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Área - Ingeniería y Arquitectura Comunicación Reportajes

Las microalgas son capaces de reducir la presencia de fármacos en aguas residuales de granjas de cerdos

Las microalgas son capaces de reducir la presencia de fármacos en aguas residuales de granjas de cerdos

Investigadores del Instituto de Procesos Sostenibles de la UVa concluyen que las concentraciones de fármacos veterinarios presentes en las microalgas alimentadas con aguas residuales son relativamente bajas

El consumo de carne porcina se incrementa cada año a nivel mundial. Como consecuencia de este crecimiento, el número de granjas de cerdos aumenta gradualmente, y con él, la cantidad de residuos orgánicos que gestionar. En este sentido, la Unión Europea y sus estados miembros buscan soluciones para reducir la contaminación de los residuos, ya que la UE es el segundo mayor productor mundial de este tipo de carne, solo superado por China; y, en concreto, Alemania, España y Francia lideran el ranking europeo. Entre estos residuos contaminantes destacan los purines, que son las aguas residuales resultantes que contienen orina, heces y otros componentes como restos de pienso y cama de paja o incluso medicamentos. En este contexto, investigadores del Instituto de Procesos Sostenibles (ISP) de la Universidad de Valladolid han investigado el tratamiento de estas aguas residuales de porcicultura en fotobiorreactores en los que crecen microalgas.

El Instituto de Procesos Sostenibles de la UVa está constituido por un equipo de investigadores multidisciplinar que permite abordar la resolución de problemas de interés social, económico y medioambiental desde diferentes perspectivas. Así, esta investigación que relaciona el uso de aguas residuales de porcicultura con el crecimiento de biomasa algal, publicada recientemente en la revista Chemosphere, forma parte de una investigación más amplia que aporta soluciones al problema de las aguas residuales en general, y de la generación de purines en las granjas animales en particular: reduciendo los vertidos y generando productos de valor añadido. “Solamente hay que consultar las noticias de
los medios de comunicación para comprender el impacto y utilidad de esta investigación, cuya importancia queda avalada, también, por la publicación de artículos de investigación en revistas científicas de elevado factor de impacto”, explica Juan José Jiménez, aludiendo a la controversia generada con las macrogranjas y su impacto medioambiental.

¿Podrían actuar las microalgas como depuradoras?

 

“Los resultados disponibles sugieren que las microalgas son capaces de eliminar una gran cantidad de estos microcontaminantes emergentes presentes en las aguas naturales o residuales, además de otros contaminantes orgánicos e inorgánicos. Lo que no está claro es si los degradan por completo hasta sustancias inocuas o si los transforman en otros compuestos, que pueden seguir siendo dañinos”, aclara Jiménez. Por otro lado, es fundamental establecer las concentraciones de los compuestos o productos de degradación que quedan retenidos en la biomasa algal ya que, aunque no son aptas para el consumo humano, posteriormente serán reutilizadas para la obtención de múltiples productos de valorización como alimento animal, bioestimulantes y biopesticidas de uso agrícola, proteínas de uso industrial, biocombustibles, o precursores de plásticos.

Con el objetivo de conocer la concentración de fármacos veterinarios incorporados a la biomasa alimentada con aguas residuales de porcicultura, el equipo del Instituto de Procesos Sostenibles ha elaborado una metodología de alta sensibilidad. “El primer paso consiste en solubilizar los compuestos presentes en la biomasa algal en una mezcla agua-metanol. Como los microcontaminantes orgánicos están presentes en cantidades muy pequeñas es necesaria, después, su concentración mediante una técnica denominada ‘extracción en fase sólida‘. Finalmente se determinan los contaminantes emergentes mediante una técnica de análisis muy selectiva y de alta sensibilidad denominada ‘cromatografía de ultra-alta resolución acoplada a espectrometría de masas en tándem’”, aclara el investigador del ISP.
Los resultados derivados de este estudio confirman que la concentración de fármacos en la biomasa de algas es relativamente baja y en la mayoría de los casos está relacionada con la concentración de fármacos en el efluente (líquido residual ya tratado que fluye del fotobiorreactor). “Los microcontaminantes estudiados en nuestra investigación, fármacos de uso humano y/o veterinario, son considerados contaminantes emergentes, porque su presencia en el medioambiente se conoce desde hace relativamente poco tiempo, y se requieren más estudios para conocer su incidencia”.  En el futuro se podrían establecer unos límites máximos de estos residuos en los productos de valorización obtenidos a partir de la biomasa algal.

Bibliografía

Rebeca López-Serna, Silvia Bolado, Rubén Irusta, Juan José Jiménez. (2022) ‘Determination of veterinary drugs in microalgae biomass from photobioreactors fed with piggery wastewater’, Chemosphere. https://doi.org/10.1016/j.chemosphere.2021.132076  

 

 

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La deficiencia de hierro en el viñedo puede tener efectos positivos en el vino

La deficiencia de hierro en el viñedo puede tener efectos positivos en el vino

Un equipo de investigación en viticultura y enología de la Universidad de Valladolid concluye que niveles bajos y moderados de carencia de hierro mejoran la calidad sensorial del vino

El éxito del vino no es producto únicamente de las características del medio y de la viña. También es el resultado de muchos años de investigación en el campo de la tecnología de los alimentos y las ciencias agrarias, y de mejoras tecnológicas que, combinadas con las características apropiadas del suelo y la vid dan como resultado un vino de alta calidad. En este contexto, investigadores del campus de Palencia de la Universidad de Valladolid han observado, en un estudio desarrollado recientemente en la Ribera del Duero, que la deficiencia de hierro en la vid puede tener efectos positivos en el vino.

Una de las investigaciones más recientes puesta en marcha por el Grupo de Investigación Reconocida en Viticultura y Enología (GIRVITEN) de la UVa, publicada en la revista científica Food Chemistry, muestra que la clorosis férrica moderada tiene efectos positivos en el vino elaborado con uva Tempranillo extraída de 20 subzonas de viñedos de secano ubicadas en Pesquera de Duero. “La firmeza de los resultados publicados en este paper se ve reforzada por los mostrados en otras publicaciones de nuestro equipo, donde se ha estudiado la influencia de la clorosis férrica sobre variables de la fisiología y el comportamiento agronómico de la planta. Los resultados de esta investigación previa justifican los efectos detectados en la composición y valoración sensorial del vino”, explica Pedro Martín, catedrático en el Departamento de Producción Vegetal y Recursos Forestales y coordinador del grupo de investigación.

¿Qué le ocurre al vino con la clorosis férrica?

Bajo condiciones de carencia de hierro o clorosis férrica, la baja disponibilidad del elemento disminuye la producción de clorofila, lo que afecta a la función fotosintética de las plantas, por la cual transforman la materia inorgánica en orgánica sirviéndose de la luz, y a la síntesis de carbohidratos. Esto altera el crecimiento normal de la planta, su capacidad productiva y la evolución de las características del fruto durante su maduración.

