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‘Lo que no te contaron los cuentos clásicos’, propuesta divulgativa destacada de 2023

‘Lo que no te contaron los cuentos clásicos’, una de las doce propuestas divulgativas más destacadas de 2023

La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) incluye la iniciativa de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la UVa en su catálogo anual

El proyecto de divulgación científica Lo que no te contaron los cuentos clásicos, de la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+I) de la Universidad de Valladolid (UVa), ha sido seleccionado como una de las doce iniciativas más destacadas en el periodo 2022-23 por su excelencia e innovación en la divulgación científica por parte de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (FECYT).

El catálogo publicado por FECYT selecciona doce de las 231 propuestas financiadas por la Convocatoria de Ayudas para el Fomento de la Cultura Científica, Tecnológica y de la Innovación 2021 y ejecutadas en el periodo 2022-23. En total, a esta convocatoria pública acudieron 647 propuestas. Es la cuarta edición de este catálogo, disponible en el enlace  https://fecyt.es/es/publicacion/seleccion-de-proyectos-de-la-convocatoria-de-ayudas-para-el-fomento-de-la-cultura-4. El proyecto Lo que no te contaron los cuentos clásicos se incluye además en la Divulgateca, un portal público de recursos de cultura científica, con la etiqueta de proyecto destacado: https://www.divulgateca.es/Proyecto-destacado.aspx?Id=1660  

El objetivo de esta selección ha sido “poner en valor la calidad de los proyectos financiados, así como servir de inspiración a aquellas entidades que quieran poner en marcha actividades de divulgación de la ciencia, la tecnología y la innovación”, según la introducción del catálogo. Este documento incluye la descripción de la acción divulgativa, los factores de innovación y excelencia, recomendaciones para poner proyectos de similares características e información práctica de cada proyecto reconocido de los doce proyectos seleccionados.

En el catálogo se reconocen además de Lo que no te contaron los cuentos clásicos, los proyectos AulaCheck: “Monta una noticia, desmonta un bulo”, de la Fundación Ibercivis; Aula IA, de la Universidad de Alicante; Brain Film Fest, de la Fundación Pasqual Maragall; Cien&Cia, de la Universidad de Burgos; ¡La ciencieneta!, de la Asociación Asíntota para la divulgación de la Ciencia; CNIO Artistic Residences; de la Fundación Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas Carlos III; Dame Alas, de la Universidad de Barcelona; InvesTAJO, de la Universidad de Castilla-La Mancha; im=Pr(0) Divulgar ciencia desde el teatro de improvisación, del Instituto de Astrofísica de Andalucía; menteScopia, del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER) de Salud Mental; y Pandemia CoCo: contagios de conocimiento; de la Universidad de Zaragoza.

El proyecto

En esta iniciativa de la UCC+I de la Universidad de Valladolid se reescriben algunos cuentos clásicos adaptándolos a la evidencia científica, permitiendo aprender sobre diferentes áreas de la ciencia y la tecnología de una manera divertida.  A través de ellos se señalan con diferentes iconos el contenido científico y técnico en función de las siguientes ramas de conocimiento: Ciencias, Ciencias Sociales, Ciencias de la Salud, Artes y Humanidades y Arquitectura e Ingeniería.

Se ha generado un libro con ocho cuentos: Juan y las habichuelas mágicas, Juan sin miedo, El mago de Oz, El flautista de Hamelín, Los tres cerditos, Pinocho, La Sirenita y Pugarcita. Cada cuento va acompañado de un vídeo dirigido especialmente a menores, con animaciones en consonancia con el libro, que explica los conceptos científicos que vertebran las historias, y de un pódcast dirigido a un público más adulto en el que se conversa con investigadores implicados, se describen las principales partes de las historias y se ahondan en aspectos científicos o técnicos presentes en los cuentos.

La obra incluye además una guía docente para profesores de Primaria, animadores socioeducativos y otros perfiles. Con el objetivo de acercar la ciencia y la tecnología a colectivos que habitualmente quedan excluidos de las actividades de divulgación, se han realizado diversas representaciones de los cuentos en centros de acción social de Valladolid en 2023 o la creación de una edición en braille. El proyecto ha seguido vigente en 2024 con actividades como narraciones orales en la 57ª Feria del Libro de Valladolid, un club de lectura para menores invidentes o un reparto de ejemplares en papel en las bibliotecas escolares de colegios con Educación Primaria en las provincias de Palencia, Segovia, Soria y Valladolid. Todos los materiales están disponibles en https://ucc.uva.es/lo-que-no-te-contaron-los-cuentos-clasicos  

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La trágica y apasionada historia de L’Hymne à l’amour

Édith Piaff. Eric Koch for Anefo, CC BY

Dios reúne a los que se aman, dice la letra de esta canción premonitoria, dedicada a la pasión en la vida y al amor tras la muerte, al deseo de encontrarse en el más allá, a un amor trágico eterno. Eso es lo que escribió y cantó Édith Piaf en el Hymne à l’amour (1949).

La historia detrás de esta canción que interpretó Céline Dion en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024 es trágica, como lo fue casi toda la vida personal de la cantante Édith Piaf, que la escribió, la interpretó y la inmortalizó, con la música de Marguerite Monnot.

Édith Piaf es la cantante francesa más universal y, en estos días, la más recordada. Se calcula que sus ventas pueden ascender a más de ochenta millones de discos en total gracias a éxitos como La vie en rose, Padam, Milord, o La foule.

Un amor apasionado y trágico

Corría el año 1949 y Édith Piaf estaba locamente enamorada de Marcel Cerdan. Era el boxeador más importante de su época. Ese año era el campeón del mundo del peso medio, y años atrás fue el vencedor del campeonato de Europa (1939). Estaba casado y tenía tres hijos.

Ambos eran estrellas internacionales cuando se conocieron en Nueva York en el verano de 1948: el flechazo fue instantáneo. No era ningún secreto que fueran amantes. Se sabía, se dejaban ver y fotografiar juntos sin reparos. Este romance apasionado y el deseo de estar juntos fue precisamente lo que llevó a un trágico final a Cerdan.

Mientras el amor inunde mis mañanas/ Mientras mi cuerpo tiemble en tus manos/ No me importan los problemas/ Mi amor, ya que tú me amas/ Yo iría hasta el fin del mundo

La cantante se encontraba de gira en Estados Unidos en el otoño de 1949. Marcel viajó la noche del 27 al 28 de octubre de ese año en el vuelo de Air France 009 de París a Nueva York para ir a visitarla. El avión se estrelló en las islas Azores sin supervivientes. La noticia impactó al mundo entero. Entre los restos del avión se encontró la maleta de Marcel, reconocible porque tenía grabadas las letras EC: E de Édith y C de Cerdan. Él tenía 33 años.

La muerte inesperada de su amante sumergió a Édith Piaf en una profunda tristeza, cayó enferma y estuvo alejada de los escenarios durante mucho tiempo. Aunque la canción se publicó grabada en 1950, ella ya la había interpretado en septiembre de 1949, un mes antes de la muerte de Marcel Cerdan. Sin saberlo, su letra contenía una macabra premonición:

Si la vida te arranca de mí/
Si mueres, estás lejos de mí/
No me importa, si tú me amas/
Porque yo también moriría/
Tendremos para nosotros toda la eternidad/
En el azul de toda la inmensidad/
En el cielo, no más problemas.

