticas irrelevantes o anecdóticas que entran en la agenda periodística, sino que se cuela en la actualidad política e internacional de las portadas. Pero es entre los contenidos más leídos por la audiencia, más propios de deportes o celebridades, donde triunfa. Las redes, sin embargo, no lo difunden en tanta medida.

Esta diferencia entre lo leído y lo compartido puede deberse a que, una vez clicamos en estos titulares, nos damos cuenta del engaño y no los difundimos. Otros autores, sin embargo, sugieren que podría deberse a nuestra necesidad de “guardar las apariencias”: leemos curiosidades o temas de famosos (más tendentes al clickbait), pero no queremos que nuestro entorno lo sepa. Por eso mismo, compartimos contenido sobre política o movimientos sociales, aunque no lo hayamos leído.

La presencia de clickbait en la prensa de prestigio indica un “efecto contagio” en los medios serios, tanto por sus temáticas como por la forma de presentárnoslas. Aunque no domina la oferta de estos medios ni se anuncia de forma mayoritaria en sus portadas, está en su agenda y funciona. Una realidad en la que los medios están dispuestos a sacrificar parte de su agenda a cambio de retenernos.

Esta elección tiene consecuencias, con una tendencia en aumento que provoca que el público desconfíe y evite las noticias.

Los medios pasan, así, de la crisis económica a la crisis de la relevancia. Una situación que no se soluciona aumentando de modo forzado los clics, sino que debe encontrar modelos alternativos para ser sostenibles y confiables para los lectores.

Al otro lado, la audiencia, desinformada y manipulada por las falsas expectativas del clickbait, merece una mayor atención y recursos de alfabetización mediática para no morder el anzuelo.

The Conversation

La publicación de la investigación mencionada en el artículo ha sido financiada por dos proyectos de investigación nacionales: «News puzzlement: Precarizased quality, over (dis)information and polarization», financiada por la Generalitat Valenciana (CIAICO/2021/125); y el proyecto ‘Digital native media in Spain: Typologies, audiences, building trust and keys to journalistic sustainability’, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Dolors Palau-Sampio recibe fondos del proyecto de investigación CIAICO/2021/125.

Iris Sánchez-Sobradillo y Pilar Sánchez-García no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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Así pueden los periodistas luchar contra la desinformación desde las escuelas

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Un adolescente medio pasa más de cuatro horas al día frente a una pantalla. En ese tiempo navega, chatea, hace scroll… pero ¿cuánto dedica a preguntarse si lo que ve es cierto o falso?

La desinformación se ha convertido en una de las mayores amenazas para las democracias, para la sociedad en general y para el periodismo en particular. Sin pensamiento crítico, sin una ciudadanía capaz de interpretar y contrastar la información, el derecho a estar informados pierde fuerza. Y con él, la calidad democrática.

En este escenario, escuela e institutos emergen como un espacio clave para la resistencia. Un espacio que quizá debería considerarse la “primera línea de fuego”.

En Europa, según informes recientes, la alfabetización mediática e informacional sigue siendo, más que una asignatura específica, una competencia transversal que puede adquirirse en todas las asignaturas y en todos los niveles educativos.

En otros países de habla hispana, artículos recientes concluyen que no existe una asignatura específica dedicada a la alfabetización mediática. Sin embargo, se observa su presencia como componente transversal en diversas materias del currículo educativo.

Volviendo al caso español, distintas iniciativas ofrecen contenidos en internet y materiales preparados para que los docentes los apliquen de manera práctica en el aula. Es el caso de AulaCheck, consistente en que el alumnado de 3º y 4º de Educación Secundaria, así como de 1º de Bachillerato (adolescentes de entre 13 y 17 años), cree un periódico digital. O el de (In)fórmate, para fomentar el espíritu crítico en adolescentes de entre 14 y 16 años.