La calidad sensorial del vino depende, principalmente, de su aroma. Muchos de los compuestos químicos que contribuyen a este aroma están condicionados por el terreno y el entorno natural. De esta forma, la deficiencia de hierro en los viñedos producirá alteraciones en el producto final, en este caso, en el vino. Sin embargo, estas alteraciones no tienen por qué afectar de forma negativa. La clorosis férrica produce una disminución del pH del vino, lo que genera una percepción sensorial mejorada. “Como consecuencia de la disminución del pH se produce un aumento en la percepción de la acidez y del balance azúcar/acidez en boca. En la fase visual, un pH más bajo contribuye a incrementar la intensidad del color del vino, especialmente en su componente roja”, expone Pedro Martín.

Además, la reducción moderada de la disponibilidad de hierro, conlleva una mayor concentración de  compuestos volátiles específicos, que repercute en una mejora de aquellos descriptores relacionados con el aroma, tanto los que se perciben por vía directa como retronasal (sensaciones olfato-gustativas). “Según nuestro estudio, una incidencia de baja a moderada de deficiencia de hierro incrementa los tonos florales y disminuye el negativo carácter herbáceo en el aroma de los vinos”, afirma el director del grupo de investigación.

En resumen, las investigaciones del GIRVITEN han demostrado que un nivel moderado de clorosis férrica en el viñedo puede tener aspectos muy positivos sobre la calidad de la uva y el vino. Estos resultados obtenidos para el vino producido con uva Tempranillo podrían extrapolarse a otros tipos de uva, incluyendo también a variedades blancas, obteniendo resultados cualitativamente similares. “A partir de estos resultados sería interesante estudiar, por ejemplo, la interacción entre régimen hídrico y nivel deficiencia de hierro sobre la composición polifenólica y el perfil aromático de la uva y el vino”.

Bibliografía

Ramón Sánchez, José Manuel Rodríguez-Nogales, Encarnación Fernández-Fernández, María Rosa González, Laura Medina-Trujillo, Pedro Martín. Volatile composition and sensory properties of wines from vineyards affected by iron chlorosis, Food Chemistry, Volume 369, 2022. https://doi.org/10.1016/j.foodchem.2021.130850

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Alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero en Valladolid en 2050 requiere reducir las emisiones 20 veces más rápido

Alcanzar la neutralidad de gases de efecto invernadero en Valladolid en 2050 requiere reducir las emisiones 20 veces más rápido

Investigadores de la UVa en colaboración con técnicos del Ayuntamiento de Valladolid han estudiado la evolución de las emisiones de gases de efecto invernadero en la ciudad desarrollando una metodología novedosa

Frenar el avance del cambio climático es una de las prioridades a nivel internacional. Por ello, desde las administraciones supranacionales hasta las locales se están implicando a través de la creación de políticas medioambientales. En este contexto, investigadores del Grupo de Energía, Economía y Dinámica de Sistemas (GEEDS) de la UVa en colaboración con técnicos del Ayuntamiento de Valladolid han elaborado una metodología novedosa que permite suplir la escasez de fuentes de datos estadísticos detallados y precisos para informar la toma de esas decisiones.

Esta falta de datos a nivel local “es comprensible por varios motivos. El primero es por la propia naturaleza del cambio climático en la que lo principal son las tendencias globales, lo que hace que sea un problema de entidad claramente supralocal. Lo segundo es que las competencias de medio ambiente directamente relacionadas con las emisiones de GEI están atribuidas a los gobiernos estatal y autonómico, lo que hace que la información oficial relativa a esta materia sea propia de las escalas regionales y estatales. El tercer motivo, posiblemente el más relevante, y es la ausencia de metodologíasde contabilidad ambiental sistemáticas aplicables a distintas escalas», explica Gaspar Manzanera, técnico del Ayuntamiento de Valladolid y miembro del GEEDS.

El análisis puesto en marcha desde la UVa combina diferentes perspectivas para analizar tanto los flujos de energía que “entran” en la ciudad como estimaciones del consumo energético realmente imputable a la población en sus actividades privadas. El segundo propósito de la investigación es ”validar una herramienta sencilla que pueda utilizarse en otras ciudades y pueblos. El uso de factores como los propuestos son habituales en la literatura científica y también en documentos técnicos institucionales. Nuestra contribución está en discutir la validez de dichos factores para cada caso y utilizarlos de forma coherente. Por otro lado, también hacemos algunas aportaciones sobre metodologías bottom-up (de abajo a arriba) que son muy habituales pero a las que encontramos limitaciones a la escala que las utilizamos”, concreta Manzanera.

Valladolid, una ciudad dependiente de los combustibles fósiles

En primer lugar, cabe destacar la gran dependencia de los productos energéticos derivados de combustibles fósiles: el petróleo y el gas natural representan entre el 70 y el 78% de las fuentes de energía primaria. Sin embargo, las energías renovables siguen teniendo un papel limitado, representando menos del 5% a pesar de la tendencia creciente en su consumo. Si comparamos estos datos con los resultados obtenidos para Madrid y Valencia, encontramos que Valladolid presenta un consumo de gas natural per cápita mucho más elevado que las otras dos ciudades, lo cual podría deberse a la presencia de una gran industria y un número mucho menor de habitantes. Por otro lado, el consumo de petróleo por habitante también es significativamente superior en Valladolid. Las causas principales de este alto consumo de petróleo parecen ser la falta de ferrocarriles como modo de transporte público local y la ubicación de Valladolid en la A-62, importante corredor de mercancías. Por último, Valladolid presenta una situación mejor que las otras dos capitales de provincia en cuanto a las energías renovables, probablemente por las numerosas instalaciones de calefacción urbana de biomasa existentes.

Si la comparación se establece teniendo en cuenta el consumo de energía primaria per cápita en España y en Valladolid, se aprecia un consumo un 10% superior en esta ciudad. Las principales diferencias son el mayor consumo de derivados del petróleo en España por los modos de transporte marítimo y aéreo (que no se computa a Valladolid en el estudio por no tener mar y estar el aeropuerto fuera del municipio), y un consumo de gas natural más elevado en Valladolid por las necesidades de calefacción (el clima en invierno en Valladolid es más frío que en otros puntos del país) e industriales.

En segundo lugar, se aprecia una clara vinculación entre consumo de energía y actividad económica. Durante el periodo analizado (2010-2019), en el que se produce una disminución poblacional en Valladolid, el consumo de energía aumentó desde 2015 coincidiendo con un periodo de recuperación económica. De esta forma, el consumo total de energía final en 2019 y las emisiones de GEI derivadas del consumo alcanzaron niveles muy similares a los de 2010 y, de la misma forma, adoptando la curva forma de U.

Pacto de los Alcaldes de 2011

Valladolid suscribió en 2011 el denominado Pacto de los Alcaldes, por el cual las ciudades firmantes se comprometieron a una reducción de un 20% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2020. Los reultados de el análisis muestran que, lejos de conseguirse el objetivo, en el año 2019 la redución conseguida fue de un 6% per cápita. Alcanzar la neutralidad de GEI en Valladolid para 2050 requerirá reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 13% anual, que es, aproximadamente, 20 veces más rápido que el promedio registrado entre 2010 y 2019 de 0,6% anual.

Por último, es importante tener en cuenta que los datos expuestos hasta el momento presentan algunas limitaciones debido principalmente a dos factores: las emisiones fugitivas y los límites geográficos. La presencia de emisiones fugitivas (liberación de gases de efecto invernadero que se da durante la extracción, el procesamiento y la entrega de los combustibles fósiles al punto de utilización final) implica una infraestimación de las emisiones que deberían ser entre un 20% y un 25% superiores.