L’Hymne à l’amour canalizó toda su tristeza y emocionaba al público en cada interpretación. Mostraba con gran dignidad y profundidad el dolor por la pérdida del amado y el deseo de reunirse con él. Fue uno de sus grandes éxitos mundiales: la canción de amor y muerte se convirtió en mito.

Édith Piaf canta L’Hymne à l’amour en una grabación de 1950.

El principio de su final

Édith Piaf nunca se recuperó del todo de la muerte de Marcel Cerdan. Su vida después de él la protagonizan otros amores fallidos, varios accidentes de tráfico, adicción a la morfina para evitar el dolor de las secuelas y el alcoholismo. No faltan las terapias de rehabilitación y recaídas continuas.


Tumba de Édith Piaf.
CC BY

Aunque su salud era muy frágil, siguió publicando discos, cosechando éxitos mundiales, dando conciertos y con la voz increíblemente impecable. Es el caso por ejemplo de Non, je ne regrete rien publicada en 1960.

Cuando muere, en 1963, parece una anciana a pesar de que sólo tenía 47 años. La vida de excesos era visible. En ese momento estaba casada con el apuesto y jovencísimo Théo Sarapo, cantante y actor que tenía entonces 26 años y que la cuidó hasta el final como si de una madre se tratara. Por cierto, siete años después, Théo Sarapo también murió en un accidente, de tráfico en esa ocasión, y sus restos descansan en una tumba junto a ella.


Édith Piaf & Theo Sarapo.
CC BY

Más allá de la muerte: su deseo cumplido

Para Édith Piaf L’Hymne à l’amour fue quizá la más trascendental de su repertorio. De hecho, en el epitafio de su lápida del cementerio Père Lachaise de París está grabada precisamente el último verso de esta canción:

Dieu réunit ceux qui s’aiment

(Dios reúne a los que se aman).

L’Hymne à l’amour ha seguido siempre vivo y brillando con intensa luz desde su publicación. Desde que Édith Piaf murió, otros grandes artistas la han interpretado, como es el caso de Johnny Halliday, Mireille Mathieu, Lara Fabian o Patricia Kaas. En español hay una versión interpretada por Paloma San Basilio.

El éxito de esta cantante y de su canción permanecen intactos hasta hoy y es considerada uno de los orgullos culturales de Francia. Sesenta años después de su muerte, sus canciones siguen siendo reconocidas y universales. De ahí que fuera elegida para el momento culminante de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París.

Celine Dion, durante la ceremonia de apertura de los JJOO de París, canta “Hymne à l’amour” desde la Torre Eiffel / Eurosport.

Céline Dion renueva el mito

La interpretación de Céline Dion en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de l’Hymne à l’amour emocionó a los cientos de millones de espectadores en todo el mundo que vieron la impresionante actuación por televisión. Sin duda, la más memorable de su historia, al menos hasta hoy, y muy difícil de superar.

La reaparición de Céline Dion tiene algunos aspectos trágicos en común con la de Édith Piaf en su momento. Céline Dion perdió a su marido en 2016 enfermo de cáncer y sufre una enfermedad rara incapacitante que le ha impedido subirse a los escenarios durante cuatro años. En su documental Soy Céline Dion (2023) se puede comprobar el sufrimiento y la tristeza que le han acompañado durante los últimos años. Permite comprender lo difícil que ha podido ser llegar hasta la impecable y deslumbrante actuación de los Juegos Olímpicos de París.

Céline Dion ha actualizado la épica de este himno al amor y ha añadido otro capítulo mayúsculo a la historia y el mito de esta canción de pasión, tragedia y superación.

Ana María Iglesias Botrán no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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12 discos para escuchar en vacaciones sin hacer nada más

Everett Collection/Shutterstock

Dicen las nuevas investigaciones sobre música que nos estamos acostumbrando a escuchar canciones y álbumes “de fondo”, y que eso está modificando la forma de componer melodías. Como desde The Conversation no queremos renunciar a prestarle toda la atención que tenemos a una obra musical que alguien ha pensado y elaborado de forma íntegra, hemos pedido a un grupo de expertos que nos recomienden un álbum que ellos crean que, aprovechando la época estival, debamos escuchar con atención plena, sin hacer otra cosa que no sea sumergirnos en la música y dejarnos llevar. Estas son sus elecciones.

The Queen is Dead, de The Smiths


Portada del álbum The Queen is Dead de The Smiths.
Wikimedia Commons

Afirma ChatGpt que este disco resulta interesante por sus canciones memorables, innovación musical y calidad de sonido. Con ello seguramente estaríamos diciendo poco sobre el culmen de The Smiths. Escucharlo mientras anda o conduce, como tantas veces hice yo, le transportará al centro mismo del flujo de la vida, con sus riffs de guitarra y una voz firme de múltiples matices donde encontramos tanto tristeza serena como alegría concentrada… “There is a light that never goes out”, por ejemplo, recarga de energía, mientras “Some Girls Are Bigger Than Others” le hará cantar y llorar. El pop en estado gozoso, que no apaga su luz.

Recomendado por Ana María Sedeño Valdellós, investigadora de la música en los medios audiovisuales.

La consagración de la primavera, de Ígor Stravinski


Portada de La consagración de la primavera de Stravinski por la Filarmónica de Berlín dirigida por Herbert von Karajan.
Spotify

Recomendar un libro, una música, una película, sin duda es una tarea que merece de una reflexión, atendiendo a perfiles, gustos, etc. Pero si tuviera que escoger un álbum de música para recomendar, sin duda escogería La Consagración de la Primavera de I. Stravinski, dirigida por Herbert von Karajan con la Orquesta Filarmónica de Berlín (aunque cualquier versión de calidad sería adecuada). Fuerza, pasión, sensibilidad, emoción, amor, odio, fortaleza, intelectualidad… y un sinfín de afectos y efectos se combinan en esta magistral obra que cualquier oído apreciará y sabrá extraer cada frase o fragmento para canalizar sus sentimientos.

Recomendado por Ana M. Vernia Carrasco, profesora e investigadora de Didáctica de la Expresión Musical.

Fantasma, de Cornelius


Portada del álbum Fantasma de Cornelius.
Cornelius

Si tuviera que recomendar un álbum para escuchar de una sentada en una época como esta, en la que nuestra atención se encuentra bajo mínimos, sin duda me decantaría por Fantasma de Cornelius. Un batiburrillo promiscuo de indie, electrónica, psicodelia y homenajes a mil y una músicas, que constituye uno de los mayores hitos del Shibuya-kei, una de las corrientes más interesantes que dio Japón a finales de siglo. Un disco omnívoro y aceleracionista, perfecto legado del hipercapitalismo nipón de los años 90 y la particular reinterpretación que sus clases medias hicieron de la música occidental. En suma, una experiencia indudablemente posmoderna, pero hecha con tanto amor a la música que es imposible no contagiarse de su calidez y espíritu aventurero.

Recomendado por Ugo Fellone, profesor e investigador de musicología especializado en los géneros musicales.

Love Yourself: Answer, de BTS


Portada del álbum Love Yourself Answer de BTS.
Wikimedia Commons

Una obra de arte para escuchar y reflexionar. Eso es Love Yourself: Answer, álbum
recopilatorio del grupo surcoreano BTS publicado en 2018. En él, la estructura narrativa clásica china (presentación de la trama, inicio, giro, y conclusión) es la protagonista. Gracias a ella, y a una gran variedad de estilos musicales, el grupo nos introduce en una compleja historia de amor (en un sentido amplio), desamor, y epifanía que culmina con un poderoso mensaje. Para poder amar a alguien más primero hay que amarse a uno mismo, con nuestras virtudes y, sobre todo, con nuestros defectos.