Colaboración con periodistas

A estos programas se le suman otras iniciativas en colaboración con el ámbito profesional del periodismo. Es el caso de Desenreda, en Andalucía, que lleva a cabo la Consejería de Educación y el Colegio de Periodistas de esa comunidad. O La Prensa en mi Mochila, organizado por la Asociación de Prensa de Málaga y la Diputación de Málaga.

Una experiencia concreta: inFORMADOS

Una de estas iniciativas es inFORMADOS, un programa que desde 2022 impulsa talleres de alfabetización informativa en institutos de Castilla y León, gracias a la colaboración entre la Consejería de Educación y el Colegio de Periodistas de la comunidad. La propuesta es sencilla, pero ambiciosa: dotar a los adolescentes de herramientas para identificar bulos, contrastar fuentes y consumir información de manera crítica. Y hacerlo de la mano de periodistas profesionales, directamente en el aula.

Las estrategias para proporcionar estas herramientas son variadas. Desde invitarles a convertirse en community managers del propio programa alfabetizador por un día, redactando posts originales con eslóganes contra los bulos, que acaban publicándose en un perfil de Instagram creado para ello; a proponerles que diseñen imágenes con inteligencia artificial que les ayuden a comprender todo lo aprendido durante el taller.

También pueden escenificar una rueda de prensa ficticia con información y material completamente real. O bien, poner en marcha un debate sobre un tema polémico y de actualidad, con todos los roles representados: portavoces, periodistas de medios de comunicación, gabinetes de comunicación y sociedad en general.

La autora del artículo, durante una de las actividades del proyecto en un instituto.
Rosa Masegosa.

En apenas tres años, inFORMADOS ha llegado a más de 1 000 estudiantes de Educación Secundaria. Y los resultados son prometedores: el 92,9 % del profesorado participante afirma que volvería a implicarse en el programa, y el 78,6 % dice que las sesiones les han motivado para trabajar la alfabetización mediática con su alumnado.

Este curso, inFORMADOS ha reforzado su dimensión pedagógica al colaborar con el Programa de Innovación Docente ALFA del Grado de Periodismo de la Universidad de Valladolid. Ellos han sido los responsables del diseño de la nueva unidad didáctica. Además, por primera vez, se recogerá también la opinión de los periodistas formadores (docentes en este grado universitario), lo que permitirá una evaluación más completa del programa.

Lo que aportamos los periodistas

Hay un consenso creciente en Europa: el periodismo no solo debe informar, también debe formar. La alfabetización mediática ya no puede entenderse como un añadido, sino como una herramienta educativa esencial. Porque educar en medios es tan urgente como enseñar matemáticas o ciencias.

Pero solo es un paso intermedio. ¿Y si dejamos de tratar estos programas como iniciativas complementarias? ¿Y si por fin damos el paso de convertirlos en asignaturas transversales?

La propia Ley de Protección de Datos y Garantías de Derechos Digitales de 2018 reconoce el derecho a la educación digital. La pregunta no es si debemos enseñar a distinguir lo cierto de lo falso en la escuela. La pregunta es: ¿a qué esperamos?

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Rosa Masegosa Sánchez es miembro del Colegio Profesional de Periodistas de Castilla y León. Este artículo se enmarcaría en la divulgación de una de sus acciones, que además, encaja de lleno en una de sus líneas de investigación.

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Así deciden los comités tumorales cómo tratar cada cáncer de forma personalizada

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El cáncer es la primera causa de muerte en hombres y la segunda en mujeres en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) estimó que en el año 2022 se diagnosticaron 18,7 millones de casos nuevos de cáncer en el mundo. Esta cifra se prevé que aumente a 32,6 millones en 2050. Las causas son, principalmente, los cambios en nuestro estilo de vida y el incremento en la esperanza de vida.

Durante décadas, la quimioterapia y la cirugía han sido los tratamientos más utilizados. Sin embargo, la medicina personalizada desempeña un papel creciente como estrategia contra el cáncer.

El cáncer es complicado de tratar porque se origina a partir de nuestras propias células, que han acumulado errores en su material genético (ADN). Estos fallos hacen que las células se multipliquen sin control y formen tumores que el cuerpo no reconoce como peligrosos. Como el sistema inmunitario no ataca estas células, que considera como propias, el cáncer puede crecer y extenderse a otros órganos.