Por otro lado, los límites geográficos implican también una infraestimación, ya que existe evidencia científica de que los países ricos tienen una huella energética, derivada de la energía “inserta” en los productos que se importan de países subdesarrollados o en vías de desarollo. Estudios previos confirman que la huella energética primaria total en 2008 en España era casi un 35% mayor que la demanda total de energía primaria (con una tendencia creciente desde 1995). De esta forma, podemos concluir que el análisis realizado con los datos disponibles presenta una infraestimación. Por lo que “para alcanzar los objetivos planteados para la mitigación del cambio climático, es necesario adoptar medidas contundentes para comprender y transformar las actividades consumidoras de energía a nivel local. Y, por tanto, cada ciudad, sea cual sea su tamaño, debe adoptar las medidas necesarias, reconociendo que estas deben ser puestas en marcha de forma coordinada por todos los niveles institucionales relevantes, especialmente los municipales, muy limitados por las competencias institucionales y el presupuesto disponible”, concluyen los investigadores.

Bibliografía

Manzanera-Benito, G .; Capellán-Pérez, I. Mapeo de los flujos de energía y emisiones de GEI de una ciudad mediana: el caso de Valladolid (España). Sostenibilidad 2021 , 13 , 13181. https://doi.org/10.3390/su132313181

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Un sistema de monitorización no intrusiva permite una mayor autonomía de las personas mayores en el hogar

Un sistema de monitorización no intrusiva permite una mayor autonomía de las personas mayores en el hogar

Investigadores de la Universidad de Valladolid y del Centro Tecnológico Cartif desarrollan un sistema de sensores que permite vigilar los hábitos diarios de las personas mayores

El pasado año, 2.131.400 personas mayores de 65 años vivían en hogares unipersonales en España. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), esta cifra se ha incrementado en un 6,1% respecto al año 2019. En este contexto, es fundamental, que las personas mayores que viven solas puedan sentirse seguras en su hogar. Por ello, el Departamento de Ingeniería de Sistemas y Automática de la Universidad de Valladolid (UVa) y el Centro Tecnológico Cartif han desarrollado un sistema capaz de reconocer en tiempo real las actividades más habituales en la vida diaria de una persona mayor, así como comportamientos no deseados, para poder controlar sus hábitos o problemas como caídas, mejorando de esta forma la seguridad de estas personas.

Así, gracias a este sistema, médicos y terapeutas podrían “conocer los hábitos que tiene una persona mayor en su día a día. Pueden cerciorarse de que la persona está realizando correctamente las pautas de medicación a las horas correctas, por ejemplo, o conocer algún tipo de trastorno alimenticio si este no realiza de manera apropiada las comidas del día”, explica Raúl Gómez, investigador del Centro Tecnológico Cartif y del Instituto de las Tecnologías Avanzadas de la Producción.

El dispositivo presenta gran cantidad de beneficios para muchas personas mayores. Especialmente para aquellas que sufren enfermedades neurodegenerativas como las de Parkinson o de Alzheimer. Sin embargo, todavía es mucha la gente que se muestra reticente a estos sistemas alegando una intromisión en la intimidad de las personas. Una solución a este problema la plantean investigadores de la UVa en la revista Sensors recientemente: “La presencia de los sensores no intrusivos que hemos escogido genera menor rechazo entre las personas mayores que el uso de otro tipo de tecnologías, como pueden ser cámaras o micrófonos. Nuestra tecnología recoge información que no está asociada directamente a una persona. Es decir, no utilizamos por ejemplo la imagen de una persona recogida mediante una cámara ya que lo consideramos muy intrusivo. Optamos por sensores que monitoricen eventos que ocurren dentro de la casa, como puede ser la apertura de una puerta o armario o la detección de un movimiento en un determinado pasillo. Esto permite que las mediciones sean transparentes para el usuario”, aclara el profesor de la Escuela de Ingenierías Industriales.

Casas sensorizadas

El sistema propuesto por los investigadores del Centro Tecnológico Cartif y de la Universidad de Valladolid incluye un total de 28 sensores de movimiento, 3 sensores de puerta (colocados, por ejemplo, en cajones y armarios) y 2 de temperatura que se distribuyen por toda la casa, dando lugar a un total de 33 sensores. Este sistema registra una serie de datos cada vez que un sensor detecta un cambio en su estado o un valor medible. Se incluye la hora en la que se generó el evento, el sensor que se vio afectado, el nuevo estado del sensor y el inicio o el final de una actividad. “Si se está detectando presencia dentro de una determinada habitación, como puede ser la cocina, es muy poco probable (por no decir imposible) que la persona se esté duchando ya que no se encuentra en el cuarto de baño. Para conocer la actividad que se esta realizando en un determinado momento, se utiliza además información de lo sucedido con anterioridad. Por esta razón, nuestro sistema no tiene en cuenta la actividad que se ha realizado anteriormente, sino los eventos anteriores que han ido sucediendo dentro de la casa”, ejemplifica Raúl Gómez.

En el dispositivo, el uso de sensores infrarrojos pasivos permite conocer el área de la casa ocupada por un usuario. Estos son fáciles de instalar, son inmunes a las mascotas y tienen un bajo consumo. Por otro lado, para detectar actividades como salir de casa, abrir el frigorífico o armarios, se utilizan interruptores de contacto. Y por último, para detectar actividades como cocinar o ducharse, se utilizan sensores de temperatura.

El futuro de las casas sensorizadas

Actualmente, el equipo investigador está creando una base de datos propia, recopilando información sobre un abanico más amplio de actividades, ya que la utilizada en el presente estudio no recoge algunas de las actividades frecuentes que se pueden realizar en una casa. Además, otro de los retos para esta línea de investigación consiste en monitorizar viviendas en las que residen varias personas. Por último tal y como nos adelanta el investigador: “También estamos planteando un sistema de toma de decisión ante las actividades que está realizando la persona mayor. Por ejemplo, si se le ha olvidado tomar las medicinas, se podría elaborar un sistema que se lo recuerde, y si sigue sin hacerlo, llamar al sistema sanitario de forma automática”.

Esta investigación puede suponer un impulso importante a la autonomía de las personas de mayor edad, al permitir alargar su independencia durante más tiempo. “Es muy importante que nuestros mayores se sientan independientes para que su estado de ánimo sea bueno y saludable. Además, contar con un sistema capaz de informar de forma automática al servicio de emergencias cuando ha ocurrido algo dentro del hogar de una persona mayor que vive sola puede ser muy beneficioso y puede salvar vidas”, concluye Gómez.

