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El western renace en el siglo XXI

Fotograma de _First Cow_, de Kelly Reichardt. FilmAffinity

En el siglo XXI algunos directores de cine han mostrado su predilección por aquel western de hace décadas. En su memoria pervive aún la visión mítica sobre la epopeya americana.

Viggo Mortesen en Hasta el fin del mundo es uno de los últimos ejemplos. También Kevin Costner recupera la afición en Horizon: An American Saga. El género ha resurgido de las cenizas del desinterés en el siglo XXI. Y como todo renacer, hay aspectos de la tradición que perduran y otros que se revisan.

Por un lado, este fenómeno de reapropiación del western es estéticamente identificable e intencionado. Diligencias, carretas, poblados destartalados, ranchos, plantas rodantes, saloons, establos y el desierto siguen presentes en el universo.

En ese espacio, el western contaba la Historia de los Estados Unidos en clave de hazaña colectiva, definiendo la identidad “americana”. Eso explica por qué paralelamente el cine bélico estadounidense prolongó sus dominios en la vertiente trágica. Acabada la conquista del Oeste, ese mismo pueblo seguiría asumiendo el papel de sheriff del mundo, arriesgando en la frontera de las ideologías y religiones, defendiendo la Ley frente a la autonomía del individuo, la democracia como la mejor organización política posible frente al poder del más fuerte y la libertad en una versión del western más empañada y crítica de sí mismo.

Pero no todo se reduce a un puñado de tópicos románticos. Uno de los aspectos más valiosos del western es la creación de arquetipos humanos. Uno sería el “hombre de frontera”, representado por el Ethan Edwards de Centauros del desierto. Edwards encarna el heroísmo y dos posiciones éticas no coincidentes necesariamente: la de outsider y la de forajido. Posteriormente, ese “bueno aparentemente malo” validará al protagonista de Sin perdón. En ese nuevo western se advierte un repliegue a las viejas esencias por alguna razón.

Un poco de historia

Este género –en sus orígenes, literario– lo inventaron los colonos puritanos del Este, bajo la consigna providencialista del “destino manifiesto”.

Puesta en boca de periodistas como John O’Sullivan, ofrecía los argumentos que legitimaron y justificaron el expansionismo territorial como un deber trascendental para el ciudadano demócrata. El western le debe mucho a la labor de la prensa en el territorio. Este hecho está presente en los argumentos de películas como Noticias del gran mundo, que cuenta la historia de una niña cautiva por los nativos americanos.


John Wayne en un fotograma de Centauros del desierto, de John Ford.
FilmAffinity

El género también ha creado iconos. Acontecimientos como la construcción del ferrocarril hasta California, la guerra de secesión –que colocó en paralelo la lucha contra la esclavitud y la Unión–, la anexión de Texas y sus intentos de independencia y la creación de las reservas indias son algunos de esos hitos que buscan cohesionar el país con un relato común de valor, contradicción, sacrificio e innovación.

Igualmente, el western (originado en las Westward stories, las historias de la conquista del oeste) fue testigo del nacimiento del cine. Autores como Bret Harte caracterizaron a personajes que luego saltarían a la pantalla. Esa mitología está plagada de bandidos, cuatreros, tramperos, sheriffs, outsiders, cowboys… Gentes con intereses expansionistas, aventureras, acuciadas por la necesidad o la codicia.

Otro gran tema del western es el blanqueamiento del criminal. Destacan así las dime novels, novelas por entregas a diez centavos, que deleitaban a los niños. La frontera se convierte en un símbolo mental, espiritual y político. El escepticismo y la ambigüedad conviven en un héroe con un código de honor fiero. Resuenan así John Ford, Howard Hawks, Sam Peckinpah, Anthony Mann, Sergio Leone o John Sturges, por mencionar a clásicos canónicos a los que debemos los nuevos caballeros andantes de las praderas.

Por lo tanto, este género es una fórmula narrativa que explica la forja de una nación, mientras la alimenta, corrige, orienta y falsea. El western es a Estados Unidos lo que la tragedia a la Grecia Antigua.

Remakes, adaptaciones y la historia ordinaria

Tras un breve decaimiento en las últimas décadas del siglo XX, el western ha experimentado un florecimiento basándose en el homenaje, la desmitificación y el interés por la vida ordinaria.

Por ejemplo, la admiración por el sacrifico del héroe se aprecia en los remakes El tren de las 3:10 o en Valor de ley. Novelas y biografías se adaptan al cine con la intención de mostrar la inadaptación y otras consecuencias negativas de la violencia. Tienen cabida las historias de los renegados de la guerra civil en El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford y también las dos caras abominables del capitalismo en la inigualable Pozos de ambición.


Fotograma de El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford, de Andrew Dominik.
FilmAffinity

Este renacer del género aporta su toque de modernidad: la desacralización de la construcción de la nación, la actitud de los pioneros o las condiciones de vida sufridas.

A través de otros relatos, como el de Hugh Glass en El renacido, se refleja lo que debió ser la auténtica lucha del hombre contra la naturaleza salvaje en los territorios de frontera. Incluso nuevos protagonistas, como el Capitán Joseph Blocker en Hostiles, muestran su herida psicológica a causa de la violencia que ellos mismos han infligido.

Resultan novedosos algunos enfoques arriesgados como el de Quentin Tarantino en Django desencadenado, donde la violencia se erige en lenguaje y el protagonista es negro, o el de Tommy Lee Jones, en Deuda de honor, al mostrar un retrato nada heroizante de las mujeres que regresaron al Este porque no supieron resistir en aquellos horizontes lejanos.

En un proceso inverso, se idealiza la figura de la exploradora Martha Jane Canary-Burke, conocida como “Calamity Jane”.

La película animada Calamity es un bellísimo compendio estético de los asuntos que dominan el gran relato americano. Es llamativo que el director francés Chayé se acerque en ella al mito de Martha Jane Cannary leyendo de manera tan inteligente la danza esencial del western entre el viaje físico y el viaje interior, la soledad del héroe ante el peligro y el sentido de comunidad, el anhelo de aventura y el gusto por lo cotidiano, la mística de un café sobre una fogata y la belleza devoradora de una naturaleza indómita que no perdona a los débiles.


Fotograma de Calamity, de Rémi Chayé.
FilmAffinity

En una línea más contemplativa, la directora Kelly Reichardt documenta el tiempo del western. Reichardt aporta el valor de la incertidumbre a la par que desdramatiza la vida real de las familias y de los buscavidas en Meek’s Cutoff y en First Cow.

El western ha renacido en el siglo XXI desmitificando su causa o cuestionando con nostalgia y admiración algunos aspectos oscuros de una historia aún por desenmascarar, de una falsificación fabulosa, cruel y encantadora de migraciones.

Los autores de este artículo han publicado recientemente una monografía sobre el tema titulada El western renacido en el siglo XXI. En ese libro se recogen 15 estudios sobre westerns del siglo XXI.

Alberto Fijo Cortés y Gema Pérez Herrera no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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¿Está Europa en guerra contra el plástico?

Oscar Chamorro/Shutterstock

Según la Comisión Europea, el 87 % de los ciudadanos europeos está preocupado por el impacto del plástico en el medio ambiente. Mientras, el debate sobre la sostenibilidad de este material a largo plazo sigue manifestándose con opiniones radicalmente opuestas. Hay quienes proclaman que es altamente contaminante y abogan por evitarlo. Otros, en cambio, lo consideran la mejor opción.

Los últimos datos recopilados por Plastics Europe apuntan que Europa produce un 14 % del plástico mundial. A lo largo de los últimos años, el monto ha oscilado alrededor de los 60 millones de toneladas.

