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Alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero en Valladolid en 2050 requiere reducir las emisiones 20 veces más rápido

Alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero en Valladolid en 2050 requiere reducir las emisiones 20 veces más rápido

Investigadores de la UVa en colaboración con técnicos del Ayuntamiento de Valladolid han estudiado la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad desarrollando una metodología novedosa

Frenar el avance del cambio climático es una de las prioridades a nivel internacional. Por ello, desde las administraciones supranacionales hasta las locales se están implicando a través de la creación de políticas medioambientales. En este contexto, investigadores del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas (GEEDS) de la UVa en colaboración con técnicos del Ayuntamiento de Valladolid han elaborado una metodología novedosa que permite suplir la escasez de fuentes de datos estadísticos detallados y precisos para informar la toma de esas decisiones.

Esta falta de datos a nivel local “es comprensible por varios motivos. El primero es por la propia naturaleza del cambio climático en la que lo principal son las tendencias globales, lo que hace que sea un problema de entidad claramente supralocal. Lo segundo es que las competencias de medio ambiente directamente relacionadas con las emisiones de GEI están atribuidas a los gobiernos estatal y autonómico, lo que hace que la información oficial relativa a esta materia sea propia de las escalas regionales y estatales. El tercer motivo, posiblemente el más relevante, y es la ausencia de metodologíasde contabilidad ambiental sistemáticas aplicables a distintas escalas», explica Gaspar Manzanera, técnico del Ayuntamiento de Valladolid y miembro del GEEDS.

El análisis puesto en marcha desde la UVa combina diferentes perspectivas para analizar tanto los flujos de energía que “entran” en la ciudad como estimaciones del consumo energético realmente imputable a la población en sus actividades privadas. El segundo propósito de la investigación es ”validar una herramienta sencilla que pueda utilizarse en otras ciudades y pueblos. El uso de factores como los propuestos son habituales en la literatura científica y también en documentos técnicos institucionales. Nuestra contribución está en discutir la validez de dichos factores para cada caso y utilizarlos de forma coherente. Por otro lado, también hacemos algunas aportaciones sobre metodologías bottom-up (de abajo a arriba) que son muy habituales pero a las que encontramos limitaciones a la escala que las utilizamos”, concreta Manzanera.

Valladolid, una ciudad dependiente de los combustibles fósiles

En primer lugar, cabe destacar la gran dependencia de los productos energéticos derivados de combustibles fósiles: el petróleo y el gas natural representan entre el 70 y el 78% de las fuentes de energía primaria. Sin embargo, las energías renovables siguen teniendo un papel limitado, representando menos del 5% a pesar de la tendencia creciente en su consumo. Si comparamos estos datos con los resultados obtenidos para Madrid y Valencia, encontramos que Valladolid presenta un consumo de gas natural per cápita mucho más elevado que las otras dos ciudades, lo cual podría deberse a la presencia de una gran industria y un número mucho menor de habitantes. Por otro lado, el consumo de petróleo por habitante también es significativamente superior en Valladolid. Las causas principales de este alto consumo de petróleo parecen ser la falta de ferrocarriles como modo de transporte público local y la ubicación de Valladolid en la A-62, importante corredor de mercancías. Por último, Valladolid presenta una situación mejor que las otras dos capitales de provincia en cuanto a las energías renovables, probablemente por las numerosas instalaciones de calefacción urbana de biomasa existentes.

Si la comparación se establece teniendo en cuenta el consumo de energía primaria per cápita en España y en Valladolid, se aprecia un consumo un 10% superior en esta ciudad. Las principales diferencias son el mayor consumo de derivados del petróleo en España por los modos de transporte marítimo y aéreo (que no se computa a Valladolid en el estudio por no tener mar y estar el aeropuerto fuera del municipio), y un consumo de gas natural más elevado en Valladolid por las necesidades de calefacción (el clima en invierno en Valladolid es más frío que en otros puntos del país) e industriales.

