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Área - Ciencias de la Salud Comunicación Reportajes

Un modelo predice el nivel de ansiedad en las prácticas de los futuros médicos

Un modelo predice el nivel de ansiedad en las prácticas de los futuros médicos

Investigadores de la UVa buscan las condiciones óptimas para reducir los niveles de ansiedad de los estudiantes de Medicina y mejorar la calidad de la enseñanza

Las prácticas clínicas con alumnos del Grado en Medicina suponen en ocasiones una difícil disyuntiva, ya que los estudiantes necesitan enfrentarse a situaciones reales que les permitan evaluar sus conocimientos y habilidades; sin embargo, ante escenarios muy críticos, en los que la vida o la integridad física del paciente está en juego, las opciones de prácticas se reducen casi al 100%. Como solución a este problema, la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid ha instalado un Centro de Simulación Clínica Avanzada de alta fidelidad. No obstante, sigue existiendo un problema derivado del uso de este simulador: los altos niveles de ansiedad que generan las simulaciones los alumnos. Por ello, un equipo de médicos y profesores de este centro académico han puesto en marcha una investigación que permitirá predecir los niveles de ansiedad de los estudiantes que se enfrentan a estas situaciones.

Esta investigación nace de la necesidad de conocer los niveles de ansiedad que alcanzarán los estudiantes durante la simulación para poder ofrecerles previamente técnicas de relajación o de control de los nervios y hacer que maximicen los beneficios de la herramienta. “Este modelo nos confirma qué alumnos van a acabar con un nivel de ansiedad no tolerable, ya que niveles bajos de ansiedad son positivos para el estudiante (lo ponen alerta, son más productivos, más rápidos, piensan con más agilidad), pero niveles muy elevados de ansiedad pueden ser incapacitantes ya que aparece visión túnel (no ves alrededor), no escuchas, te obcecas… incluso aparecen episodios de amnesia temporal”, explica Francisco Martín-Rodríguez, profesor del Centro de Simulación Clínica Avanzada de la UVa, que junto con Miguel Ángel Castro Villamor han dirigido el estudio.

Un aumento del 25% en los niveles de ansiedad respecto a los valores iniciales se considera un aumento fuerte de que puede evitar que los estudiantes resuelvan con éxito las situaciones críticas y no aprovechen la simulación. De esta forma el objetivo del estudio ha sido diseñar un modelo predictivo que incluye variables demográficas, fisiológicas y metabólicas, y las condiciones ambientales del laboratorio de simulación para determinar el riesgo de un aumento fuerte de la ansiedad. “La edad, el sexo, el índice de masa corporal y la tensión arterial nos permiten saber, con una probabilidad del 80% quien va a acabar superando ese 25% de ansiedad. Lo ideal sería entonces, en estos casos, poder, previamente generar las condiciones idóneas para que no ocurra, ofreciéndoles que conozcan las instalaciones previamente, exponiendo el caso antes de su realización…”, explica el investigador.

Centro de Simulación Clínica de Alta Fidelidad. Fotografía: Francisco Martín

Simulación clínica de alta fidelidad

Los métodos de enseñanza en el área de Ciencias de la Salud evolucionan cada día con el objetivo de mejorar las condiciones de aprendizaje de los alumnos y la seguridad de pacientes y estudiantes. En este contexto, la simulación clínica de alta fidelidad se ha convertido en una herramienta esencial para recrear escenarios clínicos reales en las facultades de medicina. “Las simulaciones de alta fidelidad son entornos clínicos en los que si entrase un profesional no sería capaz de diferenciar si se encuentra en una sala de críticos o en una simulación. El simulador que es el muñeco habla, vomita, ríe, llora, tiene todas las constantes vitales, se le puede hacer todo tipo de procedimientos…”, añade Martín.

En estos centros de simulación se busca, más allá de que los estudiantes ensayen las técnicas adquiridas que ya se hace en talleres, que los alumnos sean capaces de desenvolverse y tomar decisiones en situaciones reales con altos niveles de presión. Algunas de las competencias que se buscan mejorar en estas situaciones ficticias pero altamente realistas, son el trabajo en equipo, la comunicación, el liderazgo o la empatía.

En el caso concreto de la Universidad de Valladolid, los estudiantes de sexto curso realizan en parejas y con la ayuda de una enfermera titulada simulaciones de 10 minutos, en las que se enfrentan a situaciones que podrían darse en cualquier sala de Urgencias. Posteriormente, se visualiza, en conjunto con el resto de alumnos, la simulación y se debaten las fortalezas y las mejoras de la intervención. Este sistema grabación y transmisión de vídeo intensifica la enseñanza y permite un mejor asentamiento de los conceptos y habilidades adquiridas.

 

 

La importancia de los factores personales

Para la realización de este estudio los estudiantes voluntarios de sexto curso del Grado en Medicina fueron asignados al azar a cuatro escenarios y desempeñaron uno de los dos roles posibles. En este contexto, los aumentos superiores al 25% en comparación con la ansiedad inicial apreciados en algunos alumnos fueron independientes del caso clínico propuesto, el papel jugado durante la simulación y las condiciones ambientales del laboratorio de simulación. Esto implica que el aumento de la ansiedad se debe a factores personales y no a los estresores externos ni a la metodología de entrenamiento.

La adopción de medidas correctivas en las personas con riesgo de un aumento significativo de los niveles de ansiedad puede mejorar el proceso de aprendizaje en la simulación clínica. Para ello, se proponen como acciones correctivas sesiones de orientación pre-simulación y ejercicios de respiración profunda durante cinco minutos para controlar la descarga del sistema nervioso simpático. “En este sentido, estamos hablando con algunos psicólogos y psiquiatras para ver si existen técnicas de relajación que puedan ser empleadas. Y parece ser que lo que mejor podría funcionar son las visitas previas a los escenarios, ya que el desconocimiento es lo que más estresa a los estudiantes”, explica el profesor de la Facultad de Medicina.
La adopción de medidas correctivas en las personas con riesgo de un aumento significativo de los niveles de ansiedad puede mejorar el proceso de aprendizaje en la simulación clínica. Para ello, se proponen como acciones correctivas sesiones de orientación pre-simulación y ejercicios de respiración profunda durante cinco minutos para controlar la descarga del sistema nervioso simpático. “En este sentido, estamos hablando con algunos psicólogos y psiquiatras para ver si existen técnicas de relajación que puedan ser empleadas. Y parece ser que lo que mejor podría funcionar son las visitas previas a los escenarios, ya que el desconocimiento es lo que más estresa a los estudiantes”, explica el profesor de la Facultad de Medicina.