Antes de los avances en secuenciación genética se diagnosticaba el cáncer observando las células tumorales al microscopio. Los tratamientos eran los mismos para todos los pacientes con un mismo diagnóstico. Sin embargo, este enfoque no tenía en cuenta las diferencias genéticas entre los tumores. Esto explica por qué algunos pacientes respondían bien al tratamiento, mientras que otros no.

Hoy, gracias a la secuenciación del ADN, sabemos que dos tumores aparentemente iguales pueden presentar mutaciones genéticas diferentes.

El ADN está compuesto por cuatro nucleótidos (adenina, guanina, citosina y timina) cuya secuencia determina nuestros genes. Durante la replicación celular pueden ocurrir errores en esta secuencia, lo que genera mutaciones. Algunas de estas hacen que las células se multipliquen sin control, lo que da lugar a un tumor.

Las mutaciones de cada tumor son específicas para cada paciente. Por eso, los tratamientos más innovadores contra el cáncer tienen como dianas las mutaciones características de cada tumor. Estos fármacos dirigidos son capaces de actuar sobre las proteínas que contienen la mutación y promover la muerte de la célula que contiene el error. Estas mutaciones también se conocen como “biomarcadores”.

Las mutaciones pueden clasificarse en dos tipos. Las llamadas drivers(conductoras) son aquellas que desempeñan un papel clave en el desarrollo del tumor, ya sea iniciándolo o dándole características específicas, como la capacidad de generar metástasis. Por otro lado, las mutaciones passenger (pasajeras) no cumplen una función específica en el tumor, sino que simplemente ocurren como consecuencia de otros errores en el ADN.

A diferencia de la quimioterapia tradicional, que afecta tanto a células sanas como a cancerosas, las terapias dirigidas reducen los efectos secundarios y mejoran la eficacia del tratamiento.

Las mutaciones no son el único biomarcador tumoral. También lo son la cantidad y el tipo de células del sistema inmunitario que está presente en el ambiente tumoral. Todo esto nos permite conocer mejor la respuesta que tendrá el tumor a las inmunoterapias.

¿Es posible detectar el cáncer antes de que aparezca?

En el caso de los tumores derivados de síndromes hereditarios o de alteraciones fruto de la exposición a determinados agentes (radiación, sustancias químicas, tabaquismo), se ha demostrado que las mutaciones están presentes en nuestro ADN mucho antes de que se desarrolle un cáncer. Por lo tanto, sería muy útil poder detectar esta predisposición.

Muchas empresas farmacéuticas intentan desarrollar test mediante el análisis una simple muestra de sangre, lo que se conoce como “biopsia líquida”. Esto permitiría mostrar, mediante una técnica muy poco invasiva, nuestra predisposición genética a desarrollar ciertos tumores y monitorizar los biomarcadores a lo largo del tiempo.

Sin embargo, la biopsia líquida presenta algunas limitaciones. Por ejemplo, la mayoría de las mutaciones que se originan de manera espontánea (no heredadas) no están presentes en la sangre en los primeros estadios del tumor.

¿Qué son los comités tumorales?

En la actualidad están apareciendo los denominados “comités tumorales”. Son equipos multidisciplinares que abordan la comprensión de las características tumorales. También determinan el pronóstico y tratamiento del cáncer de manera personalizada para cada paciente.

Mediante la caracterización de los tumores –tanto a nivel histológico como a nivel molecular (mutaciones)– se ha conseguido llegar a un diagnóstico y pronóstico de precisión. Así, patólogos y biólogos moleculares trabajan junto con los oncólogos y otros especialistas para determinar el mejor tratamiento para cada paciente.

La implementación de tecnologías para el análisis genético en muchos hospitales, como la secuenciación de nueva generación (NGS, por sus siglas en inglés), ha permitido conocer el perfil de las mutaciones de los tumores de una manera rápida y eficiente. Cada día más hospitales dan la opción de este tipo de análisis.