En segundo lugar, se aprecia una clara vinculación entre consumo de energía y actividad económica. Durante el periodo analizado (2010-2019), en el que se produce una disminución poblacional en Valladolid, el consumo de energía aumentó desde 2015 coincidiendo con un periodo de recuperación económica. De esta forma, el consumo total de energía final en 2019 y las emisiones de GEI derivadas del consumo alcanzaron niveles muy similares a los de 2010 y, de la misma forma, adoptando la curva forma de U.

Pacto de los Alcaldes de 2011

Valladolid suscribió en 2011 el denominado Pacto de los Alcaldes, por el cual las ciudades firmantes se comprometieron a una reducción de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020. Los reultados de el análisis muestran que, lejos de conseguirse el objetivo, en el año 2019 la redución conseguida fue de un 6% per cápita. Alcanzar la neutralidad de GEI en Valladolid para 2050 requerirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 13% anual, que es, aproximadamente, 20 veces más rápido que el promedio registrado entre 2010 y 2019 de 0,6% anual.

Por último, es importante tener en cuenta que los datos expuestos hasta el momento presentan algunas limitaciones debido principalmente a dos factores: las emisiones fugitivas y los límites geográficos. La presencia de emisiones fugitivas (liberación de gases de efecto invernadero que se da durante la extracción, el procesamiento y la entrega de los combustibles fósiles al punto de utilización final) implica una infraestimación de las emisiones que deberían ser entre un 20% y un 25% superiores.

Por otro lado, los límites geográficos implican también una infraestimación, ya que existe evidencia científica de que los países ricos tienen una huella energética, derivada de la energía “inserta” en los productos que se importan de países subdesarrollados o en vías de desarollo. Estudios previos confirman que la huella energética primaria total en 2008 en España era casi un 35% mayor que la demanda total de energía primaria (con una tendencia creciente desde 1995). De esta forma, podemos concluir que el análisis realizado con los datos disponibles presenta una infraestimación. Por lo que “para alcanzar los objetivos planteados para la mitigación del cambio climático, es necesario adoptar medidas contundentes para comprender y transformar las actividades consumidoras de energía a nivel local. Y, por tanto, cada ciudad, sea cual sea su tamaño, debe adoptar las medidas necesarias, reconociendo que estas deben ser puestas en marcha de forma coordinada por todos los niveles institucionales relevantes, especialmente los municipales, muy limitados por las competencias institucionales y el presupuesto disponible”, concluyen los investigadores.

Bibliografía

Manzanera-Benito, G .; Capellán-Pérez, I. Mapeo de los flujos de energía y emisiones de GEI de una ciudad mediana: el caso de Valladolid (España). Sostenibilidad 2021 , 13 , 13181. https://doi.org/10.3390/su132313181

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Las desigualdades en clave de género y territorio tienen su reflejo en el abandono escolar temprano

Las desigualdades en clave de género y territorio tienen su reflejo en el abandono escolar temprano

La UVa describe factores endógenos que afectan al abandono escolar temprano que es la última expresión de un proceso de desvinculación educativa que se puede detectar en etapas educativas anteriores

El abandono escolar temprano se define como la proporción de jóvenes (de 18 a 24 años) que ha abandonado las aulas al concluir la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) sin proseguir en Formación Profesional, Bachillerato o formación no reglada. En 2020, este fenónemo alcanzó en España la cifra de 20,2% para los hombres y 11,6% para las mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta deserción constituye uno de los principales problemas sociales a los que se enfrentan el país y la Unión Europea, que se había propuesto para ese mismo año reducir el promedio de abandono escolar prematuro a menos del 10%. Este problema es especialmente acuciante en los países del sur de Europa: en España, Italia o Malta que tienden a tener las tasas más altas de la UE. Investigadores de la Universidad de Valladolid han estudiado recientemente los factores endógenos para mitigarlo.