Bibliografía

Francisco Martín-Rodríguez, Miguel A. Castro Villamor, Raúl López-Izquierdo, Raquel M. Portillo Rubiales, Guillermo J. Ortega y Ancor Sanz-García. ‘Can anxiety in undergraduate students in a high-fidelity clinical simulation be predicted? A randomized, sham-controlled, blinded trial’, Nurse Education Today, Volume 98, March 2021, 104774. DOI: https://doi.org/10.1016/j.nedt.2021.104774

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El alzhéimer y el deterioro cognitivo leve desajustan los grandes patrones de conexión entre neuronas

El alzhéimer y el deterioro cognitivo leve desajustan los grandes patrones de conexión entre neuronas

Un equipo internacional coordinado desde la UVa emplea la electroencefalografía para describir cambios en las redes cerebrales en esta enfermedad neurodegenerativa con vistas a mejorar su diagnóstico

Un equipo interdisciplinar de la Universidad de Valladolid (UVa), en colaboración con la Universidad Libre de Ámsterdam (Países Bajos) y el Hospital Del Río Hortega de Valladolid, ha empleado de forma pionera la electroencefalografía para rastrear la conexiones entre distintas regiones cerebrales en pacientes de alzhéimer y deterioro cognitivo leve, que podría conducir a esa enfermedad neurodegenerativa. Con esta tecnología, una especie de redecilla de cables conectada al cuero cabelludo y que monitoriza la actividad eléctrica del cerebro, se ha podido observar también por primera vez que que los grandes patrones en las conexiones entre neuronas se desestructuran cuando hay alzhéimer, a diferencia de los cerebros sanos, que permanecen más estables.

La electroencefalografía permite medir la actividad eléctrica de la corteza cerebral. Se consigue a través de unos electrodos colocados en la parte superior de la cabeza. Escanea las conexiones eléctricas de miles de millones de neuronas orientadas espacialmente en el mismo lugar del cerebro y ayuda a extraer conclusiones sobre su comportamiento. En los hospitales, se emplea para detección de la epilepsia o de lesiones derivadas de tumores o ictus, pero de momento no está incluida para el diagnóstico de alzhéimer o de deterioro cognitivo leve.

El equipo científico, coordinado desde el Grupo de Ingeniería Biomédica de la UVa, ha sido el primero en emplear este dispositivo en el rastreo de las conexiones entre esos grupos millonarios de neuronas, que forman las diferentes regiones cerebrales, en pacientes de alzhéimer y deterioro cognitivo leve. Además, el equipo ha encontrado una desestabilización en los modos en la que conectan estas regiones, una pista que podría ayudar a detectar la enfermedad. Los resultados del estudio, que forman parte del proyecto SIMULATIO, ha sido publicados en mayo de 2021 en la revista científica Neuroimage.

Investigadores del Grupo de Ingeniería Biomédica trabajan de forma experimental con un electroencefalograma. A la izquierda, Pablo Núñez.

Cambios de chip

Si dos regiones cerebrales presentan similar actividad eléctrica, los científicos dicen que disponen de una gran conectividad. La conectividad permite conocer la configuración de toda la red de neuronas presentes en el cerebro. Cuando esta configuración, esta disposición de las redes neuronales, se repite en el tiempo, se habla de un ‘meta-estado’. “Numerosos estudios han observado que la enfermedad de Alzhéimer y el deterioro cognitivo leve provocaban alteraciones en patrones de conectividad en regiones individuales, así que nos preguntamos si podrían alterar también los patrones de activación temporal de los meta-estados”, explica Pablo Núñez Novo, autor principal del estudio. Para saber si estas desconexiones se producían no solo en áreas concretas del cerebro, sino de una manera más generalizada, el equipo interdiscipinar, compuesto por perfiles de ingeniería de las telecomunicaciones, medicina o matemáticas, entre otros, analizó esa conectividad en pacientes de alzhéimer y con deterioro cognitivo leve previo a alzhéimer y en un grupo control con similar edad. Por medio del electroencefalograma, observó no solo una gran complejidad en la forma en la que se activan estos meta-estados  sino también que el tránsito entre estos grandes patrones se desestructuraba progresivamente en el caso de padecer alzhéimer, se producían cambios de chip no deseados.

Concretamente se analizó cómo los cerebros transitaban de un meta-estado a otro. Mientras en el caso del grupo control los saltos eran relativamente limitados, los pacientes con neurodegeneración tenían menos flexibilidad para cambiar de meta-estado cuando era necesario. “La menor duración media de la activación de los meta-estados podría suponer una cognición más inestable en personas afectadas por estas enfermedades”, interpreta el científico.

Un paso adelante
Esta metodología novedosa puede ayudar al diagnóstico del alzhéimer, pero el autor principal del estudio es cauto: “Se pretende que su desarrollo progresivo y los avances que aportamos desde la neurociencia computacional permita que se pueda utilizar de ayuda para el diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer y del deterioro cognitivo leve, pero queda bastante trabajo por realizar”. En el trabajo, el Grupo de Ingeniería Biomédica contó con la colaboración de los investigadores de la Universidad Libre de Ámsterdam, que proporcionaron técnicas de cálculo de conectividad; y del Hospital Del Río Hortega, donde se reclutó a participantes y se realizó la interpretación clínica de los resultados. Además, participó personal del Instituto de Matemáticas de la UVa (IMUVa) en el análisis de los datos.
La prevalencia actual de alzhéimer se estima en el 11% de las personas mayores de 65 años y del 35% en mayores de 85, a nivel mundial. Otro 8% de mayores de 65 años podría tener deterioro cognitivo leve como subtipo del alzhéimer. Actualmente, su diagnóstico se basa en pruebas clínicas, como la evaluación por parte de un médico de las habilidades de razonamiento o con pruebas neuropsicológicas; por análisis de laboratorio para descartar afecciones con síntomas similares como los transtornos de tiroides; o con pruebas por imágenes para observar la degeneración de células cerebrales, como la resonancia magnética o la tomografía computarizada. Sin cura conocida, un diagnóstico temprano puede ayudar a aliviar la carga de la enfermedad tanto al paciente como a su familia.