Se trata de una tendencia que ha fluctuado paralelamente a la variación del PIB europeo durante esos mismos años, por lo que es probable que retome el aumento a medida que Europa se recupere del actual periodo inflacionario.

A nivel mundial, su producción ha crecido de manera sostenida desde 1950. Además, se prevé que siga incrementándose durante las próximas décadas y llegue, incluso, a duplicarse en 20 años.

Sigue siendo un material sin competidor

La producción de un bien, en condiciones de equilibrio, va de la mano de la demanda, pues si no, habría exceso de oferta. Por tanto, la tendencia al alza en la producción del plástico implica que está satisfaciendo un número muy amplio y cada vez mayor de necesidades.

Dado este contexto, es razonable predecir que no va a desaparecer de la economía en un plazo de décadas o, incluso, siglos. Al menos, no hasta que aparezca un nuevo material que sea más competitivo, mejorando sus propiedades a menor coste.


El plástico es la solución más económica y versátil que han encontrado muchos fabricantes para todo tipo de artículo cotidianos.
Cjp24 / Wikimedia Commons, CC BY

Donde más se demanda este material es en los sectores del envasado, la construcción y el de transporte. El primero copa el mercado de plásticos en más de un 30 %. Aquí, por ejemplo, las láminas multicapa cumplen una función esencial, pues combinan las características únicas de diferentes plásticos para producir envases flexibles, transparentes y con protección selectiva contra la humedad ambiental, el oxígeno u otros gases.

El siguiente sector, la construcción, atrae un 17 % del total. Materiales funcionales como los plásticos porosos permiten a las viviendas de millones de personas mantener un buen aislamiento térmico a muy bajos costes. Esto es debido a que la estructura porosa está compuesta de hasta un 96 % de aire que, al ser buen aislante, impide la transmisión rápida del calor. Además, puesto que el plástico representa un porcentaje tan bajo del material total, sus costes son muy reducidos.

El tercero es el de la automoción, que consume un 10 % de la producción mundial. Los plásticos compuestos son materiales altamente ligeros y resistentes que permiten a automóviles y aviones ahorrar en carburante, reduciendo las emisiones de CO₂, mientras son seguros ante posibles accidentes.

Actualmente, en ninguno de los anteriores casos existen claros competidores del plástico en términos de propiedades y coste de producción. ¿Qué hay de malo entonces? El problema, como se verá a continuación, son las externalidades negativas –o daños indirectos– que produce.

Los daños del plástico en 2024

Los perjuicios de los desechos plásticos sobre los ecosistemas ya han sido estudiados: facilitan el transporte de especies invasoras y aumenta la mortalidad de especies marinas por ingesta o enredo. Sin embargo, quizá los más nocivos sean los microplásticos, presentes en los hábitats acuáticos, el aire que respiramos, el suelo, nuestras casas, incluso, en el agua que bebemos.

Sus riesgos los sufren no solo animales de todas las especies, sino también la salud de las personas.

A esto se suma el reto de su reciclado: según Eurostat, el 32.5 % de los residuos totales de plástico en Europa son reciclados en 2024. Del resto, un 25 % es vertido y un 45 % es destinado a recuperación de energía.

Esto último consiste en la conversión de residuos en calor, electricidad o combustible utilizable mediante una variedad de procesos, muchos de los cuales, como la incineración, producen dióxido de carbono. Además, se calcula que alrededor de un 3 % del total escapa del proceso de recolección, depositándose indefinidamente en el entorno terrestre o acuático.


Fábrica de pellets de polímero en la planta química Ticona en Kelsterbach, cerca de Frankfurt am Main.
Metroskop / Wikimedia Commons, CC BY

Por tanto, aún queda un largo camino hacia una economía circular completa. Y eso no es todo, pues es necesario también que la demanda de plástico reciclado incremente en paralelo al aumento del reciclaje.

Al respecto, en 2018 se calculó una demanda de plásticos reciclados del 6 % sobre el total. Se trata de un valor muy bajo que, aunque el Parlamento Europeo prevea un rápido incremento en los futuros años, hay que tener todavía en cuenta.

Y es que el proceso de reciclaje sigue siendo costoso e ineficiente. Además, los plásticos que se reciclan se destinan en su mayoría a aplicaciones de menor valor que representan su uso final. Ocurre, incluso, con termoplásticos como el PET, que no suelen sufrir pérdidas apreciables en sus propiedades. Tras el primer reciclado, tienden a no reciclarse nuevamente por causas económicas.

En guerra contra su mala gestión

En definitiva, el 87 % de los ciudadanos europeos hace bien en preocuparse, pues sobre ellos están cayendo cuantiosas externalidades negativas derivadas del plástico. Sin embargo, esto no quiere decir que deba o esté cerca de ser eliminado indiscriminadamente mediante gravosas regulaciones.

La solución ideal al problema del plástico no será imponer indistintamente su veto o sustitución, sino promover la internalización de externalidades por parte de los productores. Es decir, hacer que los costes o efectos secundarios negativos sean asumidos por quienes los causan.

Para ello, será necesario avanzar en el desarrollo de materiales más sostenibles y competitivos, así como en la investigación, tecnologización y sofisticación de su gestión. Esto es, la llamada economía circular, que es, citando a The New Plastics Economy: “una forma potencial de que nuestra sociedad prospere, al tiempo que reduce la demanda de materias primas finitas y minimiza las externalidades negativas”.

Las personas firmantes no son asalariadas, ni consultoras, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado anteriormente.

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¿Sigue siendo necesario separar los residuos en casa?

Serie de contenedores en una calle de Alpedrete (España): vidrio; aceite usado; ropa y calzado; papel y cartón; envases; orgánico y otros restos. Labola / Wikimedia Commons, CC BY

Los ciudadanos españoles están obligados por ley a repartir sus desechos domésticos en los distintos contenedores disponibles. De hecho, un 82 % de los hogares cuenta con al menos dos espacios distintos para separar su basura.

Mientras, la tecnología avanza y los métodos de clasificación automática se vuelven cada vez más sofisticados. Si se puede hacer de esta manera, ¿sigue siendo útil, aun en 2024, que los españoles asuman la responsabilidad de separar su basura doméstica de forma manual?

Concienciación como prioridad

Ya el artículo 8 de la ley de residuos 7/2022 establece que los ayuntamientos deben llevar a cabo medidas incentivadoras, como campañas de concienciación pública, para promover la separación de residuos.

El sector privado, tampoco se queda atrás. FCC Medio Ambiente o Urbaser, las dos empresas que más facturan en este sector en España, dedican esfuerzos a realizar campañas de concienciación. Lo mismo hace el sistema colectivo Ecoembes, formado por más de 17 000 empresas envasadoras y de comercio.


Campaña de concienciación de reciclaje de Ecoembes en el Ayuntamiento de la Villa de Moya, Gran Canaria.
Ecoembes/Ayuntamiento Villa de Moya

La difusión se lleva a cabo a través de múltiples métodos, como talleres, presenciales u online, o folletos informativos en los buzones. Un buen resumen de las diversas medidas se puede encontrar en el informe Evaluación de actuaciones de educación, comunicación y sensibilización en materia de residuos del MITECO.

De forma paralela, existen en el mundo múltiples técnicas automáticas para separar materiales en las plantas de gestión de residuos, aprovechando características físicas y químicas de los materiales como su tamaño, peso, propiedades electromagnéticas, ópticas, etc.

Sin embargo, los materiales son cada vez más diversos y complejos, por lo que su separación es un reto en constante necesidad de superación.

La sociedad es consciente de este problema. Prueba de ello es el creciente número de publicaciones científicas relativas a la clasificación de residuos en los últimos años. La cifra anual se incrementa a razón exponencial desde 1970, con más de 3 000 artículos sobre el tema en el año 2023.