Recomendado por Lorena Varela Domínguez, investigadora en musicología especializada en el k-pop.

19 días y 500 noches de Joaquín Sabina


Portada del álbum 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina.
Spotify

Todo lo que se puede decir sobre 19 días y 500 noches (1999) ya se ha dicho. Sabina, que estaba ya consagrado como músico y letrista desde hacía tiempo, tocó el cielo con ese álbum y quedó ratificado como una leyenda viva. Cada una de las canciones que contiene es una obra maestra; cada letra, una joya. Pocos placeres se asemejan a escuchar este disco al fresco de la nocturnidad estival con una copita de lo que uno prefiera entre los dedos. Es como leer un buen libro. Y un buen oyente-lector no puede privarse de saborear cómo, con un equilibrio perfecto entre elaboración literaria y ligereza cancioneril, el magisterio de Sabina dibuja el amor y el desamor, retrata la posguerra o cuenta una novela negra en unos pocos minutos. Cualquier letrista soñaría con escribir una sola canción como esas, y Sabina incluyó más de diez en un solo álbum.

Recomendado por Javier Soto Zaragoza, investigador y profesor de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada especializado en las relaciones entre literatura y música.

Variaciones Goldberg de J. S. Bach


Portada de las Variaciones Goldberg de Bach interpretadas por Glenn Gould.
Spotify

Por las venas de la música clásica palpita la eterna búsqueda de la perfección. Un ideal trascendente en el que mora la genialidad. Bach es un dios de ese mundo. Y las Variaciones Goldberg (1741) una sutil muestra de su inmensa maestría en el arte del contrapunto. La obra fue el encargo de un conde enfermo, aquejado de insomnio. Se dice que gracias a ella pudo soportar sus interminables noches, escuchando una y otra vez aquel juego de voces interpretadas por su clavecinista Johann Gottlieb Goldberg.
Glenn Gould ha sido el interprete de piano más virtuoso de esta obra. Gold y Gould suenan a “oro”, pero aún así la tragedia acompaña a la genialidad. Ese lado oscuro se desvela de forma ejemplar en la novela El malogrado de Thomas Bernhard.

Recomendado por Sagrario Martínez Berriel, profesora e investigadora de Sociología de las artes y la cultura.

Transformations de Hildegard Westerkamp


Portada del álbum Transformations de Hildegard Westerkamp.
Hildegard Westerkamp.ca

Mientras lea este texto probablemente estará inmerso en una experiencia de escucha que, por el simple valor que merecen sus oídos, puede convertir en una composición sonora única e irrepetible. Transformations es un ejemplo de una doble operación, estética y ecológica: mediante el uso de las tecnologías del sonido, la ecologista sonora Hildegard Westerkamp nos traslada a diferentes lugares, mejorando nuestra consciencia de estos, conectándolos con nuestro mundo interior. Gracias a ella visitamos el silencioso desierto mexicano, con un grillo como protagonista, los bosques de la Columbia británica y muchos otros diversos espacios sonoros de la ciudad de Vancouver y de Canadá en general.

Recomendado por Jose Luis Carles Arribas, profesor e investigador de Música, ecólogo y compositor.

What’s Going On de Marvin Gaye


Portada del álbum What’s Going On de Marvin Gaye.
Spotify

Inspirado por un episodio de brutalidad policial, en el single “What’s Going On”, Gaye se pregunta “¿Qué está pasando?” al observar a una nación, los Estados Unidos, dividida. Esta canción inicia un relato de preocupación y esperanza que traza un álbum conceptual pionero sobre preocupaciones sociopolíticas de los años 70, como la guerra, el desempleo o la crisis climática, que siguen resonando en la actualidad. Distintas canciones se entrelazan entre sí, entretejiendo un disco circular que finaliza con unos versos de la canción que lo inaugura, lo que sugiere la espiral en la que está inmersa la sociedad.

Recomendado por Begoña Gutiérrez-Martínez, profesora e investigadora de Comunicación, especializada en análisis de textos culturales: cine, televisión, música y publicidad.

La Lupe Es La Reina (The Queen) de La Lupe


Portada del álbum La Lupe Es La Reina (The Queen) de La Lupe.
YouTube

La Lupe, la Yiyiyi, “la mala de la película”… Con su irreverente estilo y su intensa interpretación, se consolidó como una de las figuras más influyentes del soul latino, la salsa y el bolero. Este álbum, una de las joyas de la artista, inicia con el icónico tema “Puro Teatro”, seguro la banda sonora de numerosos desamores. Así, las cinco primeras piezas son una serie de baladas y boleros que La Lupe no solo canta; ella los grita y los sufre. El bolero es el nuevo punk si lo interpreta la Yiyiyi. Los últimos temas, mucho más enérgicos, ofrecen una mezcla vibrante de salsa, guajira, boogaloo y guaguancó.

Recomendado por Laura González Martínez, investigadora especializada en músicas populares, indie rock y estudios sobre género.

Love and Sex de Plan B.


Portada del álbum de Love and Sex de Plan B.
YouTube

Si tuviese que recomendar un álbum al que dedicar una hora de nuestra vida, este sería Love and Sex (2014) de Plan B, un cóctel de reggaetón donde productores icónicos como Tainy, Luny Tunes o Haze refinan el estilo clásico puertorriqueño. Es puro goce. Vibrantes sintetizadores, unos ritmos de impacto y fusiones exquisitas con la cumbia o el dancehall sostienen este trabajo repleto de éxitos y colaboraciones con Yandel o Tego Calderón. Las magnéticas melodías de Chencho y el rapeo sagaz de Maldy presentan unas letras cuya masculinidad tóxica recomiendo ignorar para dejarse atrapar por la maestría lírica y el erotismo. Eso sí, de ser posible, absténganse de escucharlo sentades.

Recomendado por Marina Arias Salvado, doctoranda en musicología especializada en el estudio del reggaetón en España.

De palmas y cacería de Pony Bravo


Portada del álbum De palmas y cacería de Pony Bravo.
Spotify

En tiempos de canícula recomiendo a los Pony Bravo porque su escucha es siempre fresca y divertida. Pero sobre todo porque, tras una asequible primera capa, se esconde todo un universo de referencias culturales, dobles sentidos y crítica mordaz. Descubrirlo es un divertido pasatiempo. Valga como ejemplo “Zambra de Guantánamo”, collage en el que se reutilizan y articulan fragmentos musicales importados del flamenco, la música iraní y el pop estadounidense, para criticar, a través de su letra, la flagrante violación de los derechos humanos perpetrada en la conocida prisión norteamericana. Si prestan atención, durante la escucha podrán reconocer la melodía de “Helelyos” de Zia Atabay (1987) y un extracto de los “Tientos moros” de Beni de Cádiz (1962). También en el estribillo la popular copla “Qué quieres de mí/si hasta el agua que bebo/te la tengo que pedir”, interpretada por cantaoras como Fernanda de Utrera. Y tras este señuelo… ¿se animan a seguir descubriendo las múltiples referencias escondidas en las canciones de esta banda sevillana?

Recomendado por Fernando Barrera-Ramírez, profesor e investigador de Musicología.