Bibliografía

Pablo Núñez, Jesús Poza, Carlos Gómez, Víctor Rodríguez-González, Arjan Hillebrand, Prejaas, Tewarie, Miguel Ángel Tola-Arribas, Mónica Cano, Roberto Hornero, ‘Abnormal meta-state activation of dynamic brain networks across the Alzheimer spectrum’, Neuroimage, volumen 232, 15 de mayo de 2021, 117898. https://doi.org/10.1016/j.neuroimage.2021.117898

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Un nuevo algoritmo simplifica el proceso de adaptación de las lentes de contacto en pacientes con queratocono

Un nuevo algoritmo simplifica el proceso de adaptación de las lentes de contacto en pacientes con queratocono

La investigadora del IOBA Sara Ortiz Toquero ha publicado por primera vez una guía clínica basada en la evidencia científica para realizar la adaptación de lentes de contacto en queratocono

La adaptación de lentes de contacto, lentillas, en pacientes que sufren queratocono es la opción de rehabilitación visual más común para mejorar la calidad de vida de los pacientes, pero este tratamiento requiere un tiempo prolongado de pruebas y visitas del paciente a la consulta clínica del profesional. Con el fin de reducir estos tiempos y de simplificar el proceso, Sara Ortiz Toquero, investigadora del Instituto Universitario de Oftalmología Aplicada (IOBA) de la Universidad de Valladolid, ha desarrollado una guía clínica para ayudar a los profesionales de la visión a tomar decisiones clínicas.

Esta guía, publicada en la revista científica Current Opinion in Ophtalmology,  supone el punto final a la tesis de la investigadora, dirigida por el profesor Raúl Martín Herranz. Para la elaboración de la guía clínica se han identificado 354 publicaciones potencialmente relevantes publicadas entre 1990 y 2017, de las cuales se han revisado e incluido 52 artículos. La guía ha sido evaluada antes de su publicación por nueve panelistas expertos independientes sirviéndose de la herramienta Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation (AGREE II), que ha sido utilizada en el desarrollo de cerca de un millar de guías clínicas en otros ámbitos de la medicina y empleada por diferentes organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los expertos provienen de Australia, Italia, Portugal, España, Paises Bajos y Reino Unido, por lo que se podría concluir que la guía clínica tiene vigencia internacional. “Esta guía clínica puede ser utilizada por cualquier profesional de la visión que quiera adaptar este tipo de lentes de contacto en pacientes con queratocono en cualquier parte del mundo y estamos contentos de que se haya publicado en una revista de alto impacto y de acceso en abierto. Este es el compromiso del IOBA, realizar investigación que ayude a las personas en sus problemas de visión y estamos contentos de aportar nuestro granito de arena”, valora la investigadora.

La principal innovación introducida por esta guía es el planteamiento de un algoritmo que simplifica el proceso de cálculo y adaptación de las lentes de contacto. “De esta forma, el resultado además de facilitar el procedimiento de adaptación va a disminuir el tiempo necesario para completar el proceso, beneficiando tanto al profesional como a los pacientes”, concluye Sara Ortiz.

Ojo con queratocono . Foto: Sergio Hernández. CC-BY-NC-2.0

¿Qué es el queratocono?

El queratocono es una patología ocular caracterizada por una deformación lenta y progresiva de la córnea, que va adquiriendo una forma de cono. Hasta hace no mucho, se suponía que esta enfermedad afectaba a una persona por cada 2.000 habitantes, aunque un estudio reciente eleva esta prevalencia hasta uno por 375.

Esta deformación produce generalmente miopía y astigmatismo irregular, lo que genera en el paciente visión borrosa. Además, cuando la irregularidad de la córnea es importante los pacientes no consiguen una visión correcta con el uso de gafas o de lentes de contacto blandas estándar, por lo que necesitan otras opciones especiales como son las lentes de contacto rígidas permeables al gas, con un diseño específico para la forma de este tipo de córneas con queratocono. Al ser esta una enfermedad que en fases iniciales puede pasar desapercibida, en fases moderadas o avanzadas afecta sensiblemente a la calidad de vida de los enfermos y en algunos casos pueden precisar un tratamiento quirúrgico.

El tratamiento de este tipo de pacientes suele ser un proceso muy largo, ya que una vez finalizado el proceso de cirugía o de adaptación de las lentes se requiere durante años visitas de seguimiento. Por ello, con esta guía Sara Ortiz trata de reducir los tiempos y el esfuerzo de profesionales de la visión y pacientes.

Lentes de contacto rígidas permeables a los gases

La alternativa más efectiva para el tratamiento de pacientes con queratocono es el uso de lentes de contacto rígidas permeables a los gases ya que gracias a la capa lagrimal que se forma entre la córnea deformada y la lente se mejora la visión del enfermo.

De esta forma, la principal diferencia entre estas lentes de contacto duras y las lentes blandas (conocidas comúnmente como lentillas y usadas para corregir astigmatismo, miopía o hipermetropía) es que esta “la rigidez que poseen este tipo de lentes de contacto y la propia lágrima del ojo permiten compensar ópticamente hablando las irregularidades corneales producidas por el queratocono y mejorar de forma notable la visión de estos pacientes. Un ejemplo de la importancia de este tipo de lentes de contacto es que en la tesis analizamos el impacto del uso de este tipo de lentes de contacto en la calidad de vida de los pacientes encontrando que usar estas lentes prácticamente reduce su impacto sobre la calidad de vida con resultados muy similares a los que presentan personas con miopía sin queratocono que usan lentes blandas comunes”, explica la ya doctora Ortiz Toquero.

El tratamiento de este tipo de pacientes suele ser un proceso muy largo, ya que una vez finalizado el proceso de cirugía o de adaptación de las lentes se requiere durante años visitas de seguimiento. Por ello, con esta guía Sara Ortiz trata de reducir los tiempos y el esfuerzo de profesionales de la visión y pacientes.

Bibliografía

Ortiz-Toquero, Sara; Rodríguez, Guadalupe; Martín, Raúl. ‘Guías clínicas para el manejo de pacientes con queratocono con lentes de contacto permeables a los gases basadas en el consenso de expertos y la evidencia disponible’,  Opinión Actual en Oftalmología: Enero de 2021 – Volumen 32 doi: 10.1097 / ICU.0000000000000728

 

 

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La UVa y el Clínico desarrollan un estudio observacional en ictus para mejorar el tratamiento de los pacientes

La UVa y el Clínico desarrollan un estudio observacional en ictus para mejorar el tratamiento de los pacientes

En el estudio participaron 648 pacientes tratados con trombectomía en Valladolid

El ictus se define como un déficit neurológico focal y agudo que ocurre como consecuencia de un trastorno de circulación del sistema nervioso central. En minutos, las células cerebrales dejan de recibir oxígeno y nutrientes y empiezan a morir. Mejorar los protocolos para reducir los tiempos de respuesta es uno de los objetivos más importantes de los equipos asistenciales. Un trabajo de investigación observacional del Hospital Clínico Universitario y de la Universidad de Valladolid (denominado NeuroIncrease) ha descrito características de los pacientes con accidentes cerebrovasculares agudos que pueden ayudar a estos equipos en la atención de los pacientes sometidos a trombectomía.