Bibliografía

Ramos, R.G.; Domingo, J.D.; Zalama, E.; Gómez-García-Bermejo, J. ‘Daily Human Activity Recognition Using Non-Intrusive Sensors’. Sensors 2021, 21, 5270. https://doi.org/10.3390/s21165270

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Técnicas de biorrefinería transforman residuos de zanahoria en materiales de valor añadido como biofilms o ácido láctico

Técnicas de biorrefinería transforman residuos de zanahoria en materiales de valor añadido como biofilms o ácido láctico

El Instituto de Bioeconomía de la UVa profundiza en los procesos de valorización de residuos orgánicos con el fin de convertirlos en activos de alto valor añadido

Cada año 1 300 millones de toneladas de alimentos (un tercio de la producción mundial) son desechados. Este problema se agrava aún más cuando hablamos de productos vegetales, ya que este tipo de residuos se producen en varias etapas de la cadena de valor y generan, además de un problema económico, otro medioambiental debido a la putrefacción. Los desechos vegetales se caracterizan por tener un alto grado de humedad y una alta carga orgánica, que los hace vulnerables a la actividad microbiana y, por tanto, difíciles de manipular. “Este problema hay que entenderlo de manera global. Debemos encontrar soluciones que nos permitan aprovechar los productos de la manera más eficiente posible. Algunos vegetales muy perecederos, por ejemplo, son un activo de alto valor añadido cuando se comercializan para el consumo humano. Sin embargo, a priori el excedente o los descartes servirían únicamente como fertilizantes (compost) o comida para animales generando grandes pérdidas económicas y emisiones potencialmente contaminantes. Así, debemos buscar procesos que nos permitan reconvertir las toneladas de residuos en activos de alto valor añadido como bioplásticos”, explica Juan García Serna, investigador del Instituto de Bioeconomía de la UVa. Esta reconversión de los residuos permitiría también comenzar a mitigar, y en un futuro llegar a atajar, otros problemas globales como la escasez de materiales, combustibles fósiles o la contaminación derivada del uso de los mismos.

La zanahoria es uno de los tubérculos más importantes cultivados a nivel mundial, con una producción anual de 36 millones de toneladas y un descarte del 30%. Este descarte se debe a tres causas principales: los residuos industriales de pulpa una vez extraído el zumo, el destrío (zanahoria entera o rota que no cumple con el estándar de calidad y se desecha durante su procesado) y las altas exigencias estéticas del mercado (no cumplen con el tamaño, diámetro, longitud o forma requeridos). En este contexto, la tesis doctoral de la investigadora Marta Ramos, dirigida por el propio Juan García Serna del Grupo de Ingeniería de Procesos a Presión de la Universidad de Valladolid, busca una solución a este problema explorando la valorización de biomasa a través de una biorrefinería basada en procesado con agua subcrítica, obteniendo productos de alto valor añadido a partir de residuos. El equipo ha publicado recientemente dos artículos científicos en acceso abierto sobre esta materia en la revista Journal of Cleaner Production.

La segunda vida de la zanahoria

La zanahoria, como muchos otros vegetales, se puede descomponer en una parte sólida y una parte líquida: la pulpa y el zumo. Una vez explotada la hortaliza por parte de la industria alimentaria se obtienen unos subproductos tanto de pulpa como de zumo que podrían llegar a tener una nueva vida tras pasar por procesos de fraccionamiento como la hidrólisis y la ultrafiltración y de estabilización como secado por spray o la liofilización.

La valorización de la pulpa se basa en un proceso de extracción de los compuestos de valor mediante una extracción hidrotermal. Este proceso se sirve de un caudal de agua presurizada entre 140 °C y 180 °C que pasa por un reactor con una carga de biomasa, en este caso la pulpa de la zanahoria. De estos residuos es especialmente interesante extraer azúcares, hemicelulosas y pectinas que son compuestos de gran valor para la economía circular. Pero, ¿qué se puede hacer con estos compuestos? Por un lado, los azúcares son un activo que se puede transformar en bioetanol, por ejemplo, gracias a la fermentación con levadura. Por otro lado, la hemicelulosa debido a su elasticidad podría ser reutilizada para la fabricación de biofilms para la industria alimentaria, tal y como explica García Serna. Para ello ha colaborado en la tesis de Marta Ramos con los profesores Henrick Grenman y Chunlin Xu de la universidad finlandesa Åbo Akademi y con el equipo del profesor Miguel Ángel Rodríguez del CellMat Laboratory UVa que forma parte del citado Instituto de Bioeconomía UVa. Por último, las pectinas presentan múltiples posibilidades tanto en la industria alimenticia, donde se utilizan como espesantes y gelificantes, como en la industria farmacéutica.

Los residuos del zumo de zanahoria, por su parte, también presentan múltiples opciones en cuanto a su reutilización. La valorización del zumo se basa en la recuperación de sus principales componentes, los carotenoides y los azúcares, mediante procesos de ultrafiltración y diafiltración, que consisten en la separación de los componentes del zumo mediante la utilización de membranas (ultrafiltración) y de membranas y agua (diafiltración). Los carotenoides son pigmentos naturales que destacan por sus componentes antioxidantes y por la protección frente a enfermedades cardiovasculares. Además, tienen una gran aplicación en las industrias alimentaria y cosmética. Mientras que los azúcares se pueden valorizar para la obtención de ácido láctico y, como apuntábamos en párrafos anteriores, de etanol mediante procesos fermentativos.

La bioeconomía circular

La Unión Europea y sus Estados miembros se han comprometido, a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, a reducir a la mitad, de aquí a 2030, el desperdicio de alimentos per cápita y a reducir la pérdida de alimentos en las cadenas de producción y suministro. Además, las nuevas políticas y directivas apuntan hacia la promoción de la sostenibilidad desde a la bioeconomía, la circularidad, la química verde, la reducción de plásticos, cero residuos o protección a la biodiversidad. Por ello, “es imprescindible buscar formas de valorizar los residuos más allá de la cadena de producción. Es decir, si no podemos utilizarlos como alimento para ganado porque no hay suficientes animales o por problemas logísticos, debemos buscar nuevas alternativas y no conformarnos con dejarlos en un vertedero”, apunta Juan García Serna.

En el Instituto de Bioeconomía de la Universidad de Valladolid están consiguiendo avances en esta área gracias, entre otras cosas, a la patente del proceso de extracción hidrotermal multilecho que permite “extraer y fraccionar los compuestos solubles de la biomasa residual y no residual, utilizando agua como solvente y a nivel de laboratorio da la posibilidad de extraer muestras más grandes, en vez de obtener miligramos de muestra extraer gramos”, explica el catedrático de Ingeniería Química.

