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El estallido de la Guerra Civil potenció la formación de enfermeras en España

El estallido de la Guerra Civil potenció la formación de enfermeras en España

Investigadores de la Facultad de Enfermería de la UVa estudian el papel de la mujer, especialmente de las enfermeras, en la Guerra Civil y su interés en participar de una forma activa en los conflictos armados

Los conflictos bélicos acaecidos desde finales del siglo XIX y, especialmente, durante la primera mitad del siglo XX supusieron un punto de inflexión en muchos aspectos sociales. El ámbito laboral se vio especialmente afectado como consecuencia de las diferentes guerras, y la enfermería fue una de las profesiones que sufrió una reestructuración más profunda. Un equipo investigador de la Universidad de Valladolid, en colaboración con un investigador de la Universidad de Alcalá,  ha estudiado recientemente el papel de la mujer en la Guerra Civil, y ha encontrado que la formación de las enfermeras se implantó de forma similar en uno u otro bando.

Todavía durante la primera década del siglo XX la práctica profesional del cuidado a los enfermos estaba segregada por género: el hombre o practicante era un profesional ayudante del médico en la parte práctica y técnica de la asistencia, mientras que la mujer quedaba relegada a las tareas de cuidado y acompañamiento. Sin embargo, con la reforma sanitaria de Nightingale instaurada tras la Guerra de Crimea (1853-1856) esta brecha de género se redujo, y lo que para el enfermero supuso un freno, para la enfermera fue una oportunidad educativa y profesional.

En este contexto, la Guerra Civil española (1936-1939) supone un buen ejemplo de un hecho histórico que, tras la reforma sanitaria de Nightingale, involucra a enfermeras que aportaron sus conocimientos, formación académica y experiencia profesional. “Como profesión reglada, la Enfermería en España nace en 1915. Se estableció un temario oficial para los estudios, que permitió a las mujeres interesadas en la asistencia a los enfermos y heridos, formarse para ejercer su trabajo. La Guerra Civil potenció la formación de enfermeras ligado al aumento de heridos y para dar cobertura a las necesidades sanitarias”, explica María López, investigadora del departamento de Enfermería de la Universidad de Valladolid (UVa) e integrante del equipo investigador que ha publicado los resultados de su estudio histórico en la revista científica PLoS ONE

Al estallido de la guerra España no tenía suficientes enfermeras cualificadas para cubrir las necesidades sanitarias. Republicanos y nacionales abrumados ante el creciente volumen de enfermos y heridos, se vieron obligados a movilizar y formar enfermeras voluntarias. La variedad de programas de formación, requisitos de ingreso y contenido teórico fue similar en ambas facciones, aunque fueron moldeados por diferentes contextos sociopolíticos.

El bando nacional y el bando republicano

“La necesidad de enfermeras llevó a los dos bandos a impartir cursos de formación que habilitaran para el cuidado de enfermos y heridos de una forma rápida, principalmente al inicio del conflicto. El aumento del número de hospitales y de camas llevó implícito el aumento de enfermeras, el tiempo apremiaba, y se priorizaron los conocimientos y las destrezas técnicas relacionadas con los cuidados dejando a un lado la salud mental de las enfermeras y la capacidad para afrontar de forma eficaz las consecuencias de este tipo de trabajo”, contextualiza María López, vicedecana de la Facultad de Enfermería.

Ambos bandos impartieron cursos de formación para enfermeras voluntarias durante todo el conflicto, centrados en el cuidado de los heridos de guerra y en la adquisición rápida de los conocimientos básicos. Además, las lecciones teóricas hacían hincapié en el espíritu de sacrificio, el sentido del deber, la cautela, la paciencia y la caridad. Se requería que las voluntarias estuvieran en excelente estado de salud y llevaran una “vida higiénica, con una buena dieta, ejercicio físico y horas regulares de sueño” para garantizar en su trabajo amabilidad y altruismo, así como por la calidez que las enfermeras debían mostrar a los enfermos. Estos valores y exigencias estuvieron presentes tanto en las formaciones nacionales como en las republicanas, aunque los primeros fueron añadiendo, especialmente con el avance de la guerra, la vocación y la caridad cristiana.