En el caso de España, según se indica en el informe de 2023 de la Fundación Cotec para la Innovación, los niveles de reciclado se sitúan todavía muy por debajo de los de la Unión Europea. En 2021, el vertedero seguía siendo el principal destino del 51.91 % de los residuos domésticos. El reciclaje, junto con el compostaje, suponía menos del 40 % de la distribución total. El resto acababa incinerado.

Por tanto, la industria española todavía necesita cubrir grandes huecos de inversión e investigación, así como una mayor digitalización, como también indica el informe de 2021 del Centro Tecnológico de la Energía y del Medio Ambiente (CETENMA).

La punta del iceberg

Según el INE, en 2021, los residuos de los hogares españoles constituyeron un 19.6 % del total. El restante 80.4 % proviene de sectores como la agricultura y la ganadería, la industria, la construcción o los servicios.


Código internacional de colores para la clasificación de residuos de residuos.
Martin de Santa Cruz / Wikimedia Commons, CC BY

Por tanto, aun con un 82 % de hogares españoles que aseguran hacer separación de su basura, tan solo el 7.8 % de los residuos totales que se produjeron en España en 2021 fueron de origen doméstico y reciclados al final del proceso. De este 7.8 %, ¿cuánto se atribuye a la colaboración individual de los ciudadanos?

El porcentaje exacto es difícil de cuantificar, si no imposible. Lo que sí se puede afirmar es que no sería la totalidad, ya que la separación inicial es tan solo la punta del iceberg. La cadena de procesamiento de los residuos domésticos es muy amplia y depende de muchos factores, como su financiación o sus límites tecnológicos.

En España, los servicios de recogida y gestión de residuos son financiados por aquellos que los producen (“quien contamina paga”). En el caso de los desechos domésticos, tanto los hogares como las empresas envasadoras y comerciantes contribuyen a sufragar los costes.

Esto implica que, si los ciudadanos no separasen manualmente su basura, los costes de gestión o de compensación por daños se incrementarían. Aunque es complicado predecir cuánto, un estudio reciente valoró los daños ambientales producidos en Chile por residuos sin separar en 297 euros por tonelada (129 euros per cápita anuales en el año del estudio). Esta cifra puede interpretarse como el coste de la compensación ambiental por tonelada de residuo no gestionado.

¿Quién asumiría el coste si no hubiera recogida selectiva?

Es complicado predecir si un coste equivalente en España sería superior a su utilidad marginal. Es decir, si los ciudadanos estarían dispuestos a asumirlo para no tener que separar su basura. Teniendo en cuenta que España está lejos de ir tecnológicamente en cabeza, es probable los costes sean suficientemente altos como para que la respuesta sea negativa.

En última instancia, el papel activo del ciudadano, aunque responde a una responsabilidad ambiental limitada (menor al 7.8 %) cubre de manera agregada los huecos que la tecnología aún no puede cubrir. Además, previene un aumento de los costes de gestión, que no todos podrían estar dispuestos o capacitados para asumir.

Aunque la tecnología avanza, la sociedad todavía está lejos de contar con sistemas capaces de gestionar eficazmente residuos plenamente no separados. Por lo que, actualmente, la previa separación es un pilar fundamental en el reciclaje. Solo con tiempo, inversión e investigación se podrá aspirar a un sistema que minimice la necesidad de intervención manual por parte de los ciudadanos.

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Garbanzos con rabia, ¿es posible vacunarlos?

Vendedor de garbanzos verdes en la India. Jorge Royan / Wikimedia Commons, CC BY

Al igual que los animales, las plantas también son afectadas por enfermedades provocadas por microorganismos (virus, bacterias, hongos, etc.). Existen patógenos especializados en “hacer daño” a los tejidos vegetales, al mismo tiempo que son inocuos para los humanos.

Un ejemplo, aunque parezca difícil de imaginar, es la rabia que afecta a las plantas de garbanzo, que nada tiene que ver con la enfermedad vírica que afecta a los animales.

El garbanzo, con nombre científico Cicer arietinum, es la segunda leguminosa más producida del mundo (> 18 millones de toneladas), por detrás de las judías o alubias.

A nivel nutricional, es una importante fuente de proteínas asimilables (23-28 % de su peso) y fibra (18-22 % de su peso), además de ácidos grasos beneficiosos (oleicos y linoleicos), minerales (calcio, magnesio, fósforo y potasio) y vitaminas (A y Bs). Por lo tanto, representa un cultivo muy importante en todo el mundo, tanto a nivel económico como para la dieta de muchas poblaciones.


Detalle de una planta de garbanzos con sus primeros frutos.
H. Zell / Wikimedia Commons, CC BY

Dentro de la gran variedad de garbanzos disponibles en el mercado, las Indicaciones Geográficas Protegidas (IGPs) destacan por su excepcional calidad. Como ejemplo de ellas, podemos encontrar la IGP Garbanzo de Fuentesaúco, producida al sureste de la provincia de Zamora (Castilla y León, España).

Aunque no es una leguminosa muy productiva, tiene una extraordinaria calidad culinaria, reconocida mundialmente por su gran tamaño, textura y sabor.


Garbanzo con Indicación Geográfica Protegida de Fuentesáuco.
Valdavia / Wikimedia Commons, CC BY

Legumbres rabiosas

Una vez presentada “la víctima”, hablemos de su “asesino”. Si hablamos de la rabia, todo el mundo pensaría que nos estamos refiriendo a esa terrible enfermedad vírica que ataca al cerebro de los animales, provoca comportamientos violentos (como morder) y finaliza con la muerte del afectado.

Sin embargo, el virus del animal no ataca a las plantas, por lo que nos referimos a otra enfermedad muy distinta. Ascochyta rabiei (o Didymella rabiei) es el nombre científico con el que se conoce al hongo que provoca la rabia de los garbanzos, una enfermedad muy agresiva y que está ampliamente distribuida por todo el mundo.

Las esporas de este hongo son transportadas por el viento o la lluvia hasta que se depositan en la superficie de la planta. Allí germinan y el hongo penetra los tejidos del hospedador, provocando lesiones negras circulares necróticas (de tejido muerto), principalmente en hojas y tallos.


Planta de garbanzo afectada por la rabia.
Wikimedia Commons, CC BY

Cuando la lesión es muy agresiva, se produce la defoliación (caída de las hojas) de la planta y su muerte por estrangulamiento. Además, si la planta llega a formar semillas, el hongo patógeno las coloniza, pasando la enfermedad a la próxima generación.

Actualmente, el control de esta infección es muy difícil, debido a la inexistencia de garbanzos resistentes y la ineficacia de los fungicidas químicos. Por ello, las estrategias de control biológico pueden representar una solución al problema.

Hongos para mantener a raya al invasor

Uno de los agentes de control biológico que se están utilizando de forma exitosa contra diferentes enfermedades agrícolas es Trichoderma, género de hongos filamentosos muy beneficiosos.

Estos colonizan las raíces de las plantas y las ayudan a combatir a los patógenos, por ejemplo, “comiéndoselos” directamente, produciendo compuestos antimicrobianos (antibióticos y antifúngicos) o compitiendo por el espacio y los nutrientes presentes en el suelo.

Además, al colonizar las raíces de las plantas, Trichoderma es reconocido por su “casera”, lo que provoca la activación de las defensas vegetales en todos sus tejidos. Por lo tanto, actúa como una “vacuna vegetal”.

Conociendo la enfermedad que afecta a este cultivo, junto con las posibilidades que presenta Trichoderma, el grupo de investigación de la Universidad de Valladolid Agrobiotech, junto con investigadores de la Misión Biológica de Galicia (CSIC), han desarrollado un trabajo en el que se han “vacunado” plantas de garbanzo de Fuentesaúco (IGP).