Bibliografía

Marta Ramos, Andrés Beatriz Aguilera Torre, Juan García-Serna. ‘Hydrothermal production of high-molecular weight hemicellulose-pectin, free sugars and residual cellulose pulp from discarded carrots’, Journal of Cleaner Production. Volume 290, 25 March 2021, 125179. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2020.125179

Marta Ramos, Andrés Beatriz Aguilera Torre, Juan García-Serna. ‘Production of purified hemicellulose-pectin fractions of different molecular weight from discarded carrots by hydrothermal treatment followed by multistep ultrafiltration/diafiltration’, Journal of Cleaner Production. Volume 321, 25 October 2021, 128923 DOI: https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2021.128923 (open access)

Marta Ramos, Andrés Beatriz Aguilera Torre, Juan García-Serna. ‘Biorefinery of discarded carrot juice to produce carotenoids and fermentation products’, Journal of Cleaner Production, Volume 323, 10 November 2021, 129139 DOI: https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2021.129139 (open access)

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La reducción de la contaminación interior debe establecerse como una prioridad para investigadores y sociedad

La reducción de la contaminación interior debe establecerse como una prioridad para investigadores y sociedad

Un equipo científico de la Universidad de Valladolid alerta de la necesidad de encontrar mecanismos viables técnica y económicamente para combatir esta polución, hasta el momento la gran olvidada

Muchos de nosotros pasamos hasta el 90% del día en espacios cerrados: en casa, en el trabajo, en el colegio, en el transporte…, según datos de la Agencia Europea del Medio Ambiente. Sin embargo, con este dato encima de la mesa, ¿nos hemos preocupado lo suficiente por la calidad del aire interior? Javier González, investigador del Instituto de Procesos Sostenibles (IPS) de la Universidad de Valladolid (UVa), lo tiene claro: “Tradicionalmente, solo la contaminación del aire y el entorno exterior se ha tenido en cuenta, pero en muchos escenarios, los niveles de contaminación son mayores en el interior. Recientemente, debido a la situación causada por la COVID-19, se ha acentuado aún más este problema, así como la necesidad de tratamiento del aire interior para mantener una buena calidad de aire”.

Atendiendo a datos publicados recientemente por la Organización Mundial de la Salud, más de 4 millones de personas mueren prematuramente al año por enfermedades atribuibles a la contaminación del aire de los hogares. Además, este tipo de polución genera pérdidas multimillonarias a empresas y Estados debido a la reducción de la productividad de los empleados, a las bajas laborales, mayores gastos del sistema de sanidad pública… Se estima que en el año 2010 estos costes asociados a la contaminación ascendieron a 1431 billones de dólares en la región de Europa. En este contexto, investigadores del Departamento de Ingeniería Química y Tecnología Ambiental de la UVa han publicado una revisión sobre la contaminación del aire en interiores y las estrategias de control. “La investigación en esta área presenta una gran oportunidad de innovación que puede tener mucho impacto en el funcionamiento de los edificios en un futuro no muy lejano. La mayor eficiencia energética de los edificios y los mayores niveles de contaminación que pueden darse pueden hacer que las biotecnologías sean indispensables para obtener una buena calidad de aire de interior”, reflexiona el investigador.

Personas trabajando en una cocina. Fotografía: Cipher. Flickr. CC-BY-SA-2.0

Contaminación interior contra eficiencia energética

La contaminación del aire y la exposición humana al aire de baja calidad es una de las amenazas ambientales que más preocupan actualmente a investigadores y personal sanitario. Sin embargo, estos efectos cada vez serán mayores debido al continuo crecimiento de las ciudades y a la mejora del aislamiento de los edificios. La normativa de edificación moderna se basa en fomentar el ahorro energético, provocando la reducción sustancial del intercambio de aire y, consecuentemente, un aumento de la concentración de contaminantes interiores. “Las medidas para la mejora de eficiencia energética suelen conllevar menor intercambio de aire con el exterior, que es la medida más sencilla de prevenir la mala calidad de aire de interior. Con sistemas de ventilación forzada aún se necesitaría aclimatar el aire exterior, por lo que en un futuro de mayor eficiencia energética la solución sería depurar el aire interior. En este escenario las tecnologías de depuración deben aparecer como una solución que sea viable y económica, por lo que la investigación en esta área es fundamental”, propone Javier González.

Minero en un yacimiento de carbón en Paipa Fotografía: RMaxSteenkist. Flickr CC-BY-NC-2.0

¿Cuáles son los principales contaminantes?

La información disponible sobre la contaminación interior es, hasta ahora, muy limitada, pero existen evidencias de que materiales particulados, compuestos inorgánicos volátiles y compuestos orgánicos volátiles son los contaminantes más frecuentes. Y, ¿de dónde proceden estos contaminantes?

Las partículas ingresan en los ambientes interiores, por un lado, a través de la ventilación, y, por otro, a través de aparatos de combustión como hornos o estufas y el humo del tabaco. Este contaminante es especialmente preocupante cuando el combustible utilizado es biomasa. Por otro lado, los compuestos inorgánicos volátiles como el dióxido de carbono (CO2), el monóxido de carbono (CO) o el ozono pueden aparecer en dispositivos de cocina y calefacción defectuosos, gases de vehículos o chimeneas. Y los compuestos orgánicos volátiles, tales como el benceno, el naftaleno o el tolueno, se desprenden, entre otras cosas, de los materiales de construcción utilizados en los edificios, plásticos, pinturas, productos de limpieza y farmacéuticos… “La contaminación más frecuente podría deberse a las partículas, ya que pueden provenir de todo tipo de fuentes. También se encuentran con bastante frecuencia compuestos inorgánicos como CO2, CO, óxidos de nitrógeno y ozono. El material particulado y los compuestos inorgánicos volátiles han sido muy estudiados en contaminación exterior, por lo que han sido los primeros en estudiarse en ambientes interiores. En los últimos años se están detectando cada vez más compuestos orgánicos volátiles en entornos de interior, que provienen tanto de materiales del propio edificio como de productos de uso puntual (limpieza, higiene personal…)”, aclara el investigador del IPS.

En este contexto, es fundamental encontrar mecanismos de prevención y minimización de las emisiones de contaminantes en interiores que sean suficientes y técnica y económicamente viables. Se han propuesto varias estrategias para prevenir la emisión y disminuir la concentración de gases. En general, la ventilación es la medida más sencilla y viable, y combinada con un control de la temperatura y la humedad relativa da buenos resultados. No obstante, cuando esto no es posible por, por ejemplo, encontrarse el edificio en una zona con alta contaminación exterior, las tecnologías físico-químicas y los métodos de purificación de base biológica se establecen como alternativas. “Actualmente, en los edificios de nueva construcción ya se incorporan estas tecnologías como buena combinación de eficiencia energética y control de calidad de aire. En espacios de mayor contaminación externa sería beneficioso incorporar estas tecnologías. El inconveniente es que las tecnologías de tratamiento de aire de interior, especialmente las que más ventajas ofrecen como las biotecnologías, aún están en desarrollo y apenas existen dispositivos comerciales que puedan utilizarse en un escenario real”, concluye González.

Bibliografía

Javier González-Martín, Norbertus Johannes Richardus Kraakman, Cristina Pérez, Raquel Lebrero Raúl Muñoz. ‘A state–of–the-art review on indoor air pollution and strategies for indoor air pollution control’ Chemosphere Volume 262, January 2021, 128376. DOI: https://doi.org/10.1016/j.chemosphere.2020.128376

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El éxito de la restauración ecológica pasa por una correcta evaluación de las acciones puestas en marcha

El éxito de la restauración ecológica pasa por una correcta evaluación de las acciones puestas en marcha

Investigadores del Instituto Pirenaico de Ecología y las universidades de Valladolid y Lleida, entre otras, elaboran un índice que permitirá realizar evaluaciones completas de acciones de restauración

El elevado consumo de plásticos, característica fundamental de las sociedades occidentales actuales, está suponiendo una drástica reducción de la fauna marina. Sin embargo, este derroche es solo un ejemplo de los cientos que podemos encontrar de cómo la actividad del ser humano ha destruido y destruye ecosistemas y especies. Paralelamente a este problema, a lo largo del siglo XXI estamos viviendo un crecimiento generalizado de la sensibilización ecológica de la sociedad en general y de las administraciones en particular. El Desafío de Bonn de 2011 para restaurar 150 millones de hectáres de bosques o la Declaración de Nueva York de 2014 en la que docenas de gobiernos, más de 30 de las empresas más grandes del mundo y más de 50 organizaciones se comprometieron a reducir a la mitad la pérdida anual de bosques naturales para 2020 y esforzarse para alcanzar la cero deforestación en 2030, son ejemplo de ello. Más recientemente, el 1 de marzo de 2020, se declaró en Nueva York la Década 2021-2030, como la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas con el objetivo de incrementar a gran escala la restauración de los ecosistemas degradados y destruidos, como medida de probada eficacia para luchar contra el cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad.