El abandono escolar temprano es un fenómeno complejo que tiene múltiples causas y se ve afectado por diversos factores. Una forma de clasificar estos factores es diferenciar entre causas endógenas (originadas de forma interna, como por ejemplo la socialización de género) y causas exógenas (de origen externo, por ejemplo las políticas educativas). Existen hasta el momento numerosas investigaciones centradas en las causas exógenas, por lo que investigadores del Departamento de Sociología y Trabajo Social de la Universidad de Valladolid han realizado un estudio centrado en las variables endógenas del fenómeno y en cómo estas se ven moldeadas por las desigualdades regionales y de género. “Lo que queremos plantear es que el abandono escolar temprano no es un resultado puntual de los jóvenes entre 18 y 24 años, sino que está muy relacionado con los resultados educativos previos, desde la Educación Primaria. Estos resultados a su vez se ven influidos por factores internos y externos al sistema educativo, por lo que la respuesta no puede ser exclusivamente educativa, debe tener en cuenta la situación socioeconómica y cultural de cada contexto específico”, explica Siro Bayón,miembro del equipo investigador.

Brechas regional y de género

El género y la región son también condicionantes para el abandono escolar temprano, siendo en España, los jóvenes en Andalucía, Ceuta o Melilla, por ejemplo, los que más abandonan la educación de forma prematura. Por un lado, la socialización de género (proceso por el que las personas interiorizamos y asumimos expectativas sociales, actitudes y comportamientos asociados a nuestro género) parece jugar un papel crucial, ya que los menores están expuestos a diferentes influencias de las familias, amigos, maestros y otras personas con las que entran en contacto. “Las niñas están socializadas en unas normas, patrones de comportamiento y actitudes mejor adaptadas al contexto educativo. Es una de las múltiples razones que explican que las cifras de abandono escolar temprano y de muchos indicadores educativos sean menores en el caso de las mujeres que en el de los hombres. Sin embargo, este viento a favor parece no ser suficiente para contrapesar lo que pasa después en el mercado laboral, donde la segregación horizontal, la brecha salarial o el techo de cristal desgraciadamente marcan la realidad de las mujeres en el mercado de trabajo”, analiza Bayón.

Por otro lado, la dimensión regional también genera desigualdades en la tasa de abandono escolar. Estas diferencias entre regiones pueden atribuirse tanto a la composición socioeconómica de la población como a factores institucionales, por lo que la respuesta ha de tener en cuenta el contexto educativo, el cultural y el socioeconómico. “La reducción del abandono escolar no debe ser una prioridad solo de la política educativa, sino que debe formar parte de un conjunto coherente e integrado de políticas sociales, educativas y económicas. Las diferencias regionales son la expresión de unos contextos educativos, económicos, demográficos y sociales sumamente diferentes. Ello no se traduce en que desde la política no se pueda hacer nada. Al contrario, algunas regiones parece que presentan un contexto político-institucional más favorable frente a este problema social. En este sentido, en otra investigación, realizada junto a Helena Corrales (UVa) y Kristof De Witte (KU Leuven), evidenciamos que Asturias, Navarra y País Vasco abordan mejor este problema, más allá de la composición demográfica y su contexto socioeconómico”, aclara el investigador.

El abandono escolar es un fenómeno, también, endógeno

Los resultados del estudio, publicado en la revista European Journal of Education, sugieren que el abandono escolar prematuro no es un fenómeno puramente exógeno, sino que es la última expresión de un proceso de desvinculación educativa que se puede detectar en etapas educativas anteriores.

En España, regiones como País Vasco, Navarra, Madrid, Castilla y León registran mejores resultados, mientras que Andalucía, Baleares, Extremadura y Castilla-La Mancha puntuan por debajo de la media española en prácticamente todos los indicadores educativos (esperanza de vida escolar, tasa de idoneidad, tasa de graduación y pruebas de competencias PISA). La presencia de estos desequilibrios regionales en el desempeño escolar en todos los niveles de la educación, así como el hecho de que estas desigualdades parecen atribuirse en parte a la composición de la población requieren políticas con un enfoque en el contexto regional específico.

Bibliografía

Siro Bayón-Calvo,Jezabel Lucas-García,Rogelio Gómez-García (2021) ‘An endogenous analysis of early school leaving in Spain: The role of gender and regional inequalities’. European Journal of Education, 56 (3), 482-495. DOI: https://doi.org/10.1111/ejed.12461