En esta investigación, que acaba de ser publicada en la revista científica Biological Control, se utilizaron diferentes especies de Trichoderma para determinar cuál era capaz de activar las defensas de las plantas de garbanzo e inhibir el crecimiento del patógeno.

Tras diversos experimentos, se identificó la especie Trichoderma harzianum como la más eficaz. Posteriormente, semillas de garbanzo fueron bañadas con esporas de este hongo beneficioso, mediante un recubrimiento con goma arábiga.

Las semillas fueron sembradas en macetas con suelo recogido en campos de cultivo de Fuentesaúco, donde se conocía de la presencia del patógeno. Una vez crecidas las plantas, se infectaron artificialmente con el patógeno.

Así, se pudo demostrar cómo Trichoderma harzianum actúa como una “vacuna” contra la rabia del garbanzo. Finalmente, gracias a técnicas de hormonómica y metabolómica, se identificó cómo funciona este nuevo aliado a la hora de proteger a las plantas de la infección.


El hongo Trichoderma harzianum en un plato de cultivo.
Jorge Poveda

En la fase actual, se están realizando ensayos de campo junto con los agricultores de la IGP Garbanzo de Fuentesaúco, para determinar la verdadera efectividad de esta herramienta biotecnológica en condiciones reales del cultivo.

Controlar de forma eficaz la enfermedad supondrá una mejora importante para esta actividad agrícola, aplicable a los cultivos de garbanzo de todo el mundo.

Jorge Poveda Arias no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Inteligencia artificial en la universidad: los estudiantes piden nuevas formas de evaluación

l i g h t p o e t / Shutterstock

¿Cuántos estudiantes universitarios utilizan ChatGPT y otros softwares similares para generar contenido de trabajos académicos? Ante el reto que supone detectar si un escrito ha sido o no elaborado con inteligencia artificial, y de poder garantizar una evaluación equitativa, hemos realizado un estudio entre nuestro alumnado (del grado de Publicidad y Relaciones Públicas) para averiguar cuántos y por qué hacen uso de estas herramientas.

En la parte cuantitativa del estudio realizamos una encuesta en la que participaron un total de 300 estudiantes; lo combinamos con entrevistas cualitativas realizadas con la herramienta de IA AskMore. Esta herramienta de IA genera entrevistas personalizadas teniendo en cuenta las preguntas del propio investigador, marcadas en un inicio, y las respuestas que va suministrando el entrevistado durante el proceso de la conversación.

Muchos la usan a menudo

Los resultados de este estudio han puesto de manifiesto el alto porcentaje de uso de las aplicaciones de IA: cuatro de cada cinco alumnos afirman haber utilizado este tipo de herramientas, y solo uno de cada cuatro afirma que su consumo es ocasional.

Quienes las usan manifiestan que las herramientas son útiles y la dificultad de su empleo es baja, por lo que tienen un nivel de satisfacción medio alto con su manejo. Se observa que, en general, cuando aumentan los valores positivos como la utilidad y satisfacción generada por el uso de la herramienta, disminuye la dificultad que manifiestan por su utilización.

Por lo general, los alumnos utilizan estas herramientas para buscar información y documentarse, y creen que en el campo docente se va a aumentar su empleo, pero consideran que su uso se debe controlar desde la institución, ampliando la perspectiva de estudios anteriores, en los que se propone la creación de un Observatorio Ético para el Uso de la Inteligencia Artificial en la Educación.



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Fácil y rápido

Respecto a las motivaciones que llevan al alumnado al empleo de estas herramientas, encontramos el acceso rápido y fácil a la información. Una de sus principales ventajas es acelerar los procesos de recopilación de datos y la obtención de respuestas concretas.

En cuanto a los inconvenientes, y teniendo en cuenta que hay alumnos que no observan desventajas en el uso de estas herramientas, los entrevistados afirman –consolidando la tendencia ya mostrada en otros estudios–, que la incertidumbre del origen de los datos y la información anticuada son algunos de los motivos por los que no emplean con mayor regularidad estas herramientas.

Por último, respecto a la aplicación de estos softwares en la universidad, los alumnos creen que estas herramientas pueden ser complementarias al resto de contenidos tanto para los docentes como para los alumnos. Estudios previos han encontrado resultados positivos en el proceso de enseñanza-aprendizaje con el empleo de heramientas de IA.

Los encuestados opinan, sin embargo, que se debería modificar la forma de evaluar las competencias hacia una valoración más práctica que evitara el uso de estas aplicaciones. No consideran que se deba prohibir su uso, sino que se debe encontrar una evaluación más justa del trabajo que realiza el alumno independientemente de las aplicaciones que emplee en su desarrollo.



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Este trabajo nos permite observar hasta qué punto estas herramientas han penetrado en el alumnado de educación superior y la opinión de estos sobre su utilización dentro del contexto universitario.

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Qué dice la filosofía sobre la hospitalidad (y cómo lo cuenta la literatura)

Voluntarias en el cruce fronterizo entre Polonia y Ucrania, en marzo de 2022. Konrad Kmiec / Shutterstock

Todos hemos visto en las noticias las caravanas de migrantes que buscan llegar a Estados Unidos. También hemos visto las pateras que cruzan el Mediterráneo con la esperanza de llegar a costas europeas. Hemos sido testigos del modo en que los ucranianos tuvieron que abandonar su país con motivo de la guerra. En algunos casos, nos vienen a la memoria recuerdos de los campos de refugiados instalados en Turquía o en Grecia, consecuencia de la guerra civil siria.

Hay dos hechos incontestables: todos somos iguales jurídicamente y tenemos los mismos derechos. Si a esto unimos la imparable globalización de las sociedades, es fácil darnos cuenta de que necesitamos una mirada cosmopolita cuyo primer derecho sea la hospitalidad, como bien ha señalado la filósofa española Adela Cortina.

Ser hospitalarios ¿con o sin condiciones?

El prusiano Immanuel Kant (1724-1804) fue uno de los primeros filósofos que mostró un interés sincero en definir la hospitalidad. En su obra La paz perpetua afirma que el extranjero tiene derecho a no ser tratado con hostilidad cuando llega a un lugar que no es el suyo. A cambio, añade, ha de comportarse de manera pacífica.

La imposición de límites muy estrictos a las personas que llegan al país es una de las mayores insuficiencias de esta aproximación. Aun así, fue un paso importante en el desarrollo del tema, pues Kant pensó la sociedad del futuro como una institución cosmopolita donde arraigo y extranjería debían convivir gracias a unos derechos universales.

En el siglo XX, como consecuencia de los grandes movimientos totalitarios (fascismo, comunismo e imperialismo), la reflexión sobre la hospitalidad adquirió una mayor urgencia. Emmanuel Lévinas (1906-1995), filósofo judío confinado en un campo de concentración, elaboró una idea de la hospitalidad que no podemos separar de lo que vivió. Esto lo emparenta con refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes.

Para Lévinas todos tenemos una obligación hacia los demás, puesto que no somos seres autónomos. Nuestro yo está unido al del resto de la gente. Esto significa que la identidad y la alteridad –la condición de ser otro– están vinculadas de forma indisoluble.

Solo al salir de nosotros mismos y al abrir el espacio interior de nuestro hogar a los demás nos convertimos en seres éticos. Aquí radica, para Lévinas, la hospitalidad. Hacemos de nuestro país un lugar hospitalario en el que vivir la compasión con los demás.

Por último, el francés Jacques Derrida (1930-2004) planteó los desafíos de la hospitalidad de forma más radical. Rechazó la hospitalidad condicionada de Kant para abogar por otra que sea incondicionada: al extranjero no le podemos pedir que deje fuera nada de su bagaje vital. Esto conlleva riesgos para la sociedad que lo acoge, pues en algunos casos puede comprometer su misma existencia.

