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La epidemia de Peste Negra del siglo XIV provocó la expansión de los bosques de montaña de la cuenca mediterránea

La epidemia de Peste Negra del siglo XIV provocó la expansión de los bosques de montaña de la cuenca mediterránea

Según una investigación liderada por Gabriel Sangüesa, del GIR Cambium de la EiFAB del Campus de la UVa en Soria, y en la que han participado expertos de universidades de Italia, Alemania, Reino Unido y del CSIC

Gabriel Sangüesa, investigador del GIR Cambium de la EiFAB del Campus de la UVa en Soria, ha liderado un estudio internacional, publicado en la revista Global Change Biology, en el que analiza cómo episodios históricos y climáticos como la pandemia de la Peste Negra del siglo XIV y la posterior Pequeña Edad de Hielo (1450) pudieron influir en la expansión de los bosques de montaña de la cuenca mediterránea como consecuencia del descenso demográfico en el medio rural y el cese de las actividades ganaderas de montaña.

Para demostrarlo, los autores del estudio en el que han colaborado investigadores de la Universidad de la Tuscia (Italia), la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (Alemania), la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC, España), analizaron tres bosques únicos en el sur de Europa: Los Pirineos, Pollino (sur de Italia) y el Monte Smolikas (noroeste de Grecia) que albergan algunos de los pinos más viejos del continente superando los 1000 años de vida.

En estos tres sitios, alejados por miles de kilómetros, los investigadores vieron que muchos árboles germinaron y se establecieron en el territorio en un momento muy concreto, que coincide con el periodo posterior al comienzo de la peste negra. «Los bosques analizados son únicos por su longevidad y su estado de conservación, conocer la historia de estos bosques nos permite viajar al pasado e imaginar las idas y venidas de los paisajes de montaña de los últimos siglos», afirma Sangüesa.

Anillos de crecimiento

Para determinar el momento exacto en el que los árboles se establecieron en el terreno, los autores han utilizado la dendrocronología, que es la ciencia encargada de la datación y estudio de los anillos de crecimiento de los árboles y permite conocer su edad, su crecimiento anual, y también el momento exacto en el que germinaron.

«Todos los árboles que crecen en un mismo lugar tienen un patrón similar de anillos anchos o estrechos en función de las características climáticas de cada año. Solapando todas esas series de crecimiento podemos finalmente asignar a cada anillo el año concreto en que se formó, y por tanto determinar en qué momento exacto cada árbol se estableció en el territorio».

Este mismo proceso se hizo en estudios independientes en los Pirineos, en Italia y en Grecia y vimos que muchos árboles viejos se establecieron en un momento muy concreto», añade el investigador de GIR Cambium.

Peste

Además de la datación, los investigadores han sido capaces de obtener con la ‘lectura de los anillos mucha más información como los factores climáticos que han influido en su crecimiento. «Podemos estudiar la densidad de la madera, cómo son sus células, o cómo varía dentro de un anillo la madera temprana que corresponde a la primavera, y la madera tardía que corresponde al final del verano. Relacionando estas variables con información ambiental podemos determinar qué características climáticas hacen que un anillo sea ancho o estrecho, y si hacemos esto en escalas temporales amplias, podemos saber qué factores climáticos influyen en mayor medida en el crecimiento de los arboles. En el caso de los bosques subalpinos del estudio, que son los últimos que podemos encontrar en las montañas, son especialmente sensibles a los cambios en la temperatura «, añade Gabriel Sangüesa.

Ante la tentación de establecer comparaciones entre la pandemia del siglo XIV y la de la COVID19, el investigador concluye que a pesar de las imágenes que nos deja de animales que campan a sus anchas por las calles, aguas cristalinas donde antes reinaba la turbiedad, descenso del nivel de contaminación, «en ningún caso podemos equiparar la actual epidemia con lo sucedido entonces. Pero este estudio nos muestra cómo las crisis sanitarias y sociales pueden condicionar la dinámica actual de nuestros bosques de montaña y dejar legados que perduran siglos».