La restauración ecológica de los ecosistemas se propone como una de las principales soluciones para frenar la alteración de los sistemas, entendiendo por restauración no la recuperación del ecosistema primigenio sino la creación de un ecosistema equilibrado e idóneo que lleve a la optimización de las funciones ecológicas. Ahora bien, actualmente el problema aparece a la hora de medir el nivel de éxito de esta restauración. La diversidad de objetivos perseguidos junto a la variedad de métodos estadísticos en el tratamiento de datos hacen de la evaluación una tarea muy compleja. En este contexto, Carolina Martínez, investigadora de la Universidad de Valladolid y coordinadora del Grupo de Trabajo de Restauración Ecológica de la Asociación Española de Ecología Terrestre, ha participado en la elaboración de un novedoso índice que permitirá medir “lo que se ha restaurado en relación con que debería haberse recuperado”: el índice de Restauración Lograda.

Este índice que permitirá evaluar correctamente el éxito de las labores de restauración es el fruto de una investigación puesta en marcha por el Instituto Pirenaico de Ecología del CSIC y en la que han colaborado diferentes entidades como la Universidad de Valladolid o la Universitat de Lleida.

Índice de Restauración Lograda

Hasta ahora la mayoría de los estudios que utilizaban metaanálisis para analizar los resultados de la restauración ecológica, expresaban sus resultados mediante el índice de Recuperación Restante, pero, como han señalado numerosos expertos la expresión de los datos, mediante este índice puede ser engañosa. “Tal enfoque solo explica parcialmente los resultados de la restauración ecológica, ya que solo considera ‘lo que queda por hacer’ como una medida del éxito de la restauración; mayor éxito cuanto menor sea lo que queda por hacer. Por tanto, el uso de este índice no es que sea erróneo, sino que la valoración resulta incompleta ya que solo considera ‘lo que queda por hacer’ y también debería considerarse ‘lo que se ha hecho’ en comparación con lo que se esperaba para lograr una restauración completa”, explica Carolina Martínez, profesora del Departamento de Ciencias Agroforestales en el campus de Palencia.

Teniendo en cuenta que el índice de Recuperación Restante ofrece una visión parcial, el equipo en el que participa Martínez propone el uso del índice de Restauración Lograda de forma complementaria. “Sugerimos que usar sólo un índice para evaluar el éxito de la restauración no es suficiente. Proponemos completar el índice de Recuperación restante (‘lo que queda por hacer’) con un nuevo índice que informa sobre ‘lo que se ha restaurado en comparación con lo que debería haberse recuperado’: el índice de Restauración Lograda”, aclara la coordinadora del Grupo de Trabajo de Restauración Ecológica de la AEET.

Restauración… ¿activa o pasiva?

Aunque el debate sobre el tipo de restauración idóneo todavía está encima de la mesa y las comparativas son aún escasas, estudios recientes parecen demostrar una mayor efectividad de la restauración pasiva frente a la activa. En el metaanálisis planteado en el estudio, la recuperación restante fue, en general, claramente mayor cuando se implementó restauración pasiva que tras la restauración activa, resultado que serviría como argumento a favor de la restauración activa. Sin embargo, aunque la diferencia no fue significativa, lo que se ha logrado con la restauración (es decir, el trabajo realizado) fue mayor en el caso de la restauración pasiva (AR = 60%) en comparación con la restauración activa (45%). ”Ambos resultados aparentemente contradictorios pueden explicarse si tenemos en cuenta la intensidad de la degradación inicial. De nuestros resultados, aunque aquí de nuevo las diferencias no fueran significativas, se desprende que cuanto mayor sea la degradación inicial, más recurrirán los profesionales a la restauración pasiva. Por lo tanto, aunque la restauración pasiva sea globalmente más eficiente (mayor AR) que la restauración activa, ‘lo que queda por hacer‘ (RR), que es más alto asociado a ella, probablemente está en parte relacionado con la intensidad de la degradación inicial, que es globalmente más alta en la restauración pasiva que en la restauración activa”, concluye la investigadora del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (centro mixto UVa-INIA).

 

Bibliografía

Lilian Marchand, Bastien Castagneyrol, Juan J. Jiménez, Jose M. Rey Benayas, Marie-Lise Benot, Carolina Martínez-Ruiz, Josu G. Alday, Renaud Jaunatre, Thierry Dutoit, Elise Buisson, Michel Mench, Didier Alard, Emmanuel Corcket, Francisco Comin. ‘Conceptual and methodological issues in estimating the success of ecological restoration’ Ecological Indicators, Volume 123, 2021, 107362, https://doi.org/10.1016/j.ecolind.2021.107362

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Un método innovador recupera los granos de café agotados para materia prima para la fabricación de biocombustibles y bioproductos

Un método innovador recupera los granos de café agotados para materia prima para la fabricación de biocombustibles y bioproductos

Investigadores de la UVa proponen un proceso integrado de extracción y fermentación para la producción de compuestos antioxidantes y biobutanol a partir del residuo de grano de café agotado

La Organización Internacional del Café estima que en 2021 se consumirán 166,6 millones de sacos de 60 kilos de café, convirtiendo a esta bebida en el segundo producto más consumido del mundo. La producción y procesado de estas cantidades de café generan una gran cuantía de residuos que podrían reutilizarse en múltiples ámbitos, especialmente los granos de café agotados, tal y como demuestra el artículo publicado por investigadores del Instituto de Procesos Sostenibles de la Universidad de Valladolid.

En el residuo del grano de café podemos encontrar un número importante de compuestos bioactivos (componentes naturales presentes en los alimentos o en los residuos generados durante su procesado) que presentan importantes efectos beneficiosos para la salud ya que se caracterizan por tener propiedades antioxidantes, anticancerígenas, antialérgicas, antiinflamatorias, antimicrobianas y antitumorales, así como propiedades beneficiosas relacionadas con la neuroprotección. De esta forma, por estas propiedades, estos compuestos tienen aplicaciones potenciales en la industria farmacéutica y en parafarmacia, así como en la producción de cosméticos (podrán formar parte de la composición de geles, cremas, complementos nutricionales…) y en la producción de alimentos funcionales y aditivos, encontrándolos en galletas, yogures, batidos… Tal y como explica la investigadora del Grupo de Investigación Reconocido de Tecnología de Procesos Químicos y Bioquímicos, Susana Lucas, “resulta interesante la recuperación de estos productos, presentes en la composición de determinados residuos, porque podrían utilizarse en aplicaciones de la industria alimentaria, cosmética y farmacéutica. Se trata de compuestos de alto valor añadido, actualmente muy demandados por sus propiedades funcionales, y que podrían ser la clave para garantizar la viabilidad económica de los procesos de valorización de residuos”.