Consciente de las contradicciones, Derrida creó el término “hostipitalidad” para reflejar la profunda ambivalencia de la hospitalidad, a un tiempo deber para el anfitrión y derecho del huésped.

La hospitalidad en Estados Unidos y la literatura

En nuestra época la hospitalidad está relacionada con el espacio social, como bien han visto los investigadores Ana Manzanas y Jesús Benito. Así, la poética del espacio estudia la relación entre lugar geográfico, social y ciudadanía.

La literatura es un reflejo de la sociedad. En ella encontramos sus ideas dominantes. Cierto es que el autor no tiene por qué reflejarlas en su totalidad ni secundarlas. En las novelas el lector encuentra una representación de la sociedad que no es una imagen idéntica a la realidad. El escritor la ha transformado para adaptarla a sus propósitos narrativos. Esto lo puede hacer porque al mundo literario, que nunca puede ser real, le basta con ser verosímil.


En la librería Shakespeare and Company de París se recibe a los visitantes con una frase inscrita en el marco de la puerta: ‘No seas inhóspito con los extraños, no sea que sean ángeles disfrazados’.
Alexandre Duret-Lutz/Flickr, CC BY-SA

La hospitalidad es un tema central en gran parte de la literatura estadounidense escrita por inmigrantes irlandeses, latinos o asiáticos. En ellas el lector encuentra la difícil convivencia social. Ve cómo se pone en tela de juicio la idea generalizada de que Estados Unidos es una tierra de acogida. Asimismo los autores señalan los problemas y prejuicios contra los que los emigrantes tienen que batallar día a día.

Entre las muchas novelas podemos citar La mujer guerrera (1976) de la estadounidense de origen chino Maxine Hong Kingston y La casa en Mango Street (1984) de la escritora chicana Sandra Cisneros.

Otro ejemplo son las memorias de los negroamericanos descendientes de esclavos. En ellas narran cómo se dieron de bruces contra la sociedad americana cuando salieron de sus barrios para relacionarse con la sociedad blanca. Relatan cómo se encontraban fuera de lugar social y geográficamente.

Entre los muchísimos libros publicados, merece la pena citar Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado (1969) de Maya Angelou y Notes of a Native Son (en español, “Apuntes de un hijo de esta tierra”) (1955) de James Baldwin.

La literatura como lugar de acogida

Si en la literatura encontramos el reflejo de la hospitalidad, propongo la noción de la literatura como lugar hospitalario. Las traducciones de autores, los préstamos literarios, las aperturas hacia sonoridades rítmicas propias de otras literaturas son, entre otras posibilidades, una bienvenida a otras maneras de ver el mundo.

Que en una literatura nacional un autor extranjero sea traducido y publicado con frecuencia es señal de la acogida hospitalaria que se le dispensa. Sin embargo, la hospitalidad no queda circunscrita a él. El modo en que ve el mundo y los valores que preconiza también forman parte de lo acogido.

La recepción de la literatura extranjera es, en definitiva, un modo de ampliar nuestro horizonte cultural más allá de la literatura pero con su indispensable concurso.

Santiago Rodríguez Guerrero-Strachan recibe fondos de Ministerio de Economía, Industria y Competitividad (project FFI2015-64137-P), Unión Europea (project 2017-1-ES01-KA203-038181), Junta de Castilla y León (project SA342U1) para llevar a cabo la investigación dentro del marco de los proyectos de investigación de la Universidad de Valladolid.

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Una mayoría de universitarios usa portátiles en el aula: ¿qué supone para los docentes?

Gorodenkoff/Shutterstock

Mientras debatimos sobre si, cómo y cuánto usar dispositivos electrónicos en las clases de primaria y secundaria, en el ámbito universitario el uso de dispositivos digitales está integrado en el sistema desde hace más de dos décadas.

La puesta en marcha del Proceso Bolonia –con uno de sus pilares básicos centrados en la mejora educativa a través de nuevas metodologías docentes y de evaluación– ha promovido, durante los últimos 20 años, un notable desarrollo del uso de las TIC en todas las universidades. En Europa se ha generalizado el uso de plataformas de aprendizaje que permiten gestionar contenidos académicos, la comunicación y la evaluación (por ejemplo, MOODLE en España).

La mejora de la conectividad wifi en las aulas (EDUROAM es la red que se usa en las universidades españolas), junto al progresivo descenso de los precios y peso de los ordenadores personales, ha llevado a que el uso de estos dispositivos por parte de alumnos y alumnas en las aulas se haya generalizado. Se calcula que, en cursos superiores, más de un 80 % del alumnado hace uso de ellos de forma habitual.

Aunque con menos intensidad que en la educación preuniversitaria, también en la Universidad se da el debate sobre la influencia en el rendimiento académico del uso de ordenadores portátiles durante las clases presenciales.



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Rendimiento académico y uso de TIC en el aula

La evaluación comparativa del rendimiento académico en los estudios universitarios es notablemente más compleja que en los preuniversitarios. La libertad de cátedra, “derecho que atañe a todo aquel que se encarga de enseñar, en tanto que le permite expresar ideas o convicciones libremente con relación a la materia objeto de enseñanza”, permite también al docente implementar metodologías y procesos de evaluación propios.

Así, en una asignatura basada en metodologías didácticas constructivistas y con evaluación continua, los resultados académicos de los alumnos pueden llegar a ser radicalmente distintos a los de la misma materia en grupos con docencia expositiva basada en lecciones magistrales y exámenes finales.

La implantación del Proceso Bolonia ha permitido unificar el sistema de educación superior en tres ciclos (Grado/Bachelor, Máster y Doctorado). Pero, a diferencia de la enseñanza preuniversitaria, con temarios y planes de estudio relativamente homogéneos, la heterogeneidad entre planes de estudios de una misma carrera (a nivel nacional y europeo) y la variabilidad interuniversitaria de temarios de una misma asignatura dificulta la comparación de resultados académicos entre centros.

En este sentido, los estudios que evalúan la incidencia de dispositivos electrónicos en las aulas arrojan conclusiones contradictorias. Los factores que más inciden en dichos resultados se relacionan fundamentalmente con las aptitudes del profesorado y el enfoque que éste da a la docencia.



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Cómo es un buen docente universitario

¿Y los estudiantes qué opinan?

Para evaluar la percepción del estudiantado sobre el uso de dispositivos electrónicos en el aula, desde 2020 venimos realizando en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia (Universidad de Valladolid) encuestas anónimas entre todos los estudiantes de grado. Preguntas de valoración sobre el uso de las TIC en clase (¿consideras positivo en el aprendizaje el uso de dispositivos electrónicos?, ¿distraen más que aportan?, ¿ayudan a afrontar escenarios de la vida real?, etc), se confrontan con cuestiones asociadas a la metodología docente (magistral, basada en proyectos, …), su evaluación, las aptitudes del profesorado, el curso, el número de asignaturas repetidas, etc.

Los resultados arrojan conclusiones muy interesantes. Entre otras cosas, destaca la alta valoración (cuatro sobre cinco) que los estudiantes de todos los cursos hacen del uso del PC en el aula. Se correlaciona muy fuertemente la alta valoración en esta respuesta con una elevada puntuación en la pregunta “la clave del éxito del aprendizaje con PCs en clase está en el enfoque que el docente da a la asignatura y en su forma de impartir la docencia”. Así, el 90 % de los estudiantes que valora con más de un cuatro el uso del PC en clase considera que la clave está en la actitud y conocimiento del profesorado.