Enriquecer los protocolos de atención permite reducir la zona afectada y, por tanto, mitigar las consecuencias o propiciar una recuperación más rápida y mayor. El tratamiento del ictus isquémico está en continua evolución y ha experimentado un gran avance en los últimos años con la llegada del tratamiento endovascular.

El equipo compuesto por personal de la Unidad de Ictus del Hospital Clínico Universitario de Valladolid y del grupo de investigación en Neurociencias Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid ha analizado la atención proporcionada a 648 pacientes con ictus que llegaron al complejo asistencial vallisoletano entre mayo de 2015 y noviembre de 2018 que recibieron terapias de reperfusión para restituir el flujo sanguíneo. El trabajo de investigación se ha publicado en la revista científica Scientific Reports.

«El registro prospectivo realizado nos permite identificar predictores de respuesta al tratamiento endovascular. Resulta imprescindible el estudio de factores pronósticos asociados a esta nueva terapia así como el perfil de pacientes que obtendrán mayor beneficio de ella, lo que podría mejorar la asistencia proporcionada», explica la médico residente de Neurologia de cuarto año, Alba Chavarría, primera autora del estudio. En la atención de un paciente llegado con ictus intervienen profesionales de ámbitos como la radiología, la enfermería o celadores. El trabajo de investigación fue coordinado por el jefe del servicio de Neurología, Juan Francisco Arenillas.

Accidente cardiovascular. Foto: Blausen Medical Communications, Inc.  CC BY-SA 2.0

Trombectomía

En los últimos años se ha desarrollado una técnica radiológica denominada trombectomía mecánica que permite una mayor efectividad y seguridad. La trombectomía consiste en una intervención poco agresiva desde Radiología para la retirada del trombo, generalmente en las primeras 24 horas del ictus.

De los 648 pacientes atendidos en la unidad de accidentes cerebrovasculares del Clínico y analizados en el trabajo de investigación, se estudió a una muestra de 107 que fueron intervenidos a partir de las cuatro horas y media del inicio de los síntomas. «En los últimos tiempos, la ciudadanía identifica con cada vez mayor precisión si alguien cercano puede tener un ictus. Aún así, todavía llegan personas a los hospitales con un inicio de los síntomas desconocidos, por ejemplo, porque se manifiestan al despertar. Es importante conocer cómo se manifiesta esta patología para poder actuar con la mayor rapidez posible», explica Chavarría. Entre los síntomas de un ictus está la pérdida brusca del habla, de la movilidad o de la capacidad visual.

El principal hallazgo de este estudio observacional de este grupo de 107 pacientes intervenido más allá de las cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas con trombectomía fue la identificación de un indicador útil en el ámbito de la neurología: la densidad radiológica del núcleo isquémico. Aquellos pacientes con mayor grado de hipodensidad (lo que se traduciría en imagen más oscura en la tomografía  inicial) se relacionaba con la posibilidad de desarrollar complicaciones tras el tratamiento endovascular, como transformación hemorrágica, pero no con un peor pronóstico funcional a largo plazo, lo que no permitió identificar un subgrupo de pacientes que no se beneficiasen de esta nueva terapia. Pese a esto, aún queda mucho por investigar para implementar mejoras en la selección de los pacientes y en la logística de los tiempos de procedimiento asociados a este tratamiento, con el objetivo de obtener mejores resultados en el futuro.

 

Otras líneas
Actualmente el grupo tiene en marcha distintas líneas de investigación tanto desde la biotecnología aplicada a neurociencias clínicas y transformación digital de procesos, neuroeducación e innovación educativa en colaboración con la UVa y dentro del ámbito de la patología cerebrovascular con proyectos activos en el marco de la aterosclerosis cerebral, neurorreparacion, prevención neurovascular y reperfusión cerebral dentro de la cual se encuadra este trabajo.

Trombos o hemorragias

La falta de riego sanguíneo en el cerebro se puede producir por un coágulo en la sangre (trombo) o hemorragia. El ictus isquémico representa aproximadamente el 85% del total, y esta patologia era la segunda causa de muerte en España (y primera entre mujeres) antes de la pandemia por la COVID-19, según los datos de la Sociedad Española de Neurología. Unas 110 000 personas sufrían estos accidentes cerebrovasculares cada año, de los que 6 000 se producían en Castilla y León. A la mitad les quedaban secuelas discapacitantes o fallecían.

Bibliografía

Alba Chavarría-Miranda, Bárbara Yugueros, Beatriz Gómez-Vicente, Miguel Schüller, Jorge Galván, Miguel Castaño, Ana I. Calleja, Elisa Cortijo, Mercedes de Lera, Javier Reyes, María Begoña Coco-Martín, Jesús Agulla, Mario Martínez-Galdámez, Juan F. Arenillas, ‘Quantified ischemic core’s radiological hypodensity and risk of parenchymal hematoma in > 4.5 h-window stroke thrombectomy’, Scientific Reports, 10, 16196 (2020). DOI: https://doi.org/10.1038/s41598-020-73280-0

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La educación en neurociencia y el ejercicio físico logran mejoras en pacientes con dolor crónico

La educación en neurociencia y el ejercicio físico logran mejoras en pacientes con dolor crónico

Profesores de la UVa publican el mayor ensayo clínico sobre dolor crónico sin fármacos

Dos profesores del Máster en Fisioterapia Manual de la Universidad de Valladolid, Miguel Angel Galán Martín y Federico Montero Cuadrado, en colaboración con el profesor de Bioestadística de la UVa Agustín Mayo Íscar han publicado en la revista Journal of Clinical Medicine los primeros resultados del mayor ensayo clínico desarrollado en el mundo hasta la fecha que aborda el dolor crónico sin la utilización de fármacos, en la que se emplea la educación en neurociencia del dolor y el ejercicio físico. El estudio ha sido publicado en la sección de Anestesiología de esta revista.