Tubular Bells II, de Mike Oldfield


Portada del álbum Tubular Bells II de Mike Oldfield.
Spotify

Mike Oldfield revisita su primer disco diecinueve años después, en 1992, convirtiéndose en un referente en la música new age en los noventa. Es un álbum que sin duda captó la atención de los audiófilos de esa época, ya que, en piezas como “Sentinel” los distintos instrumentos se oyen muy claros y diferenciados gracias al sonido estéreo. Se emplean instrumentos de diversa naturaleza, combinando así sintetizadores, guitarras, campanas tubulares (que dan nombre al disco), violín e incluso gaitas. Es una obra que ha impactado en nuestros recuerdos musicales y que nunca pasará de moda, como todas las cosas bien hechas.

Recomendado por Manuel Tizón Díaz, profesor e investigador especializado en la relación entre las emociones y la música, la retórica o la innovación educativa.

Begoña Gutiérrez Martínez forma parte del proyecto de I+D+i Problemas y públicos mediatizados: emociones y participación (PID2021-123292OB-I00), financiado por MCIN/AEI/10.13039/501100011033/ y por FEDER Una manera de hacer Europa.

Fernando Barrera-Ramírez Universidad de Cádiz y Grupo HUM1001-Music, Science & Culture. Proyecto “Música y ciudad”, del Plan propio de la Universidad de Granada (PP2022-PP-08).

Lorena Varela Domínguez recibe fondos del Ministerio de Universidades a través de un contrato pre-doctoral FPU (Formación de Profesorado Universitario).

Ana María Sedeño Valdellós, Ana Mercedes Vernia-Carrasco, Javier Soto Zaragoza, Jose Luis Carles Arribas, Laura González Martínez, Manuel Tizón Díaz, Marina Arias Salvado, Sagrario Martinez Berriel y Ugo Fellone no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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El huerto escolar: mucho más que aprender a comer sano

Alumnas de cuarto de primaria observan insectos en un huerto escolar. Marcia Eugenio-Gozalbo.

Es cada vez más habitual que los centros educativos dispongan de un espacio para cultivar, como un huerto sobre suelo, bancales elevados de cultivo, mesas de cultivo o huertos verticales. El uso de estos espacios está comúnmente vinculado con la enseñanza de la alimentación saludable, pero son numerosas las cuestiones educativas relevantes que pueden abordarse desde un huerto.

Incluir huertos en los patios escolares es una iniciativa con múltiples beneficios y no resulta cara ni complicada. Las propias administraciones educativas los promueven como parte de los patios verdes.

¿Qué cosechamos de los huertos educativos?

Los huertos proporcionan experiencias de aprendizaje al aire libre sin salir de la escuela, ahorrando a los docentes el tiempo de clase que se invierte en desplazamientos y organización de salidas escolares (que, no obstante, son importantes y deben realizarse).


Estudiantes de 4º curso de primaria del colegio público Numancia (Soria) durante la realización de una actividad sobre insectos en el Huerto EcoDidáctico de la Facultad de Educación de Soria.
Marcia Eugenio-Gozalbo.

La experiencia directa de la naturaleza juega un papel vital, quizás insustituible, en el desarrollo afectivo y cognitivo de las personas, y el contacto habitual con ella tiene un efecto psicoemocional reparador. Así, disponer de espacios verdes en las escuelas y utilizarlos para enseñar repercute positivamente sobre la salud y el bienestar de los estudiantes, mejorando su participación y atención en las clases posteriores.



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Las experiencias regulares de contacto con la naturaleza fomentan el desarrollo de actitudes y conductas de cuidado del entorno, particularmente cuando ocurren desde edades tempranas, porque es en la infancia cuando se establecen vínculos afectivos positivos con ella. Por eso, a nivel internacional, organizaciones como la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza destacan la importancia de naturalizar las escuelas, incorporando elementos naturales, para educar ciudadanos comprometidos con el medio ambiente.

Desde el punto de vista de las ciencias, un huerto es un agroecosistema: un sistema complejo donde se dan los mismos procesos que en la naturaleza, pero gestionado por el ser humano. Cuando disponemos de un huerto, los profesores podemos plantear investigaciones para abordar el estudio de los elementos (plantas, fauna asociada, suelo, etc.) y procesos (ciclos de materia, interacciones entre especies, etc.), de modo que el alumnado aprenda ciencia haciendo ciencia: observando, midiendo, diseñando experimentos, etc.

Una corriente con una larga historia

En realidad, el uso de huertos educativos fue propuesto por eminentes filósofos y pedagogos ya desde el siglo XVIII. Rousseau señaló la necesidad de educar a los infantes en el medio y en base a su propia experiencia; el pedagogo suizo Enrique Pestalozzi iniciaba a los niños en el cuidado del huerto familiar, usando la observación directa para la comprensión de hechos y fenómenos; el alemán Friedrich Fröbel, fundador de los primeros “jardines de infancia”, incluía en estos plantas, animales, materiales de construcción y herramientas sencillas.

Ya hacia el siglo XX, el estadounidense John Dewey señalaba la importancia del aprendizaje que proporcione experiencias valiosas; María Montessori introdujo en las labores de la escuela los ejercicios de la vida práctica, como el cuidado de plantas y animales domésticos; el belga Ovide Decroly promovía introducir el estudio de la vida y la interacción con el ambiente en los programas escolares; y el francés Célestin Freinet defendía una educación científica basada en la observación y la investigación, concibiendo el huerto como un recurso que las facilita.



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Cultivando la transformación social

Disponer de un huerto en la escuela proporciona la oportunidad de educar en la reflexión crítica sobre cómo nos relacionamos con el medio y, más en concreto, sobre cómo producimos nuestros alimentos. En un contexto global de crisis socioambiental y de tránsito hacia sociedades sostenibles, la naturaleza nos proporciona un modelo a seguir.

Por eso, la agricultura que enseñamos en los huertos educativos se basa en la imitación de los ecosistemas naturales. Algunos de sus principios orientadores son: aprovechar al máximo los recursos naturales, reciclar la materia orgánica o favorecer la mayor diversidad posible de organismos. Así se hace, por ejemplo, en la permacultura, la agricultura ecológica o la agricultura regenerativa.

Beneficios en todas las etapas educativas

Los huertos en los centros educativos suponen ventajas en todas las etapas, desde la educación infantil hasta la universitaria. Existen ya propuestas didácticas diseñadas específicamente para cada una de ellas (infantil-primaria, secundaria y universitaria).

Es imprescindible el apoyo de las administraciones públicas para que se puedan superar algunas de las barreras existentes, como su abandono por la falta de recursos para el mantenimiento, o la ausencia de formación específica para los docentes en los planes de estudio de los actuales Grados en Maestro de Educación Infantil y Primaria.

Las autoras han recibido fondos para su investigación de los Proyectos de Innovación Educativa “Huertos EcoDidácticos” de la Universidad de Valladolid y “Fomento del pensamiento STEAM y los ODS”, de la Universitat Jaume I.

Marcia Eugenio-Gozalbo no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.

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La investigadora de la UVa Sara López gana la cuarta edición del concurso de divulgación científica en redes sociales #Hilotesis

La investigadora de la UVa Sara López gana la cuarta edición del concurso de divulgación científica en redes sociales #Hilotesis

Crue Universidades Españoles ha anunciado el fallo del jurado

Crue Universidades Españolas, en colaboración con la Red de Divulgación y Cultura Científica (RedDivulga), de la sectorial Crue I+D+i, ha anunciado el 15 de julio el fallo del jurado de la cuarta edición del concurso de divulgación científica «#HiloTesis. Tu tesis doctoral en redes sociales», en la que han resultado ganadores seis estudiantes de las universidades de Valladolid (Uva), València (UV), La Rioja (UR), Rey Juan Carlos (URJC), Cantabria (UC) y Autònoma de Barcelona (UAB). Cada uno de ellos recibirá un premio de 500 euros, gracias a la financiación aportada por la Fundación Larramendi, por segundo año consecutivo.