Resalta también una más alta percepción positiva en cursos superiores y la consideración favorable del uso de TIC para asignaturas tecnológicas o aplicadas. Con independencia del curso y del rendimiento académico, se concluye que existe también la percepción de que los dispositivos electrónicos pueden conducir a una falta de atención y distracción, si bien los encuestados encuentran que esto está muy correlacionado con el grado de madurez del alumno.

Cabe resaltar también que el porcentaje de mujeres que cumplimentan anualmente la encuesta es significativamente superior al de estudiantes varones. Se puede inferir que el grado de implicación en acciones de mejora de la universidad de las estudiantes es superior al de sus compañeros y son más proclives a utilizar una parte de su tiempo en llevar a cabo acciones colaborativas en este sentido.

Adaptarse al uso de dispositivos

La encuesta continúa con la pregunta sobre las medidas a tomar por parte de la Universidad para mejorar el aprendizaje con dispositivos electrónicos en clase. Mayoritariamente vuelve a aparecer la necesidad de mejorar las aptitudes y capacidades docentes del profesorado y la necesidad de mejorar la conectividad wifi (EDUROAM) en las aulas.

En nuestro caso, la digitalización de las aulas implicó importantes medidas de adecuación de las aulas como fueron la renovación del antiguo mobiliario anclado al suelo, la adaptación eléctrica de las aulas instalando enchufes en todas las mesas, el refuerzo de la conectividad wifi (EDUROAM) y el cambio de iluminación. El proyecto de adecuación de los espacios se denominó “Del Aula de Informática al Aula Informatizada” con el que se afrontó el reto de pasar de unas pocas aulas de informática, mantenidas por el centro, a la digitalización completa de todas las aulas.

Nuestro estudio muestra que la adaptación didáctica a las realidades y demandas de la sociedad no debe centrarse únicamente en la pregunta “¿Ordenadores en clase sí o no?”. Más bien la cuestión fundamental –¡y un gran reto!– sería : ¿cómo innova y adapta el profesorado su docencia para lograr alcanzar un óptimo uso de la tecnología en el aula?

Concluye nuestro cuestionario con la pregunta: ¿Recomendarías continuar con el esfuerzo de mejorar el uso de dispositivos electrónicos individuales en las aulas? Una valoración final de 4,4 (sobre cinco) muestra claramente los pasos a seguir por la universidad en esta materia.

José A. Reque Kilchenmann no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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Las ‘esposas tradicionales’ toman internet: ¿quiénes son y qué defienden?

En ‘Mrs. America’, Cate Blanchett interpreta a la activista conservadora Phyllis Schlafly, líder de la lucha contra el movimiento por la igualdad de derechos en la década de 1970. IMDB

Es muy probable que si en alguna ocasión ha dado “me gusta” a algún post de Instagram o TikTok con recetas de cocina, decoración o manualidades el algoritmo le haya sugerido más contenido producido por las llamadas “esposas tradicionales” (tradwives).

Las esposas tradicionales son un movimiento con presencia mayoritaria en internet que aboga por un estilo de vida organizado en torno a una visión concreta de la familia, el hogar o la religión. Si bien es un fenómeno globalizado, surge en los países anglófonos (especialmente Reino Unido y Estados Unidos) y ha incrementado su presencia en línea a partir de la pandemia de 2020 y el movimiento #MeToo.

La corriente de las esposas tradicionales se sustenta sobre dos pilares básicos: su vinculación con el entorno doméstico y su rechazo a los principios de algunas corrientes del feminismo actual.

Estos se articulan a su vez en torno a una idea compartida de lo que significa el término “tradicional”. Sin embargo, el uso de un adjetivo como “tradicional” para definir al movimiento conlleva un alto grado de abstracción. En el diccionario, declara referirse a valores y costumbres que han existido durante un largo tiempo sin haber cambiado, o contrasta los métodos antiguos con los más modernos.

Pero ¿a qué valores y costumbres nos referimos? ¿Cómo acotamos el largo periodo de tiempo? ¿En qué momento establecemos el contraste entre antiguo y moderno? Estas preguntas muestran que el significado de un término no es único y universal, sino que es variable y viene determinado por factores contextuales, entre ellos quiénes o cuándo lo emplean.

Una ‘lengua’ común

El uso de un vocabulario compartido –tanto en la forma como en el significado– es uno de los rasgos que caracteriza la creación de comunidades en el entorno digital.

Estas “comunidades de práctica” comparten patrones de comunicación. Y, además, su uso refleja valores y creencias. En este caso, la esposa tradicional prototípica es una mujer blanca de clase media-alta y de religión cristiana. Su concepto de feminidad está vinculado a una apariencia física cuidada al detalle y a atributos personales como la dulzura, la compasión y el continuo deseo de satisfacer las necesidades y deseos de su familia.

El uso del término en esta comunidad define un concepto muy concreto: autodefinirse como “tradicional” presupone el anclaje al entorno doméstico. Esto se ve en la caracterización de la mujer como creadora del hogar (homemaker) o madre que se queda en casa (stay at home mum, o SAHM).

También se percibe en el énfasis que se hace de la mujer a partir de su matrimonio con un hombre, presente en el término wife (esposa). Vemos, pues, que las esposas tradicionales defienden su derecho a renunciar a un trabajo fuera de casa y a buscar su realización personal dentro de la esfera doméstica a través de su dedicación absoluta al marido e hijos. En algunas facciones del movimiento se señala, además, la necesidad de sumisión –en términos como submissive wife– y se justifica esta creencia a través de referencias a la Biblia como fuente de autoridad moral.

En muchas ocasiones el significado de “tradicional” se enmarca también en un retorno nostálgico a la década de 1950, un momento de prosperidad económica en EE. UU. marcado por un gran conservadurismo y en el que la familia ocupaba un lugar nuclear.

Oposición al feminismo

La teoría de la identidad social explica que los movimientos sociales se construyen a a través de la autocaracterización y el uso de códigos lingüísticos compartidos. Sin embargo, no sólo esto es importante. Con frecuencia, la identidad se construye a través de la comparación u oposición a otros grupos.

Las tradwives se comparan fundamentalmente con el feminismo actual. Su oposición se ve claramente en el uso de metáforas de guerra para presentarse, como el “ejército vestido con delantal” (#ApronCladArmy). Las esposas tradicionales se muestran explícitamente a favor del patriarcado y en contra del feminismo. A éste lo consideran un “cáncer” del que hay que curar a la sociedad y lo contraponen a su concepto de feminidad mediante declaraciones como “femenina no feminista” (feminine not feminist), #RipFeminism o “alimenta el patriarcado” (feed the patriarchy).

El movimiento tradwife, o algunas de sus facciones, también se ha asociado con la llamada alt-right, un movimiento blanco y nacionalista asociado a la extrema derecha. Algunos estudios consideran también la influencia de las esposas tradicionales en las redes sociales como medio de reclutamiento de simpatizantes para su causa.

La comunicación en redes

Varios de los términos que hemos ido mencionando en este texto se encuentran en las etiquetas incluidas en las publicaciones en redes sociales de mujeres que se definen como tradwives o que promueven ese estilo de vida.

La cuestión no es baladí, ya que dichas etiquetas tienen varias funciones discursivas: a través de ellas los usuarios enmarcan sus publicaciones en una comunidad, creando así relaciones con otros usuarios, a la vez que presentan en su discurso su visión del mundo. Como hemos señalado antes, esta visión no sólo refleja las experiencias vitales de los usuarios en la conceptualización del término “tradicional”. Además, facilita la transmisión de valores y visiones subjetivas, fundamentalmente a través de la oposición con otros.