Bibliografía

Gabriel Sangüesa-Barreda, Jan Esper, Ulf Büntgen, J. Julio Camarero, Alfredo Di Filippo, Michele Baliva, Guianluca Piovesan, ‘Climate-human interactions contributed to historical forest recruitment dynamics in Mediterranean subalpine ecosystems’, Global Change Biology, Volume 26, Issue 9, 2020. DOI: https://doi.org/10.1111/gcb.15246

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Área - Ciencias de la Salud Comunicación Reportajes

La educación en neurociencia y el ejercicio físico logran mejoras en pacientes con dolor crónico

La educación en neurociencia y el ejercicio físico logran mejoras en pacientes con dolor crónico

Profesores de la UVa publican el mayor ensayo clínico sobre dolor crónico sin fármacos

Dos profesores del Máster en Fisioterapia Manual de la Universidad de Valladolid, Miguel Angel Galán Martín y Federico Montero Cuadrado, en colaboración con el profesor de Bioestadística de la UVa Agustín Mayo Íscar han publicado en la revista Journal of Clinical Medicine los primeros resultados del mayor ensayo clínico desarrollado en el mundo hasta la fecha que aborda el dolor crónico sin la utilización de fármacos, en la que se emplea la educación en neurociencia del dolor y el ejercicio físico. El estudio ha sido publicado en la sección de Anestesiología de esta revista.

Miguel Ángel Galán Martín y Federico Montero Cuadrado trabajan en la unidad de Afrontamiento de Activo del Dolor en Atención Primaria, donde coordinan la puesta en marcha de estrategias grupales educativas y de ejercicio físico para el tratamiento del dolor. Su programa contiene elementos innovadores que hasta la fecha no se utilizaban en la sanidad pública como es la educación en neurociencia del dolor para pacientes y el ejercicio físico expresamente diseñado para pacientes con dolor crónico musculoesquelético.

Los pacientes participantes de este estudio han conseguido tras estos tratamientos mejorar su calidad de vida, su funcionalidad y su intensidad del dolor, a la vez que reducían el consumo de fármacos, lo que supone un avance importante en este campo, e incluso tres cuartas partes de ellos han conseguido niveles de calidad de vida similares a los que tienen la población en general de su misma edad y género. 

De izquierda a derecha, Agustín Mayo Iscar, Miguel Ángel Galán Martín y Federico Montero Cuadrado

Las cuentas del dolor crónico

La parte educativa del nuevo enfoque utilizada en el ensayo fue introducida en nuestro país por el neurólogo Arturo Goicoechea y el fisioterapeuta Rafael Torres Cueco tras conocer los trabajos e investigaciones en el campo de la neurociencia, sobre todo de los países anglosajones (Estados Unidos, Reino Unido y Australia), y su aplicación al ámbito del dolor crónico. 

La comprensión del dolor como respuesta cerebral a un posible daño real o potencial es una de las primeras informaciones que recibe el paciente en el programa educativo. Tras ese primer paso la intervención se centra en describir los cambios que ocurren en el sistema nervioso de los pacientes y que son responsables de la cronificación. Estos cambios repercuten en la funcionalidad, generando en muchas ocasiones altos niveles de discapacidad. 

Utilizando estímulos cognitivos, sensoriales y motores gracias a fenómenos de neuroplasticidad se puede revertir cambios que ocurren en el sistema nervioso de los pacientes con dolor crónico. 

Durante todo el programa la intervención del paciente es fundamental, especialmente en la segunda parte, ya que se convierte en protagonista de su recuperación a través de ejercicio físico.  

Este abordaje del dolor es un cambio en el modelo de atención del paciente con dolor, un cambio de paradigma, ya que- según estos investigadores- “extender estos tratamientos en la atención primaria ayudaría a disminuir los costes económicos y sociales que genera el dolor; se reduciría tanto el gasto sanitario como el derivado de las compensaciones por incapacidad y, evidentemente, supondría una mejora importante en la calidad de vida de los pacientes con dolor”.

Bibliografía

Miguel Ángel Galán Martín, Federico Montero Cuadrado, Enrique Lluch Girbes, María Carmen Coca López, Agustín Mayo Íscar, Antonio Cuesta Vargas, ‘Pain Neuroscience Education and Physical Therapeutic Exercise for Patients with Chronic Spinal Pain in Spanish Physiotherapy Primary Care: A Pragmatic Randomized Controlled Trial’, J. Clin. Med. 2020, 9(4), 1201; https://doi.org/10.3390/jcm9041201