Algunos de estos cursos fueron de iniciativa privada, mientras que otros recibieron el apoyo de instituciones oficiales, dando lugar a una amplia oferta formativa con un mismo fin: dotar a las enfermeras voluntarias de los conocimientos teóricos y prácticos necesarios para prestar una adecuada atención a los heridos. Además de las enfermeras profesionales y de las voluntarias fue necesaria la llegada de enfermeras internacionales. Los republicanos recibieron apoyo de enfermeras de las Brigadas Internacionales y del Socorro Rojo Internacional, la mayoría de las cuales estaban cualificadas y tenían experiencia profesional en su país de origen. Cuando llegaron a España, las enfermeras de las Brigadas trabajaban en hospitales de campaña con voluntarios de zonas cercanas al frente y supervisaban la prestación de cuidados. Por otra parte, en el bando nacional se han encontrado declaraciones de voluntarios extranjeros que se ofrecieron para ayudar sin ninguna experiencia o formación en enfermería, se han encontrado en el lado nacional. Los cuáqueros británicos también brindaron ayuda humanitaria en ambos lados, aunque parecen haber estado más alineados con el lado republicano.

Bando republicano. Fotografía: Carmelo Navarro Garriga. CC 4.0

El Pacto del Olvido

Una de las mayores dificultades que encontró el equipo investigador de la UVa fue documentar el papel de las enfermeras en el bando republicano. La represión contra los derrotados tras el final de la guerra hizo que la mayoría de documentos pertenecientes a los republicanos fuesen quemados y que buena parte de los supervivientes se exiliasen. Teniendo en cuenta esto, y la posterior aceptación, ya en la Transición, del Pacto del Olvido (consenso alcanzado por las élites políticas y aceptado por la mayoría de los españoles tras la muerte del dictador Francisco Franco por el cual se ‘olvida’ todo lo ocurrido durante la guerra y la posterior dictadura) se hace muy difícil documentar cualquier rasgo de la vida o actividad en el bando republicano.   

Así, la escasez de datos disponibles para las zonas republicanas ha supuesto una gran dificultad en el desarrollo de esta investigación. Por ello, esta línea continúa buscando profundizar en las cuestiones relacionadas con la formación como en la gestión de la movilización de las enfermeras y su situación al terminar el conflicto. “Ha sido complejo reconstruir el trabajo de las enfermeras en la zona republicana al carecer de fuentes documentales suficientes. Quedan cuestiones pendientes de responder, tales como el liderazgo en la gestión de la movilización de las enfermeras durante la guerra”, confirma López.

Bibliografía

López M, Mirón-González R, Castro M-J, Jiménez J-M (2021) Training of volunteer nurses during the Spanish Civil War (1936–1939): A historical study. PLoS ONE 16(12): e0261787. https://doi.org/10.1371/journal.pone.0261787 

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La adaptación del ‘cloisonné’ chino al arte cristiano facilitó la entrada del Cristianismo al país asiático

La adaptación del ‘cloisonné’ chino al arte cristiano facilitó la entrada del Cristianismo al país asiático

Investigadores de las universidades de Valladolid y Zaragoza han estudiado los objetos rituales utilizados por las comunidades cristianas chinas que reflejan la gran influencia de los modelos artísticos occidentales

El panorama artístico, cultural y religioso chino se ha caracterizado a lo largo de su milenaria historia por las constantes interacciones con otros movimentos artísticos y religiosos. Así rasgos muy característicos de este arte como el uso del azul cobalto fue introducido por influencia persa o el uso del cloisonné se adquirió por influencia del Imperio Bizantino. Las relaciones de China a lo largo de la historia con el resto de potencias occidentales han generado un juego de espejos entre China, América y Europa en el escenario artístico mundial, en el que la hibridación es una de las notas características.

Por su parte, la llegada del Cristianismo a China, que se remonta al siglo VII de la mano de los monjes nestorianos, también tuvo influencia en el arte del país oriental. Aunque con el establecimiento de la dinastía Ming en el siglo XIV se cerraron herméticamente las fronteras del imperio y el cristianismo en China se disolvió durante los siglos XIV y XV, los misioneros europeos no cejaron en el intento y acabaron devolviendo el cristianismo y el arte cristiano a China. En este contexto, investigadores del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid y de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza han publicado en la prestigiosa revista Religions una investigación centrada en el papel del arte cristiano en China. “Este artículo es un trabajo relevante porque hasta ahora no existía ningún estudio monográfico sobre el cloisonné cristiano chino. Por así decir, abre una nueva línea de investigación en un campo amplio, complejo, apasionante y muy consolidado pero con gran potencial de cara al futuro, como es la historia del cristianismo en China. El cloisonné ha sido, junto con el jade, el bronce, la laca y la porcelana, uno de los medios principales en el desarrollo general del arte chino”, afirma Manuel Parada, investigador de la Universidad de Valladolid.