Esta doble función representativa e interpersonal se observa también en las imágenes que acompañan los posts en redes sociales. Las fotografías o ilustraciones de los años 1950 señalan el significado de “tradicional” en ese contexto: mujer anclada en el momento histórico añorado, centrada en el espacio doméstico, con una estética definida por el uso de vestidos y pelo largo –generalmente de raza blanca– y definida por su relación con otras personas (marido o hijos).

En una sociedad eminentemente visual, es innegable el atractivo estético que ofrecen las esposas tradicionales. Muestran sus casas impolutas –casi irreales–, realizan recetas de cocina tan deliciosas como perfectas, ejecutan sofisticadas manualidades y protagonizan idílicas escenas familiares en donde los hijos y el marido interpretan los papeles centrales. Como hemos mencionado antes, es frecuente que los textos que acompañan esas imágenes contengan citas bíblicas como referentes, especialmente los que se refieren al núcleo familiar o al amor entre los esposos.

Instagram es una de las redes sociales en las que se encuentra el movimiento. La simbología que utilizan en ella ayuda a transmitir de manera efectiva su concepto del término “tradicional”.

En la era de la polarización, las esposas tradicionales emergen con fuerza representando a un prototipo de mujer radicalmente opuesto al que defienden ciertas corrientes de un feminismo combativo y militante. Pero que no nos confunda el uso del adjetivo “tradicional”.

Si bien quienes pertenecen a esta comunidad se alinean en torno a una comprensión similar del término, las tradwives florecen en el ecosistema digital. Son mujeres de su tiempo y buena prueba de ello es su uso magistral de las redes sociales como herramienta para diseminar su ideología y expandir su esfera de influencia.

Laura Filardo Llamas coordina el Grupo de Investigación Reconocido en Estilística Cognitiva (UVA) y es miembro del Grupo de Acción ICON del Campus Íberus.

Carmen Aguilera Carnerero es miembro de FRAN.

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¿Veremos más o menos orugas procesionarias debido al cambio climático?

Orugas de procesionaria descendiendo por la corteza de un pino. Gabriel Sangüesa, Author provided

La escena de una fila de orugas descendiendo por un tronco es un claro ejemplo de situación en la que aplicar la famosa frase “se mira, pero no se toca”. Pero si dejamos de lado la incomodidad que causan los pelos urticantes de las orugas de procesionaria, podemos explorar un ciclo de vida fascinante. ¡Estos animales son capaces incluso de renacer!

Un factor determinante para la supervivencia de esta especie es la temperatura, por eso el cambio climático está produciendo variaciones en su presencia durante diferentes épocas del año.

Una vida de continuos cambios

El ciclo de vida de la procesionaria comienza durante el verano, cuando la polilla adulta hembra deposita hasta 300 huevos en acículas de pinos o cedros. Se trata de un proceso que dura hasta 48 horas. Los huevos pasarán allí poco más de un mes (de 30 a 40 días) hasta que aparezcan las primeras orugas.


Polilla adulta de procesionaria en período de puesta de huevos.
José Miguel Olano

Estas orugas vivirán en grupo desde el otoño hasta el final del invierno o comienzos de la primavera. Durante ese tiempo, atravesarán cinco fases de desarrollo. Para muchos pasarán desapercibidas hasta que en los meses más fríos comiencen a formar unos bolsones blancos en las copas de los árboles.

Se trata de nidos para resguardarse de depredadores. También para protegerse de las bajas temperaturas, porque su desarrollo y supervivencia están muy limitados por las condiciones climáticas. La procesionaria desarrolla gran parte de su ciclo vital en el período más frío del año y se alimenta por la noche.


Pinos con nidos de procesionarias.
Gabriel Sangüesa

En las últimas fases de su ciclo vital las orugas desarrollan diminutos pelos urticantes, que miden menos de 1 milímetro. Son su mecanismo de defensa. Al final del invierno o inicio de la primavera bajan de los árboles para enterrarse en el suelo. Entonces forman esas llamativas hileras o procesiones, de ahí su nombre común.

En el suelo, las pupas transforman su estructura y fisiología mediante el proceso biológico de la metamorfosis. Este proceso dará lugar a nuevas polillas adultas que comenzarán de nuevo el ciclo el siguiente verano.

Pero esto no siempre sucede. Al llegar el verano, algunos individuos no despiertan y siguen enterrados, un proceso que puede durar varios años. Este mecanismo, común en otras especies, permite a la procesionaria reducir el riesgo que supondría que toda la población sucumbiese a un año muy malo.

Los efectos del cambio climático

No es fácil comprender cómo las especies con ciclos de vida complejos responderán al cambio climático. Los inviernos templados están permitiendo a la procesionaria desplazarse hacia el norte o ascender en altitud en algunos macizos montañosos. Sin embargo, aún quedan aspectos por conocer en relación a cómo afectará el cambio climático al resto de su ciclo de vida.

El cambio climático conlleva un aumento de las temperaturas medias. También va asociado a un incremento de su variabilidad y de los fenómenos extremos como sequías y olas de calor. En un trabajo reciente hemos comprobado que las olas de calor en verano afectan negativamente a las poblaciones de procesionaria.

El proceso biológico se conocía experimentalmente. Las temperaturas elevadas reducen las tasas de eclosión de los huevos y las primeras fases de desarrollo larvario. Nosotros lo hemos analizado con cientos de datos de abundancia de procesionaria en una área extensa de la península ibérica.

El impacto negativo de las olas de calor es de magnitud similar al efecto positivo del aumento de las temperaturas invernales. Este trabajo se ha podido desarrollar gracias a los datos aportados por redes de seguimiento de Andalucía, Castilla-La Mancha y Navarra.

Parece una paradoja. Temperaturas más elevadas permiten la expansión de la procesionaria en invierno, pero si son extremas, le afectarán negativamente en verano. Esto reduce el número de individuos en el siguiente otoño.



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La procesionaria del pino es un síntoma, no un problema

Necesitamos saber más

Parece que estamos viviendo un cambio en la distribución de la procesionaria. No obstante, hay que contextualizar el momento actual con el pasado. Se requiere una información amplia y de calidad. La inversión de los servicios forestales en seguimiento de enfermedades y plagas de insectos proporciona bases de datos sólidas en España.

La ciencia es colaborativa y se vale del esfuerzo de décadas de seguimiento por parte de los agentes forestales. Sin embargo, debemos ir más atrás en el tiempo. En el proyecto PROWARM queremos ampliar el marco temporal y espacial para saber qué ha pasado y qué está pasando.

Rastrear las defoliaciones de procesionaria es posible mediante datos adquiridos por sensores montados en satélites, aviones o drones. Nos ayudan a detectar dónde y cuándo se ha producido una defoliación.

Además, existen sensores que proporcionan información en tres dimensiones y nos permiten determinar cambios en las copas de los árboles. Se trata de crear réplicas digitales de los bosques para favorecer un seguimiento en tiempo cuasi real.


Imagen RGB capturada mediante dron en la que se observan las defoliaciones de procesionaria y algunos bolsones.
Francisco Rodríguez-Puerta y Darío Domingo

Los anillos de crecimiento de los árboles también proporcionan información sobre cuándo y con qué intensidad han sido afectados por la procesionaria. Cuando la procesionaria se alimenta de las acículas de los pinos o cedros, estos generan anillos de crecimiento muy estrechos.

La necesidad de regenerar su copa tras la defoliación hace que el árbol dedique sus nutrientes a producir nuevas acículas. Por contra, su crecimiento en grosor se reduce. Identificar esas señales en el crecimiento de los árboles, que sabemos que pueden vivir cientos de años, nos aportará una visión muy completa de la evolución de este animal a lo largo del tiempo.