Determinar si una mutación es conductora o pasajera puede permitir la elección de terapias dirigidas más efectivas. La medicina personalizada supone un nuevo paradigma para los pacientes con cáncer y puede dar lugar a tratamientos más precisos y eficientes. Así, la cooperación y creación de sinergias entre los diferentes profesionales sanitarios ha supuesto un nuevo avance en la oncología médica.

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Sara Gil Bernabé no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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¿Cómo valoran los ciudadanos de la UE la gestión de los fondos europeos?

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Los fondos europeos desempeñan un papel fundamental en el desarrollo económico, social y territorial de la Unión Europea (UE). Estos instrumentos financieros –que incluyen el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) y el Fondo Social Europeo y la Política Agrícola Común (PAC), entre otros– promueven la cohesión y reducen las disparidades regionales al apoyar inversiones en infraestructuras, innovación, educación y empleo. Además, han impulsado la innovación y la competitividad empresarial, y contribuido al desarrollo y crecimiento económico de las regiones europeas.

Sin embargo, existe un intenso debate sobre la relación entre estos fondos públicos y la corrupción en los países europeos. Si algunos autores plantean que podrían estar relacionados con la corrupción pública, otros sostienen que esa relación queda condicionada por el propio riesgo de corrupción de los Estados.

Por otra parte, las políticas de asignación, distribución y control de los fondos europeos influyen en el sentido de ciudadanía y en la legitimidad de la UE. Esta influencia ha quedado patente con los fondos Next Generation EU, el paquete de medidas diseñado por Europa para paliar los efectos de la crisis de la covid-19: una investigación de 2022 demostró que su asignación está parcialmente condicionada por el euroescepticismo. Así, los países con fuertes sentimientos contrarios a la UE reciben mayores recursos per cápita provenientes de de esta partida.

Cobertura mediática

Hemos querido determinar si hay una relación entre el sentimiento público y el sentimiento que transmiten las noticias sobre corrupción y fondos europeos. Para ello, analizamos más de 30 000 noticias publicadas entre el 1 de enero de 2020 y el 31 de diciembre de 2023. Este periodo es especialmente relevante por varias razones:

  1. Abarca el lanzamiento y la aplicación inicial de los fondos NGEU.

  2. Capta la cobertura mediática y el sentimiento público durante sus fases críticas: negociaciones iniciales y aprobación de los fondos NGEU (2020), desarrollo de los planes nacionales (2021), aplicación y primeras evaluaciones (2022-2023).

  3. Permite analizar el discurso público sobre los fondos de la UE en el contexto actual, incluyendo las transiciones ecológica y digital, prioridades clave en el actual marco de financiación.

Para interpretar el sentimiento de cada una de las informaciones utilizamos algoritmos de análisis de texto alimentados por más de 40 diccionarios de sentimientos. Para ello, utilizamos el modelo de lenguaje BERT (Bidirectional Encoder Representations from Transformers), que tiene la capacidad de captar el significado de una palabra, relacionándola con los vocablos que la rodean.

Variaciones entre países

La aplicación de estas herramientas nos permitió observar las variaciones entre países. Grecia, Croacia y Bulgaria presentan una alta cobertura mediática y un sentimiento más negativo. En cambio, Dinamarca, Irlanda y Portugal muestran un sentimiento mediático más positivo. Por su parte, en los países del Norte de Europa, Suecia, Finlandia y Dinamarca, la cobertura del tema es menor, con menos artículos por habitante.

Grecia destaca como el país más prolífico, con 8 210 artículos (el 26 % de la cobertura total). Esto subraya la enorme atención que los medios griegos prestan a la financiación europea, probablemente por su importancia en las estrategias de recuperación y desarrollo del país.

Croacia y Bulgaria les siguen de cerca, con un 15,12 % y un 11,25 % del total de artículos, respectivamente. Esta atención puede deberse a su reciente adhesión a la UE, y la importancia de los fondos europeos en las inversiones en infraestructuras y desarrollo económico.