Miguel Ángel Galán Martín y Federico Montero Cuadrado trabajan en la unidad de Afrontamiento de Activo del Dolor en Atención Primaria, donde coordinan la puesta en marcha de estrategias grupales educativas y de ejercicio físico para el tratamiento del dolor. Su programa contiene elementos innovadores que hasta la fecha no se utilizaban en la sanidad pública como es la educación en neurociencia del dolor para pacientes y el ejercicio físico expresamente diseñado para pacientes con dolor crónico musculoesquelético.

Los pacientes participantes de este estudio han conseguido tras estos tratamientos mejorar su calidad de vida, su funcionalidad y su intensidad del dolor, a la vez que reducían el consumo de fármacos, lo que supone un avance importante en este campo, e incluso tres cuartas partes de ellos han conseguido niveles de calidad de vida similares a los que tienen la población en general de su misma edad y género. 

De izquierda a derecha, Agustín Mayo Iscar, Miguel Ángel Galán Martín y Federico Montero Cuadrado

Las cuentas del dolor crónico

La parte educativa del nuevo enfoque utilizada en el ensayo fue introducida en nuestro país por el neurólogo Arturo Goicoechea y el fisioterapeuta Rafael Torres Cueco tras conocer los trabajos e investigaciones en el campo de la neurociencia, sobre todo de los países anglosajones (Estados Unidos, Reino Unido y Australia), y su aplicación al ámbito del dolor crónico. 

La comprensión del dolor como respuesta cerebral a un posible daño real o potencial es una de las primeras informaciones que recibe el paciente en el programa educativo. Tras ese primer paso la intervención se centra en describir los cambios que ocurren en el sistema nervioso de los pacientes y que son responsables de la cronificación. Estos cambios repercuten en la funcionalidad, generando en muchas ocasiones altos niveles de discapacidad. 

Utilizando estímulos cognitivos, sensoriales y motores gracias a fenómenos de neuroplasticidad se puede revertir cambios que ocurren en el sistema nervioso de los pacientes con dolor crónico. 

Durante todo el programa la intervención del paciente es fundamental, especialmente en la segunda parte, ya que se convierte en protagonista de su recuperación a través de ejercicio físico.  

Este abordaje del dolor es un cambio en el modelo de atención del paciente con dolor, un cambio de paradigma, ya que- según estos investigadores- “extender estos tratamientos en la atención primaria ayudaría a disminuir los costes económicos y sociales que genera el dolor; se reduciría tanto el gasto sanitario como el derivado de las compensaciones por incapacidad y, evidentemente, supondría una mejora importante en la calidad de vida de los pacientes con dolor”.

Bibliografía

Miguel Ángel Galán Martín, Federico Montero Cuadrado, Enrique Lluch Girbes, María Carmen Coca López, Agustín Mayo Íscar, Antonio Cuesta Vargas, ‘Pain Neuroscience Education and Physical Therapeutic Exercise for Patients with Chronic Spinal Pain in Spanish Physiotherapy Primary Care: A Pragmatic Randomized Controlled Trial’, J. Clin. Med. 2020, 9(4), 1201; https://doi.org/10.3390/jcm9041201

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La anatomía de los grandes primates, a golpe de click

La anatomía de los grandes primates, a golpe de click

La UVa colabora junto a las universidades George Washington y Howard (EEUU), Amberes (Bélgica) y Barcelona en la creación de la primera web sobre la materia

lustraciones de disecciones, reconstrucciones virtuales de diferentes partes del cuerpo, modelos en 3D es lo que se puede encontrar cualquier interesado, investigador o estudiante que acceda a la primera plataforma creada en internet sobre la anatomía de los grandes primates (gorila, el chimpancé, el gibón, orangután o el bonobo). La creación de esta plataforma ha sido liderada por el profesor Rui Diogo, de la Universidad de Howard, con la que los profesores Juan Francisco Pastor Vázquez y Félix de Paz Fernández, del Departamento de Anatomía y Radiología de la Universidad de Valladolid han trabajado de forma estrecha junto a la Universidad de George Washington (Estados Unidos), Universidad de Amberes (Bélgica) y la Universidad de Barcelona.

Se trata de la primera plataforma virtual (Visible Ape Body), de momento en inglés, que recoge la anatomía de estos homínidos, y como explica el profesor Pastor, es algo similar al Visible Human Body (atlas de anatomía del cuerpo humano), en la que se incluye todo tipo de información y de imágenes (TAC, resonancias, disecciones y reconstrucciones tridimensionales de humanos).

Este proyecto es el fruto del trabajo que desde hace más de diez años lleva desarrollando el equipo del profesor Pastor, que ha trabajado “codo a codo” con investigadores de estas universidades y cuyos resultados han sido la edición de varios atlas en versión en papel sobre la anatomía de los grandes primates como el gorila, orangután, bonobo, el chimpacé y el gibón. De hecho, en la página web se incorporan este material con el valor añadido de poder obtener imágenes desde otra perspectiva como en 3D.

Este trabajo de investigación ha sido posible gracias a los ejemplares que el Departamento de Anatomía tiene en sus instalaciones gracias a las donaciones de ejemplares fallecidos de diversos zoos de España, con los que la Universidad ha suscrito convenios. Actualmente, se organizan jornadas de disección a las que acuden investigadores de diversos países, principalmente de Estados Unidos.

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Una capa protege biomateriales metálicos para nuevos implantes médicos

Una capa protege biomateriales metálicos para nuevos implantes médicos

Un equipo de investigación de la UVa mejora con un polímero conductor materiales porosos para prótesis con mejor comportamiento elástico

Las prótesis o los implantes dentales son generalmente metálicos y compactos, por lo que su módulo elástico es mucho mayor el del hueso con el que se engarzan. Como consecuencia, los usuarios pueden empezar a experimentar molestias, dolores e incluso fracturas. De forma experimental, se han desarrollado estructuras metálicas con una mayor capacidad de deformación gracias a su porosidad. Ahora bien, presentan un talón de Aquiles: al ser porosa, el área expuesta es mayor y por lo tanto el corrosión debida al contacto constante con fluidos corporales aumenta. Para protegerlas, la Universidad de Valladolid (UVa) ha encontrado un polímero que actúa de capa protectora y evita esta biocorrosión, lo que puede ayudar a crear futuros implantes más eficientes para uso médico.