Fotografía de anillos de crecimiento en pino realizada con CaptuRING®. El crecimiento reducido en el año 1905 se debe a la defoliación por procesionaria.
Héctor Hernández-Alonso

La fascinación que generan las hileras de procesionaria nos han llevado a algunos expertos a investigar sobre su vida y su comportamiento. Comprender su biología y ecología es fundamental para aprender a convivir con ella. Al fin y al cabo, la procesionaria es una especie endémica de los bosques mediterráneos.

Dario Domingo recibe fondos de European Union-Next Generation EU Margarita Salas (MS-240621).

Gabriel Sangüesa Barreda recibe fondos del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación (PID2020-118444GA-I00 y CNS2022-135319 con fondos Unión Europea NextGenerationEU/PRTR).

Cristina Gómez Almaraz y José Miguel Olano no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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O problema dos três corpos: uma solução matemática além da série da Netflix

Ilustração do sistema HD110067, com seis planetas: série não é a primeira obra de ficção que se disfarça de ciência sem de fato falar sobre ciência, e se alguém espera encontrar uma resposta para o problema dos n-corpos nela, é melhor ficar longe Thibaut Roger/NCCR PlanetS, CC BY-SA

O problema dos n-corpos foi apresentado pela primeira vez na competição de aniversário patrocinada pelo Rei Oscar II da Suécia para comemorar seus 60 anos, em 1889. Um problema que, um século e meio depois, ainda não foi resolvido. E que ninguém espere que a série da Netflix que o integra à ficção resolva.

Antes da Netflix


The Three-Body Problem, de Catherine Shaw, pseudônimo da pesquisadora de teoria dos números Lila Schneps

Em 2004, um romance policial intitulado A Incógnita Newton foi publicado na Espanha. Seu título original era The Three Body Problem e seu enredo gira em torno da morte misteriosa de três matemáticos que trabalhavam na solução do famoso problema dos n-corpos. Esse romance, escrito por Catherine Shaw, é muito interessante do ponto de vista da popularização da matemática.

Dois anos depois desse primeiro romance, a primeira parte de uma trilogia de ficção científica do escritor chinês Liu Cixin foi publicada com o mesmo título, The Three-Body Problem. E foi seu trabalho que deu origem à série da Netflix que promete se tornar um dos fenômenos de mídia mais relevantes da temporada. Por trás dela estão os produtores do também famoso Game of Thrones, David Benioff e Daniel Brett Weiss.

Ficção sim, ciência nem tanto

O título da série e do romance faz alusão ao comportamento de Trisolaris, um planeta enigmático que orbita em um sistema com três estrelas, criando um caos gravitacional que resulta em ciclos de extremos climáticos imprevisíveis. O planeta Trisolaris (“com três sóis”) passa alternadamente por estágios de vida estáveis, semelhantes aos da Terra, e por estações caóticas e infernais, em que em poucos segundos a temperatura pode se alterar em centenas de graus, tornando-se um inferno.

Na ficção, há um jogo de realidade virtual chamado Three Bodies (“Três Corpos”) que simula o comportamento de três corpos com campos gravitacionais erráticos, o que está acontecendo no sistema trissolariano. Explicar como eles se comportam poderia resolver seus problemas climáticos. Mas os matemáticos, na vida real, não conseguem encontrar uma solução para o problema, e a proposta um tanto despretensiosa da série é que um nerd de videogame tem mais sorte.

Não é a primeira obra de ficção que se disfarça de ciência sem de fato falar sobre ciência. Se alguém espera encontrar uma resposta para o problema dos n-corpos, é melhor ficar longe.

Agora, vamos aos detalhes matemáticos.

O problema do sistema trissolariano

O problema consiste em determinar o movimento de três corpos sob gravidade mútua. O movimento dos três pode ser caótico ou regular e pode terminar em uma desintegração do sistema. A busca por possíveis soluções motivou a análise e o estudo de uma parte muito importante da matemática, sistemas dinâmicos (a Teoria do Caos é um exemplo, dentro dos casos de dinâmica não linear), que atualmente levanta uma infinidade de questões em aberto no processo de pesquisa.

O primeiro a estudá-las foi Newton. Graças às suas leis, dados dois corpos de qualquer massa, sujeitos à atração gravitacional mútua e partindo de determinadas posições e velocidades, podemos determinar, a qualquer instante, suas posições e velocidades. Se o Sistema Solar fosse composto pelo Sol e um único planeta, o planeta seguiria uma órbita elíptica e poderíamos determinar exatamente onde ele estaria a qualquer momento. Mas quando o sistema é composto por mais de dois corpos, a solução das equações de movimento se torna realmente complicada.

Três corpos e os asteroides troianos

Para três corpos, os matemáticos descobriram um pequeno número de casos especiais em que as órbitas das três massas são periódicas.

Em 1765, Leonhard Euler conseguiu descrever matematicamente um modelo no qual três massas começam em uma linha e giram para permanecer alinhadas. Entretanto, esse conjunto de órbitas é instável e não pode ser encontrado em nenhum lugar do Sistema Solar.

Em 1772, Joseph-Louis Lagrange identificou uma órbita periódica na qual três massas se encontram nos vértices de um triângulo equilátero. Nesse caso, cada massa se move em uma elipse de modo que o triângulo formado pelas três sempre permanece equilátero. Os chamados asteroides troianos de Júpiter se movem de acordo com esse esquema. Eles formam um triângulo com Júpiter e o Sol. Até 2021, já foram descobertos 9,8 mil asteroides troianos de Júpiter.

Posteriormente, Henri Poincaré e outros mostraram que é impossível obter uma solução geral, expressa como uma fórmula explícita, para o problema de três corpos. Ou seja, se forem dados três corpos em uma configuração aleatória, não é possível prever com precisão a trajetória que eles seguirão.

A órbita da figura oito


A órbita em forma de oito para o problema de três corpos. Animação de Michael Nauenberg, Professor Emérito de Física da Universidade da Califórnia, Santa Cruz.

Em 1993, Christopher Moore descobriu, por meio de cálculos de computador, que três massas iguais podem se perseguir mutuamente em torno da mesma curva em forma de oito no plano. E, em 2000, os matemáticos Richard Montgomery (University of California at Santa Cruz) e Alain Chenciner (Université Paris VII-Denis Diderot) redescobriram a órbita em forma de oito descrita por Moore e encontraram uma solução exata para as equações de movimento de três corpos que interagem gravitacionalmente.

Carlès Simò (Universidade de Barcelona) demonstrou, por meio de simulações em computador, que a órbita em forma de oito é estável, que persiste mesmo quando as três massas não são exatamente iguais e que pode sobreviver a uma pequena perturbação sem sofrer sérios distúrbios.

Sistemas planetários extrassolares

A possibilidade de que esse sistema de três corpos exista em algum lugar do Universo é muito pequena. Entretanto, a descoberta de sistemas planetários extrassolares incomuns abre novos cenários de espaço-tempo nos quais esses movimentos poderiam ocorrer.

A existência da órbita em forma de oito de três corpos levou os matemáticos a procurar órbitas semelhantes envolvendo mais massas.

Simò encontrou centenas de soluções exatas para o caso de n massas iguais atravessando uma curva plana fixa, embora elas não sejam estáveis. As órbitas tridimensionais também foram modeladas. Essas estruturas e suas trajetórias periódicas foram chamadas de “coreografias”.

Assim, se a ficção for permitida, o sistema trissolariano poderia ser composto de planetas que descrevem uma órbita em forma de “oitos”, mas isso é algo que a série da Netflix não nos dirá.

Alfonso Jesús Población Sáez não presta consultoria, trabalha, possui ações ou recebe financiamento de qualquer empresa ou organização que poderia se beneficiar com a publicação deste artigo e não revelou nenhum vínculo relevante além de seu cargo acadêmico.