En el marco de la economía circular, estos compuestos bioactivos que encontramos en los posos de café, podrían servir también como base para la fabricación de biocombustibles, concretamente de biobutanol. “Esta investigación supone un avance hacia la producción integrada de compuestos antioxidantes y biocombustibles a partir de residuos. En concreto plantea el uso de grano de café agotado para obtener de forma simultánea compuestos bioactivos con demostrada actividad antioxidante, así como biocombustibles avanzados, en concreto biobutanol”, explica la investigadora de la Universidad de Valladolid.

Fermentador. Fotografía: Susana Lucas

Disolventes eutécticos profundos naturales y ondas microondas

Los compuestos bioactivos contenidos en los granos de café agotados se extraen habitualmente mediante métodos de extracción tradicionales que emplean disolventes altamente contaminantes, inflamables y tóxicos. En busca de un método más respetuoso con las personas y el medio ambiente, los investigadores de la unidad de Procesos Químicos y Bioquímicos del Instituto de Investigación de Procesos Sostenibles de la UVa han desarrollado su investigación extrayendo los compuestos bioactivos con una tecnología más respetuosa y sostenible.

Esta nueva tecnología se basa en el uso de ondas microondas y disolventes eutécticos profundos naturales (NADES, por sus siglas en inglés). Estos, al contrario que los disolventes convencionales utilizados en las técnicas de extracción tradicionales, se caracterizan por ser no volátiles, no inflamables, no tóxicos y extremadamente biodegradables, lo que adquiere en este punto especial relevancia, ya que permitirá utilizar los compuestos bioactivos en la industria alimentaria, farmacéutica y cosmética sin ningún riesgo derivado de la toxicidad de los productos empleados. “La tecnología de extracción microondas podría resultar de interés porque se trata de una tecnología limpia, que opera con tiempos de operación cortos y con la que se obtienen muy buenos rendimientos de extracción. Su mayor limitación para el escalado industrial es el alto coste del propio equipo microondas. Su viabilidad técnica está garantizada, pero para asegurar su viabilidad económica hay que realizar aún la optimización del proceso”, analiza Lucas.

Esta investigación publicada en la revista científica Biomass and Bioenergy confirma la viabilidad, al menos desde el punto de vista técnico, de la recuperación conjunta de compuestos antioxidantes y biobutanol a partir de un residuo de grano de café agotado.

Y aunque la viabilidad de estos antioxidantes de origen natural en la industria alimentaria y cosmética es clara, ya que irán desplazando en el corto plazo a los antioxidantes sintéticos del mercado, para la incorporación del biobutanol al mercado de los biocombustibles es necesaria todavía una mayor investigación básica de optimización del proceso de fermentación y separación posterior.

En palabras de Susana Lucas, la importancia de esta investigación radica en la mejora de “los rendimientos de extracción minimizando los requerimientos energéticos del proceso y empleando tecnologías limpias de pretratamiento de la biomasa, como es la tecnología microondas”.

Bibliografía

Juan C. López, María Teresa García, Mónica Coca, Susana Lucas. ‘A biorefinery approach for the valorization of spent coffee grounds to produce antioxidant compounds and biobutanol’, Biomass and Bioenergy, Volume 147, April 2021, 106026

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La realización de tratamientos de manejo sobre jarales no afecta a la riqueza y diversidad de las comunidades bacterianas

La realización de tratamientos de manejo sobre jarales no afecta a la riqueza y diversidad de las comunidades bacterianas

Un estudio puesto en marcha por el Instituto de Investigación en Manejo Forestal Sostenible de la UVa demuestra que las acciones de manejo forestal para la prevención de incendios no altera la microbiota de los arbustos de jara

El Cistus ladanifer, comúnmente conocido como jara, es un matorral muy abundante y ampliamente extendido por toda la geografía española, formando uno de los ecosistemas más característicos de la cuenca del Mediterráneo. Estos matorrales pirofíticos se caracterizan, entre otras cosas, por ser un tipo de planta muy propensa a los incendios forestales, ya que la jara tiene en sus hojas una sustancia denominada ládano, un tipo de aceite altamente inflamable. Un estudio de la Universidad de Valladolid aborda las consecuencias de aplicar tratamientos de manejo orientados a la prevención de incendios en otros organismos presentes en el entorno de estos arbustos.

“En  las zonas pobladas por este tipo de matorrales, que están altamente afectadas por los incendios, es necesario llevar a cabo una serie de tratamientos preventivos, consistentes en realizar desbroces totales o parciales, en eliminar una gran parte del matorral”, explica la investigadora del Instituto de Investigación en Manejo Forestal Sostenible (iuFOR) de la Universidad de Valladolid Olaya Mediavilla. Tradicionalmente, la jara ha sido considerada improductiva y sin ningún valor comercial. Sin embargo, esta percepción está cambiando ya quese ha observado que este tipo de matorrales producen grandes cantidades de  setas comestibles, entre ellas algunas de alto interés gastronómico y comercial, como Boletus edulis. De este modo, se realizaron diferentes estudios en relación a los efectos del fuego y los tratamientos preventivos sobre las comunidades de hongos, sin embargo, no había conocimiento sobre lo que ocurría con las comunidades bacterianas, cuyo papel ecológico es esencial. Por ello, en el iuFOR, ubicado en el campus de Palencia, se plantearon en 2019 qué efectos provocaban los tratamientos de prevención de incendios forestales en las comunidades bacterianas asociadas al crecimiento de boletus en estas zonas.

Este proyecto de investigación, financiado parcialmente por la Junta de Castilla y León, continúa con la reciente publicación de la investigación ‘Seasonal influences on bacterial community dynamics in Mediterranean pyrophytic ecosystems’ en la revista científica Forest Ecology and Management en la que se analizan los efectos provocados en la comunidad microbiana por las acciones preventivas contra los incendios forestales, así como la influencia del origen delsuelo y la estacionalidad.

La importancia de las bacterias

“Las bacterias tienen un papel biológico importante, ya que se ha demostrado que tienen un papel facilitador en la micorrización (la unión entre la planta y el hongo) y, por tanto, en el crecimiento de la comunidad de hongos”, explica la investigadora. Por eso, es importante conocer cómo afectan los diversos factores a la población bacteriana para tratar de controlar los efectos que se producen sobre ella.

Los investigadores combinan en este estudio tres variables (origen del suelo, tratamientos de manejo contra incendios forestales y estacionalidad) generando de esta forma tres escenarios que analizaron durante 12 meses: un rodal de 8 años regenerado tras una quema controlada, un rodal de 8 años que se desarrolló después de un desbroce total del anterior y un rodal de 20 años que se desarrolló después de un incendio forestal. En cada una de esas zonas se llevaron a cabo diferentes tipos de tratamientos de manejo: desbroce total, desbroce al 50%, quema controlada y control (sin actuación). Las condiciones temporales y climatológicas son las mismas para los tres casos ya que los tres rodales se encuentran situados en la zona de Aliste, en la provincia de Zamora.