 

Figuras bíblicas. Fotografía: Metropolitan Museum of Art

El cloisonné cristiano chino

Los jesuitas europeos encargados de la evangelización de la población china en el siglo XVI utilizaron un método adaptacionista por el cual presentaron la doctrina cristiana como una creencia compatible con la ética confuciana. Para ello, algunos artistas tomaron modelos estéticos del arte chino para representar escenas cristianas y así facilitar la conversión a través de un idioma chino formal aunque basado en esquemas compositivos tomados de grabados occidentales. “Los misioneros jesuitas aportaron al cloisonné (que ya era un producto híbrido y cosmopolita cuando los jesuitas llegaron a China) nuevos contenidos cristianos y pautas formales occidentales. De este modo las comunidades conversas entendían este tipo de arte como algo propio y al mismo tiempo universal, que es la idea que a fin de cuentas está detrás del arte cristiano”, explica Parada.

El cloisonné o esmalte alveolado es una técnica artística en la que una mezcla formada por sílice, feldespato y óxidos metálicos, se aplica sobre una superficie metálica (lámina suelta o superficie de cualquier objeto metálico) dividida mediante tabiques (cloisons en francés). Cada tabique está formado por un alambre muy fino que se suelda a la superficie metálica. Los tabiques dan lugar a espacios o alveolos donde se introduce el esmalte e impiden que el color de un alveolo se mezcle con el de otro (así no se corren los colores y se evitan mezclas que estropearían el aspecto deseado).

En este contexto, los investigadores de las universidades de Valladolid y Zaragoza han analizado algunas obras pertenecientes a las comunidades católicas de China promovidas por los propios conversos chinos como las figuras bíblicas del Museo Metropolitano de Arte, el Cáliz y Patena del Musée Départemental d’Art Religieux de Sées o la Campana del Museo Cerralbo de Madrid que se ven en imágenes.

Cáliz y patena. Fotografía: Musée départemental d’art religieux de Sées

 

Por su parte, en el cáliz y la patena del Musée Départamental d’Art Religieux de Sées y en la campana del Museo Cerralbo de Madrid que pertenecen al siglo XIX se observa la misma tendencia a utilizar motivos ornamentales y simbólicos propios de la tradición china, aplicados a piezas de tipología occidental utilizadas en el culto cristiano católico. En el cáliz y la patena de Sées destaca el impacto del arte francés. Estas piezas también incluyen inscripciones en chino, en este caso vinculadas a su función eucarística.

Campana: Museo Cerralbo

La campana de Cerralbo en Madrid es una pieza híbrida que podría haber formado parte de los objetos simbólicos de un oratorio a la manera de las colecciones de un erudito chino, aunque lo más probable es que se trate de un objeto decorativo pensado para la exportación.

Los objetos de cloisonné anteriormente citados se produjeron en Pekín, ciudad donde hubo numerosos talleres en los siglos XVIII y XIX. No obstante, se intuye que existieron muchos más centros productores de los que aún no se tiene constancia. “Hemos podido demostrar la existencia de un centro productor vinculado a la Catedral Católica de Pekín gracias a las marcas de taller que se encuentran en varios cálices. No obstante, aún queda mucho por hacer para reconstruir la historia de la producción, lo talleres y los artífices del cloisonné cristiano chino. Este es uno de los ámbitos en los que seguiremos profundizando”, concluye el investigador de la Universidad de Valladolid.