Los implantes médicos, tanto para la pérdida de una pieza dental como para el reemplazo de un hueso por ejemplo, son cada vez más empleados a consecuencia del aumento en la esperanza de vida. Estas prótesis se fabrican con materiales metálicos como aceros inoxidables, aleaciones base cobalto o aleaciones base titanio. Estos metales son mucho más rígidos que las piezas biológicas que substituyen y su ajuste con el resto del organismo puede llegar a a provocar fallos por acumulación de tensiones. Para mejorar las propiedades mecánicas de las prótesis, el equipo de Ingeniería de los Materiales y el grupo de investigación UVasens de la Universidad de Valladolid (UVa) se han unido para conseguir biomateriales más elásticos.

Los equipos, compuestos por químicos, físicos, ingenieros industriales e ingenieros químicos, han utilizado una técnica de procesado denominada pulvimetalurgia para obtener estos biomateriales porosos. Es una tecnología de gran precisión que permite obtener las piezas de una sola etapa. Se parte del material metálico convencional, como el acero inoxidable, pero pulverizado. Compactando este polvo por presión, se puede llegar a obtener la pieza con su forma final, pero sin consistencia. Tras un proceso a alta temperatura denominado sinterización se logran finalmente el resto de propiedades de la pieza. La metalurgia de polvos se emplea ya en sectores muy competitivos, como el de la automoción, por ejemplo, y en general “para la creación de piezas de geometría compleja con alta precisión dimensional”, explica la investigadora principal del equipo, Cristina García Cabezón. Como no es una técnica barata ni universal, “pero sí muy precisa”, dirigida tan solo para ciertas necesidades específicas de alto valor añadido, prosigue García Cabezón, profesora de la Escuela de Ingenierías Industriales.

Un polímero ‘dopado’

Para conseguir estos biomateriales por medio de este tipo de procesado, el equipo de científicos e ingenieros trató de imitar la naturaleza de la parte ósea que la prótesis reemplaza. “Cambiando los porcentajes de porosidad, nos vamos acercando al producto original”, explica García Cabezón sobre el proceso de recreación de esas condiciones previas. Conforme el material es más poroso, se parece más a una espuma, esto es, tiene más huecos, como un queso de Gruyère. La posibilidad de que se corroa también es mayor al contacto con líquidos, como los fluidos corporales. “Aquí no podemos aplicar un barniz, como en una pared, pero podemos buscar una solución similar”, explica. Un polímero denominado polipirrol, de capacidades conductoras muy diferentes a las típicas pinturas aislantes, fue la solución. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista científica Journal of Material Science & Technology.

En los materiales metálicos, el polímero fue depositado por medio de procedimientos eléctricos para conseguir revestir todos los poros. En principio, este material sintético no se fija al metálico por sí mismo. El barniz deseado se obtiene al crear el propio material a partir de un precursos y modificar sus propiedades por medio de un dopante. Los polímeros son generalmente aislantes, pero se pueden convertir algunos, como el polipirrol, en semiconductores. Recubierto todo el material metálico con el polipirrol, que además es biocompatible, se genera una capa protectora que evita la corrosión del conjunto y mejora la adhesión.

Se obtuvo así un material metálico poroso que genera menos tensiones con partes biológicas y es capaz de resistir el efecto constante del contacto de los líquidos en él. A estas ventajas, los investigadores de la UVa buscan ahora otras que sumar. Para profundizar en el conocimiento de los mecanismos de protección, el equipo de investigación quiere aplicar ahora nanopartículas de oro o de plata en el polímero conductor. En el mundo nano, las propiedades de los materiales varían. Se espera conseguir todavía mayor resistencia a la biocorrosión. Asimismo, estas modificaciones pueden ayudar a generar propiedades antifúngicas o antibacterianas, por ejemplo.

El trabajo, aunque de gran aplicabilidad, es de ciencia básica. Por eso, García Cabezón ha establecido contactos con el sector industrial de las prótesis “para conocer las necesidades concretas” que tiene al producir estos productos sanitarios” y poder ayudar a solventarlas.

Bibliografía

C. García Cabezón, C. García Hernández, M.L. Rodríguez Méndez, F. Martín Pedrosa, ‘A new strategy for corrosión protection of porous stainless steel using popypyrrole films’. Journal of Materials Science & Technology 37 (2020) 85-95 DOI: https://doi.org/10.1016/j.jmst.2019.05.071

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Un modelo anticipa el comportamiento de la principal bacteria causante de gastroenteritis

Un modelo anticipa el comportamiento de la principal bacteria causante de gastroenteritis

La Universidad de Valladolid (UVa), en colaboración con la de León y la Carlos III de Madrid, estudia cómo se adaptan cepas no patógenas de  ‘Escherichia coli’ a diferentes condiciones para combatir a sus ‘hermanas’ nocivas

La bacteria Escherichia coli es un habitante habitual del nuestro intestino. La mayoría de las cepas es inofensiva, pero pueden existir variantes patógenas que producen problemas gastrointestinales. La Universidad de Valladolid, en colaboración con las universidades de León y la Carlos III de Madrid, ha estudiado cómo se adaptan las cepas no patógenas a diferentes condiciones para anticiparse al comportamiento de sus hermanas más nocivas. El resultado puede ayudar a la mejorar la seguridad de los alimentos.

El problema principal de la bacteria es su presencia en algunos alimentos. Las versiones patógenas de E. coli tiene como reservorio al ganado vacuno. De ahí, mediante condiciones deficientes de limpieza y desinfección de locales y utensilios, y una manipulación poco higiénica de los alimentos, puede llegar a la cadena alimentaria. Carnes mal cocinadas, productos lácteos no pasteurizados, verduras contaminadas y mal lavadas o agua contaminada podrían contener la toxina producida por esta bacteria, la mayor causante de gastroenteritis a nivel mundial. Curiosamente, en Estados Unidos e Reino Unido donde el consumo de leche fresca se ha convertido en una costumbre culinaria, se ha producido un mayor número de casos de intoxicaciones por esta bacteria.

El equipo investigador ha estudiado a través de unos modelos matemáticos la variabilidad entre las cepas patógenas y no patógenas de la bacteria para describir su comportamiento. Para ello, se cultivaron diferentes cepas de E. coli tanto patógenas como no patógenas en tres medios diferentes: un medio estándar de laboratorio, en leche y en jugo de carne. Después, se calcularon varios parámetros de crecimiento de los microorganismos, como el tiempo de latencia (así se conoce al tiempo que necesita la bacteria para adaptarse al medio) y la velocidad máxima de crecimiento. Las condiciones de los experimentos en los tres medios intentaron asemejar situaciones bajo temperatura ambiente superiores a las de refrigeración (15, 20 o 25ºC) o bajo temperatura óptima para el microorganismo (30, 35 o 40ºC).