El primero de los hilos galardonados corresponde a la investigadora Sara López Vázquez (@sara_lopez19), de UVa, por su #hilotesis sobre neuroprotectores que pueden salvar los recuerdos del Alzheimer. El segundo concursante premiado es Adolfo Rodríguez Eguren (@AdolfoEgu), de la UV, por su trabajo sobre cómo la medicina regenerativa puede ayudar a solucionar los problemas de infertilidad en mujeres; el tercero, Mario Sergio Pino Hurtado (@mapinohurtado), de la UR, por su tesis sobre el fenómeno de resistencia bacteriana a los antibióticos por su uso indebido.  

Leyre de Cepeda (@LeyredeCepeda), de la URJC, ha sido premiada por su tesis sobre la instrumentalización de reclamos feministas a través de influencers para la promoción de armas de fuego en Estados Unidos; Cristina Campos Herrero (@Kris_solor97), de la UC, ha ganado #Hilotesis por su trabajo sobre cómo evaluar el impacto ambiental del sector turístico; y la sexta concursante premiada es María Paola Ayala Godoy (@paooaya), de la UAB, por su investigación sobre los procesos involucrados en la migración y los efectos que tiene sobre los lugares de origen y destino.

Como en la edición anterior, debido al alto nivel de los hilos presentados, el jurado ha decidido reconocer con una «mención especial» las tesis doctorales de otros seis participantes: Francisco Javier Blanco, de la Universidad de Extremadura;  David Salesa Duro, de la Universidad de Alicante; María Arenas Moreira, de la Universidad de Castilla-La Mancha;  Maria Teresa Perello Trias, de la Universitat de Les Illas Balears; Rocío Collado Soler, de la Universidad de Almería, y Rubén Barroso Martínez, de la Universidad de La Laguna.

362 concursantes

La cuarta edición de HiloTesis ha contado con la participación de 362 personas de 49 universidades españolas, que han publicado entre el 1 y el 15 de junio sus trabajos en X (antes Twitter), Instagram, Threads y Mastodon para acercar la investigación universitaria a la ciudadanía. La mayoría de las personas candidatas ha utilizado X para dar a conocer sus investigaciones en hilos de 20 post.

En la evaluación han participado 30 personas, en su mayoría vicerrectores y vicerrectoras de las unidades de Cultura Científica de varias universidades. Cada hilo se ha evaluado por pares por al menos tres personas diferentes y se ha otorgado una calificación de acuerdo con los criterios de las bases del concurso.

Cinco concursantes de la UVa

En la edición de 2024, cinco investigadores han creado #hilotesis sobre sus trabajos doctorales: Lorena Elizabeth Caiza Morales, Aitor Vázquez Veloso, Álvaro de Miguel Mateo, Pablo Zamora Barrera y Sara López Vázquez.

La actividad ha estado impulsada desde la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad de Valladolid.

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Western movies: a 21st century renaissance

Still from First Cow, by Kelly Reichardt. FilmAffinity

In modern cinema, directors are once again feeling the pull of the Westerns of yesteryear, proof that this mythical vision of the American epic still lives on.

The Dead Don’t Hurt, starring Viggo Mortesen, is one of the latest examples, while Kevin Costner has also breathed new life into the genre in Horizon: An American Saga. The Western has risen from the ashes of disinterest in the early 21st century, and as with all revivals, there are aspects of the tradition that endure while others are reassessed.

On the one hand, this phenomenon of re-appropriating the Western is a clear, intentional aesthetic choice: stagecoaches, wagons, ramshackle towns, ranches, tumbleweeds, saloons, stables and deserts are still mainstays of this cinematic world. It was in these spaces that the first Westerns told the tales of heroism that would come to to define “American” identity.

At the same time, American war films have often aimed for something similar, albeit in a more tragic vein – once the conquest of the West was complete, these same people and values would go out to assume the role of “sheriff” on a global scale. The parallels are striking: heroes risk their lives on the frontiers of ideology and religion to defend the Law against rogue agents, presenting democracy and freedom as the only political bulwark against the power of the strongest, in a more tarnished and critical interpretation of the Western vision.

While not everything can be boiled down to a handful of romantic clichés, one of the Western’s most valuable aspects is its creation of human archetypes like the “frontiersman”, as depicted by Ethan Edwards in The Searchers. Edwards embodies heroism and the ethical positions of outsider and outlaw that do not necessarily fit neatly together. Later, this mould of the “apparently bad but ultimately good guy” would vindicate Clint Eastwood’s protagonist in Unforgiven.

In the modern incarnations of the Western, the allure of these old archetypes is still extremely powerful.

The history of the Western

The Western began as a literary genre, created by East coast puritan colonisers under the doctrine of “manifest destiny”.

Spread by journalists such as John O’Sullivan, this idea legitimised and justified westward territorial expansion as a momentous duty for citizens of democracy. Indeed, many Westerns owe a debt to the work of the press – it features prominently in the plot of 2020’s News of the World, which tells the story of a young girl held captive by Native Americans.


John Wayne in a still from The Searchers, by John Ford.
FilmAffinity

The genre has also documented and established historical landmarks. Events such as the completion of the first transcontinental railroad to California, the Civil War – which paralleled the Union and the fight against slavery – the annexation of Texas and its bids for independence, and the creation of Indian reservations are some of the milestones that bound the country together with a shared narrative of courage, contradiction, sacrifice and innovation.

Similarly, the Western is inseparable from the birth of cinema. The characters depicted by authors like Bret Harte would later appear on screen in a mythology populated by bandits, outlaws, trappers, sheriffs, outsiders and cowboys – people with expansionist, adventurous interests, driven by necessity or greed.

Another great theme of the Western is the whitewashing or excusing of criminal behaviour, particularly in the “dime novels” that were popular among children, where the frontier becomes a mental, spiritual and political symbol. Here, moral scepticism and ambiguity coexist in heroes with a fierce code of honour: John Ford, Howard Hawks, Sam Peckinpah, Anthony Mann, Sergio Leone and John Sturges were but a few classic directors who reinvented the figure of the knight-errant on the prairies.

The Western is therefore a narrative formula that explains the forging of a nation, while also nourishing, correcting, orienting and questioning it. The Western is to America what tragedy is to Ancient Greece.

Remakes, adaptations, and stories of everyday life

After briefly falling out of fashion in the late 20th century, the Western has experienced a new lease of life, built on homage to the genre with a renewed focus on demystifying ordinary life in this period of history.

Admiration for heroic sacrifice can be seen in remakes like 3:10 to Yuma or True Grit, while novels and biographies have been adapted for the big screen to show the negative consequences of violence. There is room for the stories of Civil War renegades in The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford, as well as capitalism’s more abhorrent sides in the incomparable There Will Be Blood.


Still from The Assassination of Jesse James by the Coward Robert Ford, by Andrew Dominik.
FilmAffinity

This revival of the genre brings a touch of critical modernity: the nation-building attitude and harsh living conditions of the pioneers are deconsecrated, no longer the stuff of romance.

Instead, stories like that of Hugh Glass in The Revenant reflect the real struggle of man against nature’s more savage forces in the frontier territories. Even new protagonists, such as Captain Joseph Blocker in Hostiles, show the psychological wounds inflicted by the protagonist’s own violent acts.