Los medios de comunicación franceses también muestran un interés significativo, con un 9,73 % de los artículos. Podría atribuirse a su participación en diversos proyectos financiados por la UE, especialmente en agricultura (fondos de la PAC), investigación e innovación (Horizonte Europa) y desarrollo regional (FEDER y Fondo de Cohesión).

Picos mediáticos

Identificamos once temas relativos a la utilización de los fondos europeos; analizándolos pudimos ver cómo han evolucionado su cobertura y el sentimiento mediático.


Fuente: elaboración propia

Por ejemplo, el tema “Empleo y medidas económicas” registró picos en marzo y junio de 2020, probablemente en respuesta a la crisis de la covid-19. “Energía y medio ambiente” tiene una presencia informativa constante, lo que subraya la importancia del medio ambiente y la sostenibilidad en el discurso de la UE.

El tema “Finanzas y economía europea” dominó los primeros meses de la pandemia, reflejando los desafíos económicos y las respuestas adoptadas en ese período. “Gestión y uso de los fondos europeos”, un área de interés crítica, alcanzó su punto álgido en abril de 2020 y de nuevo en agosto de 2021, reflejando periodos significativos de debates sobre asignación y gestión de fondos.

Los temas “Política y relaciones en la UE” y “Política y relaciones de Bulgaria con la UE” muestran la naturaleza dinámica de los debates y las relaciones políticas en Europa, con notables picos de cobertura informativa que indican periodos de intensificación de la actividad política o de cambios.

A finales del primer semestre de 2022 se produjo un pico negativo por la amenaza de la UE de negar a Hungría y Polonia el acceso a los fondos debido, principalmente, a las amenazas al Estado de Derecho y la corrupción en ambos países.

Mapeo de sentimientos

Mostramos en un mapa el sentimiento promedio por países respecto al uso y gestión de los fondos europeos. Dicho mapa resalta las diferencias en la percepción mediática entre países, clasificándolos según el sentimiento: del rojo –más negativo– al verde –más positivo–, pasando por el naranja y el amarillo. Las áreas grises denotan países que no forman parte de la UE.


Fuente: elaboración propia

Naciones como Dinamarca, Irlanda, Italia, Malta, Portugal y Rumanía exhiben un sentimiento mediático positivo hacia los fondos europeos, lo que sugiere una visión alineada con su uso eficaz y con los beneficios derivados del apoyo financiero de la UE.

Este sentimiento positivo podría reflejar la implementación exitosa de proyectos y un consenso público de que estos fondos contribuyen a mejoras concretas en las infraestructuras y economías nacionales.

Por otro lado, Hungría, Bulgaria, Polonia, la República Checa y Alemania presentan un sentimiento mediático más negativo, a menudo vinculado a escándalos relacionados con fraudes, corrupción o un uso controvertido de los fondos.

Las autoridades europeas deben tomar nota de estas diferencias entre países en la percepción pública y la cobertura mediática de la gestión de los fondos europeos.

Comunicación eficaz y ejecución satisfactoria

Es posible relacionar el sentimiento que transmiten los medios con las respuestas de los ciudadanos europeos a las preguntas del Eurobarómetro 2023 relativas a la percepción general sobre la UE y el Parlamento Europeo.

Nuestro análisis sugiere que un sentimiento mediático más positivo se asocia con un menor euroescepticismo. Pero estas correlaciones reflejan relaciones, no causalidad. Por tanto, no podemos confirmar que una cobertura mediática positiva mejore las actitudes públicas hacia Europa, o si los medios simplemente reflejan el sentimiento público de cada país.

No obstante, proponemos que las estrategias de comunicación eficaces y la ejecución satisfactoria de los proyectos ayudan a mejorar la percepción pública de las iniciativas de la UE, especialmente en lo relativo a cuestiones de financiación, sostenibilidad y desarrollo.