El estudio demostró que existe muy poca variabilidad entre las cepas patógenas y las otras no patógenas, ya que ambas tienen un comportamiento similar bajo las condiciones estudiadas. “Sus valores en cuanto a sus tiempos de latencia y sus velocidades máximas de crecimiento son equiparables , por lo tanto, se pueden emplear los datos de unas para predecir el comportamiento de otras”, afirma Emiliano Quinto, investigador principal.

 

Transferencia del conocimiento

El objetivo principal de esta investigación, publicada recientemente en la revista científica Food Research International, es anticiparse al comportamiento de las bacterias más peligrosas. Para ello, es interesante conocer el tiempo que van a necesitar para adecuarse a un medio y estimar su velocidad de reproducción. Este conocimiento tiene una aplicación práctica en el análisis de riesgos en la industria alimentaria. Con los datos obtenidos de las cepas no patógenas de E. coli, se puede conocer el comportamiento de las patógenas y atajar su multiplicación a lo largo de la cadena alimenticia. Es decir, se sabe cuándo hay que emplear los medios técnicos disponibles en la industria alimenticia: refrigeración, esterilización o pasteurización; para acabar con la reproducción de la bacteria y no permitir que se genere la toxina asociada a problemas intestinales. “En la industria alimentaria, nos interesa saber en qué momento se tienen que emplear ciertos tratamientos técnicos. Lo ideal es abordar a la bacteria antes de que acabe su tiempo de adaptación para que no tenga tiempo de reproducirse”, prosigue Quinto, profesor del Área de Nutrición y Bromatología.

Modelos matemáticos

Para conocer el comportamiento de las bacterias se trabajó desde el punto de vista de la variabilidad, un concepto estadístico. Se consideró la población bacteriana de una manera heterogénea y se realizó un estudio matemático desde la individualidad de los organismos. Para ello, se emplearon dos estrategias de estimación estadística desarrolladas en conjunto con el departamento de Estadística de la Universidad Carlos III de Madrid. La primera de ellas es paramétrica, basada en una distribución general sobre medidas positivas, y el segundo de tipo no paramétrico, mediante métodos de remuestreo bootstrap.

Bibliografía

E.J.Quinto, J.M.Marín, I. Caroa, J. Mateo, M.P.Redondo-del-Río, B.de-Mateo-Silleras, D.W.Schaffner, “Bootstrap parametric GB2 and bootstrap nonparametric distributions for studying shiga toxin-producing Escherichia coli strains growth rate variability”. Food Research International. Volume 120, June 2019, Pages 829-838. https://doi.org/10.1016/j.foodres.2018.11.045

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Nueva terapia celular para enfermedades de la superficie ocular

Nueva terapia celular para enfermedades de la superficie ocular

La investigación, desarrollada por la Universidad de Valladolid, emplea un tipo de células madre muy versátil, que elimina los rechazos en los trasplantes celulares convencionales y disminuye costes

La Universidad de Valladolid, a través del Instituto de Oftalmobiología Aplicada (IOBA) y del Instituto de Biología y Genética Molecular (IBGM, centro mixto UVa-CSIC), ha realizado el primer ensayo en ojo humano en el mundo de una nueva terapia celular para un grave grupo de enfermedes que producen ceguera corneal, agrupadas bajo el término de deficiencia de células madre limbares. El estudio ha comprobado la eficacia ya ha corroborado seguridad del tratamiento con células madre mesenquimales, que son capaces de diferenciarse en células de diferentes partes del organismo, procedentes de la médula ósea de donantes vivos. La investigación ha contado con la financiación entre otros organismos del Centro Regional de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, de la Consejería de Sanidad, y el CIBER-BB.

El síndrome de deficiencia de células madre limbares conduce a la ceguera por opacidad de la córnea. A pesar de la gravedad de sus efectos, es una enfermedad ocular con una incidencia difícil de estimar. Se calcula que se producen unos 500 casos nuevos al año en España. Es más habitual en adultos jóvenes (entre 35 y 55 años) y entre las causas que lo originan están las quemaduras químicas (en Europa generalmente asociados a accidentes laborales en la industria), enfermedades inflamatorias inmunes, las enfermedades infecciosas graves, procesos fracasados de trasplante de córnea y otras cirugías, el abuso mantenido de lentes de contacto o la aniridia congénita.

Existe ya un tratamiento para este síndrome con células madre limbares procedentes de un ojo donante y que la Universidad de Valladolid ofrece desde hace unos años. Sin embargo, el procedimiento para la obtención del tejido y la subsiguiente preparación del producto celular son costosos y el paciente requiere de una medicación inmunosupresora para evitar el rechazo. El equipo de investigación del IOBA, dirigido por la catedrática de Oftalmología Margarita Calonge, se fijó en unas prometedoras células madre, denominadas mesenquimales, y ya empleadas en la regeneración de otras partes del cuerpo como los huesos. El ensayo clínico, publicado recientemente en la revista científica Translational Research, contó con la colaboración de otro grupo de investigadores en el IBGM, donde se fabrica el producto de terapia avanzada. Este equipo es pionero en el uso de este tipo de células madre en otras aplicaciones como la regeneración del disco intervertebral.

De izquierda a derecha la catedrática, Margarita Calonge; el rector
de la Universidad de Valladolid, Antonio Largo; el consejero de Sanidad
de Castilla y León, Antonio María Sáenz ; y el director del IOBA,
Miguel Maldonado durante la presentación a los medios de comunicación de
los resultados del primer ensayo clínico con células madre
mesenquimales para tratamiento de enfermedades oculares.

Trasplantes a pacientes

El trabajo de investigación comprendió un total de 37 trasplantes a pacientes con severa afectación corneal por deficiencia de células madre limbares de manera que otras posibles modalidades terapéuticas ya habian fracasado y solo cabía realizarles este tipo de terapia celular. El estudio empleó el sistema de doble enmascaramiento, un procedimiento por el que ni el equipo de investigación ni el paciente saben hasta ver los resultados si se emplea la terapia experimental o la convencional, en este caso con células madre procedentes del limbo esclero-corneal, límite entre la córnea transparentey la parte blanca del ojo. Los resultados arrojaron porcentajes de éxito cercanos al 90%, superiores al tratamiento celular convencional.