There have also been bolder, more novel approaches, such as that of Quentin Tarantino’s Django Unchained, a film with a rare (though not unique) black protagonist where violence becomes language, or that of Tommy Lee Jones in The Homesman, which paints a decidedly unheroic portrait of women who return to the East because they were unable to endure the tough conditions out West.

Striking a more celebratory tone, the figure of the explorer Martha Jane Canary-Burke, known as “Calamity Jane”, is idealised in a film of the same name.

French animated film Calamity retells this story in a picturesque compendium of the themes that dominate the great American story. Director Rémi Chayé approaches the myth of Martha Jane Cannary by intelligently distilling the essence of the Western: the interplay of a physical and psychological journey, the hero’s loneliness in the face of danger, the sense of community, the yearning for adventure and the romance of the everyday, the mystique of coffee over a campfire, and the voracious beauty of an untamed wilderness that does not spare the weak.


Still from Calamity, by Rémi Chayé.
FilmAffinity

Ploughing a more contemplative furrow, director Kelly Reichardt documents the time of the Western, recognising the value of uncertainty and de-dramatising the everyday lives of hustlers and their families in Meek’s Cutoff and First Cow.

The Western has been reborn in the 21st century, demystifying its motives and questioning – not without nostalgia and admiration – some of the darker aspects of a history that is still being unmasked, and of a bewitching, cruel and enchanting fantasy portrayal of migration.

The authors of this article have recently published a book in Spanish entitled «El western renacido en el siglo XXI» (The rebirth of the Western in the 21st century), which compiles 15 studies on 21st century Westerns.

Alberto Fijo Cortés y Gema Pérez Herrera no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.

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¿Quién es el verdadero autor de ‘El burlador de Sevilla’?

‘Don Juan y la estatua del Comendador’, de Alexandre-Évariste Fragonard. Museo de Bellas Artes de Estrasburgo, CC BY-SA

El mito de Don Juan ha dado lugar a numerosas obras dramáticas. Una de ellas, El burlador de Sevilla, es un clásico del teatro barroco español. Durante siglos se ha enseñado que había sido escrita por Tirso de Molina. Pero… ¿y si este dato no fuese correcto?

Andrés de Claramonte y Corroy fue un dramaturgo del Siglo de Oro que nació en Murcia, probablemente en la década de 1560. Una de las primeras noticias que tenemos de él data del año 1592, cuando aparece citado en la loa de La duquesa constante. Esta pieza del canónigo Tárrega permitiría situar al autor por esas fechas en el Levante.


Portada de El valiente negro en Flandes, una comedia de Andrés de Claramonte, en una edición del siglo XVIII.
Wikimedia Commons

A comienzos del siglo XVII, Agustín de Rojas Villandrando lo menciona en El viaje entretenido, un compendio de anécdotas teatrales, cuando habla de aquellos “que han hecho farsas, loas, bailes, letras”. De ello se deduce que Claramonte no era ningún desconocido en el panorama teatral de entonces. En 1604 actuó en la compañía de Baltasar de Pinedo, representando en Salamanca su propia comedia: El nuevo rey Gallinato.

Poco tiempo después, Claramonte marchó a Sevilla, pasando a formar parte de la compañía de Antonio Granados. Desde entonces, residió en la ciudad hispalense, aunque el oficio teatral –que también desempeñó como director y escritor– lo llevó a trabajar en Valencia, Zaragoza, Palencia, Medina de Rioseco, Lisboa o Madrid. En esta última ciudad murió en 1626. En su producción literaria podemos encontrar comedias de capa y espada, hagiográficas, bíblicas e históricas, varios autos sacramentales, dos poemas religiosos y la relación de un suceso.

El burlador de Sevilla

La fijación del repertorio dramático de Claramonte es endeble, ya que ciertos impresores atribuyeron algunos de sus textos a dramaturgos que daban garantías de beneficios.


Portada de una edición de El burlador de Sevilla y combidado de piedra atribuida a Tirso en el siglo XVIII.
Wikimedia Commons

Por eso Tirso de Molina y Calderón de la Barca figuraron como autores en las portadas de las ediciones de El burlador de Sevilla que aparecieron en 1629 y en 1634 en los talleres de Manuel de Sande y Francisco de Lyra –en la imprenta de este último tipógrafo la obra se publicó con el nombre de Tan largo me lo fiáis–.

La atribución contemporánea de Tirso fue respaldada por Eugenio de Ochoa y Eugenio Hartzenbusch. Ellos editaron en el siglo XIX el texto a nombre de fray Gabriel Téllez, el nombre original de Tirso. Otros críticos modernos como Blanca de los Ríos, Luis Vázquez e Ignacio Arellano han editado la obra de acuerdo con las atribuciones primitivas y decimonónicas. Algunos de los argumentos que se dan para ello son analogías temáticas o entre personajes (por ejemplo, Laura Dolfi compara a don Juan con los caballeros seductores –posteriormente arrepentidos– Jorge y Luis, en la obra de Tirso La Santa Juana, y con Gabriel de La villana de Vallecas, quien seduce, se disfraza y persigue el provecho individual) e, incluso, la sensibilidad poética del autor, relevante según Luis Vázquez.

Sin embargo, desde hace décadas existía la hipótesis de que Claramonte era el autor del drama. Esta teoría fue formulada, en primer lugar, por Gerald E. Wade en su artículo de 1974 “Hacia una comprensión del tema de Don Juan y ‘El Burlador’”, publicado en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos.

Sin embargo, su gran valedor ha sido Alfredo Rodríguez López-Vázquez, que lo ha investigado en múltiples ensayos y en las introducciones de sus ediciones críticas.

Entre las razones que se esgrimen para atribuir la obra a Claramonte tendríamos, por un lado, usos léxicos (como “lino aspado”, presente en la Letanía moral; “reloj desconcertado” como expresión de los celos, que aparece en Deste agua no beberé; u “homicida de mi honor”, presente en El inobediente o la ciudad sin Dios).

Por otro lado, contamos con elementos de orden histórico. Por ejemplo, los datos relativos a los Ulloa, a los que Claramonte presentó como héroes frente a los Tenorio, sus enemigos. La familia Ulloa había protegido a Claramonte, y esto se percibe en la dedicatoria del poema religioso Letanía moral, una obra de alabanza a los santos.

Puede que los partidarios de la autoría de Tirso siempre lo tuvieran más fácil para defender su postura en el debate. Después de todo, Claramonte tiene una mala reputación como escritor dramático gracias a los juicios peyorativos de Marcelino Menéndez Pelayo. El erudito describió al autor murciano como un muy poco talentoso remedador de Lope de Vega. Al ser considerado uno de los padres de la Filología Española, muchas de sus ponderaciones han sobrevivido como dogmas, sin haber sido revisadas. Esto explica la concepción negativa que, aún hoy, persiste del murciano.

La IA ayuda a descubrir la autoría real

Sin embargo, se ha producido un punto de inflexión con la llegada de la estadística computacional a las Humanidades. Esta ciencia –de gran auxilio para los filólogos– está aplicándose desde hace algunos años a textos del teatro del Siglo de Oro gracias a Germán Vega García-Luengos y Álvaro Cuéllar. Ambos dirigen el proyecto ETSO, por el que se han medido y cotejado las frecuencias léxicas de tres millares de piezas de esa época.