Dada la importancia de dar visibilidad y generar un sentimiento positivo hacia la existencia y gestión de los fondos públicos europeos, se necesitan marcos administrativos y mecanismos de supervisión sólidos que garanticen su buen uso y una comunicación clara y transparente.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

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Logopedia ‘online’: ¿de verdad funciona?

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“Mamá, agua”, dice una niña de dos años y medio mientras señala una botella. Su madre sonríe. Es una frase perfectamente normal para la edad de su hija, pero ella sabe que, hasta hace poco, su hija apenas utilizaba palabras. Ahora combina gestos y palabras.

Este avance es una gran victoria para esta familia. Y ha ocurrido gracias a un programa de logopedia basado en el asesoramiento familiar en línea.

Durante la pandemia, muchas familias comenzaron a utilizar la logopedia en línea como una forma de apoyar el desarrollo del lenguaje de sus hijos. La crisis sanitaria obligó a buscar alternativas. Desde entonces, las sesiones virtuales para niños con dificultades del lenguaje se han vuelto cada vez más frecuentes entre los niños con trastorno del desarrollo del lenguaje. Estos niños tienen dificultades en la expresión y comprensión, y han aumentado las intervenciones virtuales para ellos.

A veces las familias piensan que el logopeda hablará directamente con el niño por videollamada. Pero eso no siempre se puede hacer. En niños muy pequeños, es difícil que se concentren en la pantalla sin ayuda. Además, la Organización Mundial de la Salud y UNICEF recomiendan que los niños menores de dos años no usen pantallas. Y hasta los cinco años, su uso debe ser muy limitado. Por eso, con los más pequeños, se trabaja sobre todo con la familia, realizando asesoramiento familiar.




Leer más:
La importancia de los gestos en el desarrollo del lenguaje


Logopedia a través de las familias

En este modelo, el logopeda enseña a los padres estrategias para aplicar en el día a día. Así, la intervención no se limita a una hora a la semana. Se integra en momentos cotidianos: al vestirse, al comer, al jugar.

Hay evidencia de que estos programas funcionan tanto de manera presencial, como en línea.

Una manera de compaginarlo con la vida

Las investigaciones afirman que el éxito de estos programas no depende solo de lo que pasa en las sesiones. También importa lo que ocurre fuera de ellas. Que el niño participe en interacciones comunicativas en su día a día es clave para avanzar.

El asesoramiento online permite participar sin desplazamientos, ahorrar tiempo y reducir barreras. Sobre todo para familias con menos tiempo o que viven en entornos rurales.

Así la familia puede organizar mejor sus horarios y recibir orientación sin renunciar a su rutina laboral o familiar, además de ser constante en la terapia, algo fundamental para reforzar el aprendizaje y a aplicar las estrategias con regularidad.

Factores clave para el éxito

Formar a la familia requiere tiempo, paciencia y un vínculo fuerte entre el profesional y los cuidadores. Varios aspectos influyen para que sea efectivo:

  • El nivel de compromiso: las familias que se implican más obtienen mejores resultados. Su participación es clave para aplicar bien las estrategias fuera de las sesiones.

  • Constancia en el uso de estrategias: cuando los padres usan las estrategias en casa de forma constante, el desarrollo del lenguaje se acelera.

  • Capacitación de los cuidadores: los padres aprenden a aplicar técnicas efectivas en el día a día. Esto les permite continuar la intervención en casa con seguridad y confianza.

  • Contacto frecuente con el logopeda: el acompañamiento continuado por parte del profesional permite resolver dudas, reducir el malestar emocional de la familia y adaptar mejor el tratamiento a cada caso. Esta colaboración mejora la implicación de los padres, lo que contribuye a mejores resultados en el desarrollo del lenguaje infantil.




Leer más:
Cómo tratar a los niños con dificultades para empezar a hablar


La opinión de la familia y del logopeda

Es importante saber cómo viven esta experiencia quienes la aplican. En la imagen que acompaña este artículo se pueden leer algunas opiniones de familias y profesionales. Estas voces reflejan los pequeños avances que marcan la diferencia: un niño que empieza a señalar y decir “agua”, una madre que siente que por fin su hijo le cuenta cosas y una logopeda que valora la flexibilidad del formato.