“Demostramos que las células madre mesenquimales de médula ósea tenían ventajas indudables sobre las procedentes del ojo y eran, además, más eficaces”, resume Margarita Calonge, investigadora principal, por lo que estos resultados abren la puerta a la mejora de los tratamientos de los pacientes con deficiencia de células madre corneales. “Las células madre mesenquimales no son rechazadas en el ojo de la persona intervenida, tienen excelentes propiedades inmunomoduladoras y, además, el proceso de preparación del producto celular se reduce de 5 semanas a 5 días, con el enorme ahorro que esto supone». Para esta indicación, se realizó “una deriva de los protocolos” que ya había desarrollado el  equipo del IBGM en terapias de regeneración ósea, explica su responsable, la catedrática Ana Sánchez. “Las células madre mesenquimales empleadas en el estudio, denominadas MSV, son propias de Citospin, una empresa de base tecnológica creada en el seno de la UVa”, recuerda Ana Sánchez.

Solicitud de autorización de uso

Tras dar a conocer el avance a la comunidad científica y, anteriormente, a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), quien autorizó previamente el ensayo clínico, la Universidad de Valladolid, a través del IOBA, ha iniciado el procedimiento de solicitud de autorización de uso para esta nueva aplicación a la AEMPS. Este organismo público se encarga de supervisar y conceder las licencias para las nuevas terapias sanitarias. Cuando se haya obtenido este permiso, la nueva terapia celular pasará a formar parte de la cartera de servicios de la UVa.

Por su parte, Cistospin tiene solicitada la patente internacional sobre el protocolo de distribución de células madre mesenquimales de Valladolid (MSV), que comprende la criopreservación, la revitalización y el transporte de este material biológico.

Además del apoyo económico de la Junta de Castilla y León a través del Centro Regional de Medicina Regenerativa y Terapia Celular de Castilla y León, la investigación ha contado con la financiación del Programa de Terapias Avanzadas del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN), del Instituto de Salud Carlos III y de la Red Española de Terapia Celular.

Bibliografía

Margarita Calonge, Inmaculada Pérez, Sara Galindo, Teresa Nieto Miguel, Marina López Paniagua, Itziar Fernández, Mercedes Alberca, Javier García Sancho, Ana Sánchez y José M. Herreras. ‘A proof-of-concept clinical trial using mesenchymal stem cells for the treatmente of corneal epithelial stem cell deficiency’. Translational Research. 2019 Apr; 206:18-40. DOI: https://10.1016/j.trsl.2018.11.003. Epub 2018 Nov 22.

 

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Un estudio europeo identifica cómo se forma el cerebelo

Un estudio europeo identifica cómo se forma el cerebelo

Publicado en Nature Communications, ha participado la Universidad de Valladolid junto a las de Cambridge (Reino Unido), Aarhus (Dinamarca), Masaryk (República Checa) y el Instituto Karolinska (Suecia)

La Universidad de Valladolid ha participado en un estudio de ámbito europeo que acaba de publicarse en Nature Communications, gracias al cual se ha identificado el factor que hace que empiece a crearse el cerebelo, centrándose fundamentalmente en el fluido cerebro espinal contenido en la cavidad cerebral embrionaria, como vía de comunicación entre distintas poblaciones neuronales.

“El proceso se inicia cuando, en un momento concreto del desarrollo embrionario del cerebro, unas formaciones vasculares, los plexos coroideos, envían una señal denominada WNT5A, implicada en procesos de polarización espacial durante el desarrollo embrionario. La señal viajará a través del fluido cerebro espinal que hay dentro de la cavidad gracias a unas moléculas llamadas Lipoproteinas, lo que facilita su difusión hasta alcanzar las células diana donde activan un proceso morfogenético que conduce a la formación del cerebelo”, explica Angel Gato Casado, director del Grupo de Investigación Desarrollo y Teratología del Sistema Nervioso Central y Órganos de los Sentidos. Neurogénesis. Neurorregeneración de la Facultad de Medicina de la UVa, que ha participado en la investigación.

Una investigación promovida por el científico español Carlos Villaescusa del Institito Karolinska de Estocolmo (Suecia), a la que se han ido sumando los grupos de investigación de la Universidad de Masaryk de la República Checa, de la Universidad Aarhus de Dinamarca, la Universidad de Cambridge del Reino Unido, y el mencionado de la Universidad de Valladolid.

El descubrimiento viene a aportar más luz sobre algo tan complejo como el desarrollo del cerebro y el papel del `fluido cerebro espinal´, tema en el que lleva trabajando muchos años el equipo de investigación de la UVa. “En el embrión temprano este fluido es una importante vía de comunicación capaz de controlar el comportamiento de las células madre que forman el esbozo cerebral, siendo particularmente activo en procesos de polarización y neurogénesis (formación de neuronas a partir de células madre).

“El conocimiento de cómo funciona este fluido, de qué señales viajan a través de él, donde se producen, en qué momento aparecen y cuál es su función, nos va a permitir hacer una especie de mapa de sucesos, que facilite la comprensión de como se controla la formación de las distintas partes del sistema nervioso, entender la génesis de determinadas malformaciones congénitas y alteraciones funcionales o como se puede controlar y/o activar la neurogénesis a partir de células madre en el cerebro embrionario y en el adulto, añade el profesor Gato Casado.

Su trabajo en torno al líquido cefalorraquídeo fundamental para el desarrollo del cerebro ha generado publicaciones internacionales en numerosas ocasiones, contribuyendo en esta ocasión en el desarrollo de este estudio.

“Participar en este estudio ha sido muy gratificante, ya que de alguna forma es un reconocimiento a nuestra experiencia en la investigación del desarrollo embrionario temprano del cerebro, y esta experiencia ha sido nuestra aportación fundamental”, señala el profesor Gato Casado.

En la investigación ha participado también el profesor asociado del área de Anatomía y Embriología Francisco Lamus, gracias a la financiación de un mecenas (PRIASA), que le ha permitido contribuir decisivamente en este estudio y en otros actualmente en curso sobre neurogénesis o implantación embrionaria.

Ángel Gato Casado, director del Grupo de Investigación Desarrollo y Teratología del Sistema Nervioso Central y Órganos de los Sentidos. Neurogénesis. Neurorregeneración de la Facultad de Medicina de la UVa y el profesor asociado del área de Anatomía y Embriología Francisco Lamus