El aséptico macroanálisis, basado en los usos inconscientes de la lengua, ha dado grandes sorpresas. En primer lugar, ha vinculado obras tradicionalmente adjudicadas a un autor con artistas inesperados: La monja Alférez, siempre adscrita a Juan Pérez de Montalbán, resultó ser de Juan Ruiz de Alarcón. También ha atribuido piezas anónimas con escritores de la talla del mismísimo Lope de Vega, como el caso de La francesa Laura.


Don Juan y el Comendador por Francisco de Goya.
Fundación Goya en Aragón

En 2023, Vega García-Luengos y Cuéllar publicaron un artículo sobre la obra teatral de Claramonte a la luz de la estilometría –la aplicación de la estadística al estilo de los autores–. En él ponían de manifiesto la afinidad lingüística de El burlador de Sevilla con la forma de escribir de Claramonte.

Podríamos decir entonces que la inteligencia artificial ha validado las hipótesis de Wade y Rodríguez López-Vázquez. Una de las grandes polémicas atributivas de la historia de la literatura española ha quedado definitivamente zanjada –ahí quedan todavía el anonimato del Lazarillo o la enigmática identidad del autor del Quijote de Avellaneda–, y no hay otra opción que reconocer a Claramonte como el verdadero autor de El burlador de Sevilla.

Una vez se consiga la aceptación unánime de la paternidad dentro del circuito académico, debemos trasvasar el conocimiento a las aulas de los institutos, donde se lleva toda la vida explicando El burlador al calor del teatro de Tirso, cuando debiera ser interpretado al arrimo de Claramonte, cuya poética dramática se expande a lo largo y ancho del texto.

Jorge Ferreira Barrocal recibe fondos procedentes de la Universidad de Valladolid y del Banco Santander, que cofinancian un contrato predoctoral del que se beneficia desde enero de 2022, año en que pasa a formar parte del Departamento de Literatura Española y Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Valladolid, donde compagina tareas docentes y científicas como investigador predoctoral.

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¿Es la climatización evaporativa la alternativa definitiva al aire acondicionado?

DimaBerlin/Shutterstock

Ante el calor, los equipos de aire acondicionado de la publicidad nos ponen ojitos… Pero luego vemos las orejas a la factura de la luz y nos entran dudas.

Nos gustaría estar frescos sin gastar mucha energía y dinero. Es entonces cuando aparecen los llamados “climatizadores evaporativos” como si fueran la panacea: son equipos aparentemente simples, baratos y eficientes, pero solo si los usamos correctamente.

Un climatizador evaporativo se basa en el método de climatización más antiguo conocido: el enfriamiento que se genera cuando el agua se evapora. Como el agua necesita energía para evaporarse, la extrae de algún sitio: del resto del agua que no se ha evaporado (como en un botijo), de la superficie con la que está en contacto (como el sudor desde la piel), o del propio aire (como la brisa marina).

Esta tecnología consiste en humidificar un material mediante una bomba que recircula el agua desde un depósito. A la vez, el aire circula en contacto con el agua gracias a un ventilador, favoreciendo la evaporación.

El consumo de la bomba y el ventilador es muy reducido comparado con la energía eléctrica que requiere un equipo de aire acondicionado convencional. Además, solo utiliza agua, evitando el uso de fluidos refrigerantes.

No confundir un sistema evaporativo con…


Climatizador evaporativo portátil: no tiene conexión a exterior, pero debe tener las ventanas ligeramente abiertas.
Ana Tejero

Un sistema evaporativo no es un equipo de aire acondicionado, término que reservamos para aquellos que generan frío por el mismo método que el frigorífico de casa. En este caso, en vez de extraer calor del interior del frigorífico y disiparlo fuera a la cocina, lo extraemos de la estancia a acondicionar y lo disipamos en el exterior de la vivienda.

Esto requiere un gran consumo de energía eléctrica. Además, se usan fluidos refrigerantes que, en caso de fugas, afectan al calentamiento global.

Tampoco es un “pingüino” o equipo de aire acondicionado portátil. Aunque visualmente son parecidos a los climatizadores evaporativos, son fáciles de distinguir: los primeros disponen de un conducto de aire que debe conectarse al exterior

Y no es un purificador de aire, aunque hay publicidad engañosa que lo vende también como tal. Existe una verdad de fondo: los primeros equipos parecidos a los actuales surgieron hace 100 años como “lavadores de aire”, para retener polvo en espacios industriales. Pero hay que saber que retienen principalmente partículas gruesas y que jamás van a favorecer la calidad del aire en cuanto a la proliferación de virus y bacterias.


Aire acondicionado portátil o pingüino: debe conectarse al exterior y mantener las ventanas cerradas.
Ana Tejero.

Usarlos de forma adecuada tiene su técnica

Una queja habitual en internet sobre estos equipos es que no se alcanzan las condiciones esperadas.

En primer lugar, no siempre es posible conseguir un ambiente confortable con un climatizador evaporativo. Si el clima es muy húmedo, casi no tiene efecto. Y si el clima es excesivamente cálido, el enfriamiento generado no es suficiente.

Por otro lado, el aire acondicionado “reseca” el aire: al bajar mucho la temperatura, parte del vapor de agua en el aire condensa (seguro que ha visto alguna vez gotear agua desde un equipo de aire acondicionado, como el de un coche). Sin embargo, un climatizador evaporativo lo humidifica. Lo adecuado es mantener la humedad relativa en casa entre el 40 % y el 60 % y evitar siempre superar el 70 %.

En este sentido, otra diferencia reside en que, cuando se usa el aire acondicionado, hay que cerrar las ventanas, porque recircula el aire que enfría. Por eso interesa que no haya intercambio con el ambiente exterior. Pero cuando funciona un climatizador evaporativo conviene abrirlas parcialmente, para que se vaya renovando el aire. Si no, se saturará de humedad. Esto reduce el efecto buscado a la vez que produce esa sensación indeseada de “sauna”.

También es cierto que, aunque algunos equipos comerciales incluyen bloques o acumuladores de hielo para colocarlos en el depósito de agua, su efecto es limitado y breve.

Limitado porque el calor que requiere el hielo para fundirse es mucho menor que el que requiere el agua para evaporarse (casi siete veces menor). Y breve porque, una vez fundido, no se puede volver a aprovechar su efecto hasta que regeneremos el hielo, lo que resulta poco práctico.

Por último, como se trabaja con agua, puede haber riesgo de proliferación de bacterias, como la Legionella. Para evitarlo solo hace falta tener cuidado con una cosa: vaciar completamente el depósito siempre que no se use y mantenerlo limpio.

¿Podemos combatir el calentamiento global usando estos equipos?

Es una realidad que la demanda energética para enfriar los edificios está aumentando y, con ella, el número de equipos de aire acondicionado instalados cada año.

El uso de los sistemas convencionales favorece el calentamiento global de forma indirecta, por las emisiones asociadas a la generación de la energía eléctrica que acciona los equipos, y de forma directa por las posibles fugas accidentales de refrigerante y por el calor que liberan las unidades exteriores.

Ante este panorama, el empleo adecuado del enfriamiento evaporativo, junto con otras estrategias como la ventilación durante las horas más frescas del día, es una buena práctica a la que aún podemos recurrir en muchas climatologías españolas para enfrentarnos a las necesidades crecientes de refrescar nuestras estancias sin influir negativamente sobre el calentamiento global.

Ana Tejero González recibe fondos en el marco del proyecto TED2021-129652A-C22, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España (MCIN/AEI/10.13039/501100011033) y la Comisión Europea a través de fondos “NextGenerationEU”/PRTR.