Los resultados finales de la investigación concluyen que la riqueza, abundancia y composición bacteriana se ven afectadas principalmente por el origen del suelo y por la estacionalidad, existiendo una riqueza menor en las parcelas jóvenes quemadas y presentando mayor riqueza bacteriana entre los meses de abril y junio debido al mayor número de precipitaciones en estas fechas y alto nivel de humedad. Atendiendo a la influencia de los tratamientos de prevención de incendios se ha encontrado que apenas tienen efectos. “Los resultados obtenidos en este estudio apoyan un manejo activo enfocado a la prevención de incendios forestales a través de tratamientos preventivos, que nos permiten al mismo tiempo rejuvenecer esas masas y prevenir incendios,  mientras que las comunidades bacterianas no se ven afectadas. En este sentido, no estamos perjudicando ni la diversidad ni la riqueza en el suelo”, aclara Mediavilla.

Bibliografía

Mediavilla, O; , Jaime Olaizola, J;  Baldrian,P; López-Mondejar, R; Oria-de-Rueda, J.A; Martín-Pinto, P. “Seasonal influences on bacterial community dynamics in Mediterranean pyrophytic ecosystems”. Forest Ecology and Management. 2020 (478) DOI: https://doi.org/10.1016/j.foreco.2020.118520.

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Réplicas impresas en 3D sirven de apoyo al proceso de enseñanza de personas con discapacidad visual

Réplicas impresas en 3D sirven de apoyo al proceso de enseñanza de personas con discapacidad visual

Investigadores de las universidades de Valladolid y Salamanca observan la utilidad de estos materiales para la formación de estos colectivos en un trabajo experimental

Dentro de la educación reglada, numerosos estudios han demostrado que el uso de réplicas impresas en 3D contribuye a mejorar la motivación de los alumnos y la comprensión de las materias objeto de estudio. Investigadores de las universidades de Valladolid (UVa) y Salamanca (USAL) han dado un paso más y han confirmado en un estudio recientemente publicado que el uso de estos materiales de impresión tridimensional cobra todavía más importancia cuando se trata de la formación de personas con discapacidad visual. El experimento tuvo como punto de partida un taller de divulgación científica.

Sonia Díaz, investigadora del departamento de Prehistoria, Arqueología, Antropología Social y Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UVa, y Santiago Sánchez, investigador del departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la USAL, participaron en un taller del ciclo divulgativo ‘Capaciénciate’, organizado por la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación|UVadivulga y el Secretariado de Asuntos Sociales de la Universidad de Valladolid. En él, 25 usuarios de la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) tuvieron la oportunidad de ampliar sus conocimientos sobre evolución humana gracias a las explicaciones de los investigadores y al uso de 22 réplicas de cráneos impresas en 3D por el Departamento de Prehistoria de la UVa.

A raíz de esta experiencia, los investigadores iniciaron un trabajo de investigación que ha sido publicado recientemente bajo el título de ‘Human evolution in your hands. Inclusive education with 3D-printed typhlological’ en la revista científica Journal of Biological Education. La investigación nace de la necesidad de estas personas de acceder a actividades de ocio cultural, ya que como expresaron los propios alumnos en una encuesta posterior al taller, las personas con discapacidad visual “tienen muy malas experiencias en los museos porque normalmente no les dejan acceder a réplicas ni, obviamente, tocar los originales, salvo en el museo de la ONCE, y esto hace que no se enteren de las explicaciones y desistan de asistir a este tipo de actividades”, explica la investigadora.

22 réplicas y un 92% de comprensión

Para el desarrollo de ‘Capaciénciate’ se imprimieron dos muestras de 11 cráneos pertenecientes a las especies más significativas de la evolución humana: Pan troglodytes, Sahelanthropus tchadensis, Paranthropus boisei, Australopithecus safarensis y A. sediba, Homo habilis, H. erectus, H. naledi, H. heidelbergensis, H. floresiensis y H. neanderthalensis. De esta forma todos los asistentes tuvieron la posibilidad de tocar y analizar las 11 muestras impresas en la USAL.

Los resultados de la encuesta, realizada tras el desarrollo del taller, revelan que el 92% de los estudiantes entendió toda la explicación sin ningún problema, independientemente del nivel de ceguera. Aunque si se encontró una diferencia significativa al cruzar las variables nivel de ceguera y utilidad de las réplicas, ya que el 81,8% de los estudiantes con visión limitada las consideraron principalmente útiles, mientras que el 92,9% de los totalmente los estudiantes ciegos los consideraban esenciales. Finalmente, el 92% de los participantes respondió positivamente a las cuestiones en las que se les preguntaba si habían aprendido alguna información importante sobre la evolución humana y la anatomía craneal.

Además, el Departamento de Prehistoria de la UVa, de forma pionera en este área en España, ha comenzado a utilizar este tipo de muestas fabricadas por los propios alumnos gracias al proyecto de innovación docente “El patrimonio arqueológico en tus manos. Réplicas 3D para profundizar en el conocimiento de la Prehistoria”, dirigido por el catedrático de Prehistoria Manuel Rojo y en el que participan ambos investigadores. Como explica Sonia Díaz, es una gran oportunidad didáctica “con un coste relativamente bajo. La compra de réplicas en los canales tradicionales de adquisición supone un coste casi 10 veces mayor. En este caso el coste de fabricación de las 22 réplicas fue de 394.97 €, mientras que el importe de la compra hubiese ascendido a 4677.20 €”. Hay que tener en cuenta que la fabricación aditiva, a través de la cual un material (habitualmente plástico o metal) es depositado capa a capa dando lugar a una figura o estructura nuevas, surgió en la década de los 80 del siglo pasado. Sin embargo, no es hasta la primera década del siglo XXI cuando se democratiza con la popularización de las impresoras 3D. Inicialmente los usos de esta impresión 3D eran únicamente industriales, pero el abaratamiento de los materiales y la liberación de las patentes han permitido que su uso se extienda a otros campos, entre los que destaca el ámbito educativo.

Capaciénciate

El acceso  a  la  ciencia  es  un  derecho  fundamental  recogido  en  el  artículo  15  de  la  Carta  Internacional  de  los  Derechos  Humanos. Sin embargo, las personas con discapacidad disponen de menos oportunidades para acceder al conocimiento. Con el fin de facilitar su inclusión en este ámbito, desde el la Unidad de Cultura Científica y el Secretariado de Asuntos Sociales de la Universidad de Valladolid se organiza ‘Capaciénciate’, una actividad de divulgación científica con carácter social para este colectivo.

‘Capaciénciate’ propone que personas con discapacidad de Valladolid, Palencia, Segovia y Soria reciban visitas de nuestro personal investigador a través de diferentes asociaciones. La actividad contempla tanto las visitas como la adaptación de los materiales o discursos a los distintos tipos de discapacidad. Es un reto apasionante para el colectivo investigador de la UVa y una oportunidad para acercar la universidad a todos los públicos.

Bibliografía

Díaz Navarro, Sonia; Sánchez de la Parra Pérez, Santiago (2021) ’Human evolution in your hands. Inclusive education with 3D-printed typhlological replicas’. Journal of Biological Education. DOI: https://doi.org/10.1080/00219266.2021.1909635