¿Cuándo no es la mejor opción?

Aunque este modelo no está específicamente desaconsejado para casos determinados, algunos estudios han analizado las retos de estos programas cuando las familias tienen dificultades para seguirlos, el niño tiene problemas añadidos, no existe un buen acceso a internet o no se tienen dispositivos digitales, o la relación con la familia no es fluida.

En estos casos, puede ser mejor una terapia presencial o combinada.

¿Qué tener en cuenta al elegir un programa?

Si una familia quiere probar este tipo de programa es importante que se asegure de lo siguiente:

Como en el caso de la niña que comentábamos al principio, a través del asesoramiento las familias aprenden a crear momentos comunicativos en casa, sin materiales complicados ni sesiones eternas. Solo con tiempo, presencia y guía profesional. Con apoyo, constancia y acompañamiento, incluso un gesto sencillo puede marcar el comienzo de un gran cambio.

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Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

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De ‘bibliomanía’ a ‘amarabunta’: las palabras que definen el amor por los libros

Imagen de la librería ‘Ler Devagar’ en el distrito LX Factory de Lisboa. SamaraHeisz5/Shutterstock

El escritor francés Charles Nodier escribió en 1831 el cuento “El amigo de los libros”, en el que explica que “del bibliófilo al bibliómano no hay más que una crisis”.

Para este autor, “el bibliófilo sabe elegir los libros; el bibliómano los amontona. El bibliófilo añade un libro a otro tras someterlo a todas las indagaciones de los sentidos y la inteligencia; el bibliómano apila los libros sin mirarlos siquiera. El bibliófilo aprecia el libro; el bibliómano lo pesa o lo mide. El bibliófilo procede con lupa; el bibliómano, con vara”.

En 2024, en una especie de glosario titulado Bibliopatías, bibliomanías y otros males librescos, su autor, el italiano Antonio Castronuovo, expresa así esa diferencia: “el bibliófilo posee libros y el bibliómano, en cambio, es poseído”.

El “fervor de tener libros” del bibliómano, que diría el italiano Gaetano Volpi, se intuye en la definición académica de “bibliomanía”: “propensión exagerada a acumular libros”. Este término, ya con una larga historia, fue acuñado, en el siglo XVII, por Guy Patin, doctor de la Facultad de Medicina de París, quien confesaba padecer este tipo de obsesión. Pero la figura del “loco de los libros” ya había sido retratada en La nave de los locos, un poema que Sebastian Brant compuso en 1494 para criticar la sociedad de su época.

Tipos de bibliomanías y de bibliómanos

No todos los bibliomános son iguales. Castronuovo, siguiendo el ensayo Bibliomania de Giacomo Marcacci, distingue los bibliómanos virtuosos de los ignorantes. Estos últimos son definidos como “pobres almas afectadas de una enfermedad que los obliga a rodearse de objetos que no utilizan, o utilizan solo como decoración, amontonados a toda prisa en los estantes o abandonados en improvisados rincones”.

En cambio, los bibliómanos virtuosos se caracterizan por leer todos los libros “que, adquiridos o recibidos por otras vías, entran en la colección privada”.

Castronuovo, en otro texto titulado “Breve léxico de enfermedades librescas” destaca otros tipos de bibliomanía, además de la virtuosa: analfabeta, exclusiva, envidiosa, atesoradora, vanidosa y voluble.

Como variantes curiosas de la bibliomanía, se refiere, por ejemplo, a la “biblioprestocleptomanía” (‘acto por el cual no se devuelve jamás el libro que se ha pedido prestado’). También la “biblioprestosinvergüencería” (‘devolver el libro prestado después de haberlo llenado de subrayados y marcas de lectura’) o la “erotobibliomanía” (‘acto que se sigue a la adquisición de un libro nuevo, antes incluso de leerlo: el libro será contemplado con éxtasis, palpado, acariciado, olido, besado y, a veces, lamido’). Y no olvidaba la “ginecobibliomanía”, que da nombre a la obsesión por los libros experimentada por las mujeres.