Bibliografía

Parada López de Corselas, M.; Vela-Rodrigo, A.A. Hibridación cultural en la China cristiana: el arte del cloisonné al servicio de Dios. Religiones, 2021 , 12 , 1103. https://doi.org/10.3390/rel12121103

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La deficiencia de hierro en el viñedo puede tener efectos positivos en el vino

La deficiencia de hierro en el viñedo puede tener efectos positivos en el vino

Un equipo de investigación en viticultura y enología de la Universidad de Valladolid concluye que niveles bajos y moderados de carencia de hierro mejoran la calidad sensorial del vino

El éxito del vino no es producto únicamente de las características del medio y de la viña. También es el resultado de muchos años de investigación en el campo de la tecnología de los alimentos y las ciencias agrarias, y de mejoras tecnológicas que, combinadas con las características apropiadas del suelo y la vid dan como resultado un vino de alta calidad. En este contexto, investigadores del campus de Palencia de la Universidad de Valladolid han observado, en un estudio desarrollado recientemente en la Ribera del Duero, que la deficiencia de hierro en la vid puede tener efectos positivos en el vino.

Una de las investigaciones más recientes puesta en marcha por el Grupo de Investigación Reconocida en Viticultura y Enología (GIRVITEN) de la UVa, publicada en la revista científica Food Chemistry, muestra que la clorosis férrica moderada tiene efectos positivos en el vino elaborado con uva Tempranillo extraída de 20 subzonas de viñedos de secano ubicadas en Pesquera de Duero. “La firmeza de los resultados publicados en este paper se ve reforzada por los mostrados en otras publicaciones de nuestro equipo, donde se ha estudiado la influencia de la clorosis férrica sobre variables de la fisiología y el comportamiento agronómico de la planta. Los resultados de esta investigación previa justifican los efectos detectados en la composición y valoración sensorial del vino”, explica Pedro Martín, catedrático en el Departamento de Producción Vegetal y Recursos Forestales y coordinador del grupo de investigación.

¿Qué le ocurre al vino con la clorosis férrica?

Bajo condiciones de carencia de hierro o clorosis férrica, la baja disponibilidad del elemento disminuye la producción de clorofila, lo que afecta a la función fotosintética de las plantas, por la cual transforman la materia inorgánica en orgánica sirviéndose de la luz, y a la síntesis de carbohidratos. Esto altera el crecimiento normal de la planta, su capacidad productiva y la evolución de las características del fruto durante su maduración.

La calidad sensorial del vino depende, principalmente, de su aroma. Muchos de los compuestos químicos que contribuyen a este aroma están condicionados por el terreno y el entorno natural. De esta forma, la deficiencia de hierro en los viñedos producirá alteraciones en el producto final, en este caso, en el vino. Sin embargo, estas alteraciones no tienen por qué afectar de forma negativa. La clorosis férrica produce una disminución del pH del vino, lo que genera una percepción sensorial mejorada. “Como consecuencia de la disminución del pH se produce un aumento en la percepción de la acidez y del balance azúcar/acidez en boca. En la fase visual, un pH más bajo contribuye a incrementar la intensidad del color del vino, especialmente en su componente roja”, expone Pedro Martín.

Además, la reducción moderada de la disponibilidad de hierro, conlleva una mayor concentración de  compuestos volátiles específicos, que repercute en una mejora de aquellos descriptores relacionados con el aroma, tanto los que se perciben por vía directa como retronasal (sensaciones olfato-gustativas). “Según nuestro estudio, una incidencia de baja a moderada de deficiencia de hierro incrementa los tonos florales y disminuye el negativo carácter herbáceo en el aroma de los vinos”, afirma el director del grupo de investigación.

En resumen, las investigaciones del GIRVITEN han demostrado que un nivel moderado de clorosis férrica en el viñedo puede tener aspectos muy positivos sobre la calidad de la uva y el vino. Estos resultados obtenidos para el vino producido con uva Tempranillo podrían extrapolarse a otros tipos de uva, incluyendo también a variedades blancas, obteniendo resultados cualitativamente similares. “A partir de estos resultados sería interesante estudiar, por ejemplo, la interacción entre régimen hídrico y nivel deficiencia de hierro sobre la composición polifenólica y el perfil aromático de la uva y el vino”.

Bibliografía

Ramón Sánchez, José Manuel Rodríguez-Nogales, Encarnación Fernández-Fernández, María Rosa González, Laura Medina-Trujillo, Pedro Martín. Volatile composition and sensory properties of wines from vineyards affected by iron chlorosis, Food Chemistry, Volume 369, 2022. https://doi.org/10.1016/j.foodchem.2021.130850