En relación con este último concepto, Castronuovo expone que, si bien Marcacci considera a las mujeres bibliómanas como “peligrosísimas”, ya se trate de las románticas, las depredadoras, las extremas o las furibundas, la predominante es la “bibliómana mansa”. De hecho, en su obra de 2024 reserva una entrada para estas “mansas depredadoras”.

Bibliógenes y bibliorexia

Para designar a la persona que acumula libros, el Diccionario del español de todos, en línea, propone “bibliógenes”, acrónimo formado por “biblio-” (‘libro’) y Diógenes (‘nombre del síndrome que indica una tendencia a acumular objetos’).

Por otra parte, en el citado lexicón, en la entrada correspondiente al término japonés “tsundoku”, definido como ‘tendencia o propensión a no dejar de comprar libros pese a que se vayan quedando apilados sin leer’, se sugiere, como alternativa a ese extranjerismo, “bibliorexia”.

Un hombre lee un libro titulado 'No Ordinary' a través de un túnel circular de libros en The Last Bookstore, Los Ángeles
Un lector en la librería ‘The Last Bookstore’ de Los Ángeles, Estados Unidos.
NorthSky Films/Shutterstock

Se da la circunstancia de que hemos encontrado este término en el periódico DSalamanca, en concreto, en un artículo humorístico titulado “La bibliorexia, un mal nacional”. El firmante, PGarcía, se declara inventor de este término, creado a imagen y semejanza de “anorexia”. Basándose en una simple asociación entre esas dos palabras, deduce que el significado de “bibliorexia” ha de ser ‘la lectura escasa o nula de libros’.

Sin embargo, hay que señalar que, etimológicamente, este neologismo derivaría del griego “orexis” (‘deseo’, ‘apetito’), por lo que, en rigor, “bibliorexia” tendría como significado ‘el deseo de poseer libros o de leer (o de ambas cosas)’.

Amarabunta

“Amarabunta”, la última creación dentro de la fabulosa familia lingüística de la que estamos hablando, aparece expuesta en la entrada de la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid.

Entrada de la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid en la que están escritos los significados de amarabunta.
Entrada de la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de Valladolid en la que están escritos los significados de amarabunta.
S. H. G.

Dentro de un proyecto para el fomento de la lectura, Dunia Etura, profesora de esta universidad, y el diseñador Nacho García Sevillano (Typopótamo) concibieron esta palabra con sus definiciones. Una de ellas, la que más nos concierne en estos momentos, es la siguiente: ‘impulso irrefrenable de acumular libros, incluso cuando las estanterías ya no pueden contenerlos, acompañado de un hormigueo inquieto en las manos y el pecho al imaginar todas las lecturas pendientes’.

Ahora bien, es interesante también detallar los otros tres significados que también le otorgan a “amarabunta”:

  • Pasión desbordante por los libros y la lectura, reconocible por un cosquilleo interno al sostener un libro entre las manos, abrirlo por primera vez o sumergirse en sus páginas. Puede volverse crónica y no desaparece con el tiempo, sino que se expande con cada nueva historia descubierta.

  • Conjunto de lectores apasionados que, en tumulto fervoroso, se congregan en bibliotecas, librerías y clubes de lectura, entregándose al placer inagotable de las palabras y las historias.

  • Sensación de enjambre literario que recorre el cuerpo al perderse en una historia absorbente, como si un ejército de hormigas trajeran palabras y mundos nuevos hasta el alma lectora.

Todos los términos (podríamos citar muchos más), antiguos y nuevos, sirven para entender por qué celebramos el Día del Libro. Llegado el caso, si experimenta conmoción hormiguil a la vista de los libros que desea adquirir o que quiere que le regalen (todo puede ser), no se inquiete y póngale el nombre que prefiera.

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Silvia Hurtado González no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.