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Paula Molinero González, investigadora de la UVa, ganadora de la Final de Castilla y León del concurso Three Minute Thesis

Paula Molinero González, investigadora de la UVa, ganadora de la Final de Castilla y León del concurso Three Minute Thesis

Samuel Gómez Martínez, de la Universidad de León, obtuvo el segundo premio y María Rocío García Pascual, de la Universidad de Burgos, logró el tercer lugar

La investigadora del Programa de Doctorado de Investigación Transdisciplinar en Educación de la Universidad de Valladolid Paula Molinero ha obtenido el primer premio de la Final de Castilla y León del concurso Three Minute Thesis (3MT), coorganizado por las universidades de Valladolid, León y Burgos, a través de la Red de Unidades de Cultura Científica de las universidades públicas, en el marco del Plan Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa (TCUE) de la Junta de Castilla y León. En el concurso, han colaborado además las escuelas de doctorado de las tres universidades participantes y ha contado con el apoyo de la Fundación Universidad de Valladolid, la Fundación General de la Universidad de Burgos y la Fundación General de la Universidad de León y de la Empresa.

Molinero ha logrado la puntuación más alta con la presentación Lo esencial es invisible a los ojos, en una final celebrada en el Aula Mergelina de la Universidad de Valladolid ante un centenar de asistentes. Se da la circunstancia que esta investigadora obtuvo el primer premio en la final local de la Universidad de Valladolid del concurso, el pasado 30 de abril en el Teatro Zorrilla.

Samuel Gómez Martínez, investigador de Ciencias Veterinarias y de los Alimentos de la Universidad de León, se alzó con el segundo puesto con Un micromundo con soluciones a lo grande. El tercer premio fue para María Rocío García Pascual, doctoranda del programa de Educación en la Universidad de Burgos, con la presentación CREAtivando.

Un total de 10 investigadores en formación de Castilla y León de diferentes áreas de conocimiento han participado en la final de este concurso divulgativo. El certamen ha puesto a prueba sus habilidades de oratoria y retórica para explicar su investigación en tan solo tres minutos con el único apoyo de una diapositiva. La competición ha tenido un desarrollo previo que arrancaba meses atrás, con las respectivas fases locales de cada universidad en Burgos, León y Valladolid.

El jurado que ha decidido los premios estuvo compuesto por Carlos Aganzo, escritor, periodista y director de la Fundación Vocento; Augusto Cobos, director del Instituto de Competitividad Empresarial de Castilla y León; Alejandro Díez Garín Alex Cooper, director de la Fundación Club 45; Pablo Lorenzo, miembro de la Asociación Castellana y Leonesa de Educación Matemática Miguel de Guzmán; Aurora Martín, directora gerente del Sistema Atapuerca-Museo de la Evolución Humana; y Emilio del Prado Lera, empresario de EPUNTO Interim Management.

El acto concluyó con un reconocimiento a la profesora del Departamento Producción Vegetal y Recursos Forestales de la UVa Elena Hidalgo por su contribución a la divulgación científica y al impulso del concurso 3MT en la Universidad de Valladolid.

De izquierda a derecha, Paula Molinero, Samuel Gómez, Raquel García Pascual y fotografía de familia de la final

¿Qué es Three Minute Thesis?

Como su nombre indica, Three Minute Thesis (3MT) consiste en la exposición en solo tres minutos de todo el trabajo investigador realizado durante una tesis, que suele suponer varios años de estudio, esfuerzo y búsqueda de resultados. El concurso, por lo tanto, supone todo un reto, ya que quienes participan tienen que presentar de forma clara y concisa, y utilizando solamente recursos de la oratoria y la retórica, las hipótesis, los objetivos y conclusiones generales de su tesis doctoral. El evento, además, propicia que la sociedad pueda acceder a algunos de los trabajos de investigación que se desarrollan en el seno de las universidades de Burgos, León y Valladolid a través de esta actividad divulgativa.

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Prevenir incendios y producir hongos comestibles… al mismo tiempo

Boletus bajo una jara joven. Pablo Martín-Pinto, Author provided

Puede parecer magia, pero es posible gestionar el territorio para prevenir incendios, produciendo a la vez setas comestibles extraordinariamente valiosas y apreciadas. Una estrategia que, de paso, pone en valor algunos territorios marginales infrautilizados.

En España, los matorrales cubren más de 10 millones de hectáreas, proporcionando numerosos bienes y servicios esenciales para la sociedad, como regulación hidrológica, biodiversidad, recursos energéticos y ganaderos, así como valores florísticos y faunísticos.


Jara vigorosa tras quema prescrita.
Pablo Martín-Pinto

Sin embargo, su falta de uso y aprecio actual los hace vulnerables a procesos de degradación, especialmente a incendios forestales. A pesar de su importancia, los matorrales no han recibido la misma atención en gestión forestal que los bosques, debido en parte a su menor valor económico directo en comparación con otros recursos naturales.

Cuna de biodiversidad

Los matorrales albergan numerosas especies de plantas, insectos y aves, muchas de las cuales están amenazadas. Se extienden desde las costas hasta las montañas y son esenciales para la conservación de varios hábitats prioritarios.

El problema es que la falta de gestión y el abandono de la agricultura y la ganadería han llevado a su expansión descontrolada, lo que aumenta la frecuencia e intensidad de los incendios forestales, que a su vez alteran la cobertura vegetal y la composición del suelo.

En muchas áreas de España, esta situación ha permitido la proliferación de especies leñosas y herbáceas, un proceso conocido como matorralización.

Tradicionalmente, los bosques y pastizales han sido valorados por sus recursos, pero los matorrales han sido subestimados, especialmente en términos de producción de madera y otros recursos económicamente valiosos.

Esta falta de gestión ha transformado el paisaje, aumentando la carga de combustible vegetal y, junto con el cambio climático, ha incrementado los incendios en la región mediterránea.

Para abordar este riesgo, es esencial implementar estrategias de manejo adecuadas. Las técnicas tradicionales, como el pastoreo extensivo, la quema prescrita y el desbroce mecánico, son eficaces para gestionar la carga de combustible y mantener la salud de estos ecosistemas.

El pastoreo, en particular, ha sido una forma natural y eficiente de reducir el riesgo de incendios al disminuir la cantidad de combustible disponible. Su decadencia, sin embargo, ha contribuido a la expansión de los matorrales y, por ende, al aumento del riesgo de incendios.

Conservación activa y producción de hongos

El manejo adecuado de los matorrales también puede potenciar la producción de recursos valiosos, como los hongos comestibles. Estos juegan un papel crucial en la salud de los ecosistemas forestales, contribuyen a la nutrición de las plantas y mejoran la estructura del suelo.

Especies como el Boletus spp tienen un alto valor económico y pueden proporcionar ingresos significativos a las comunidades rurales.


Zamoranitos de tabara o boletus de jara.
Pablo Martín-Pinto

Su producción puede contribuir al desarrollo económico local y fomentar la conservación activa de los matorrales. Es esencial implementar estrategias de manejo que no solo prevengan los incendios, sino que también valoren los recursos naturales asociados a estos ecosistemas.

Ejemplos de manejo en la península ibérica

En la cornisa cantábrica, el matorral ha disminuido debido a extensas plantaciones forestales y la transformación de matorrales en pastizales. En Galicia, así, este tipo de vegetación se ha reducido considerablemente en las últimas décadas.

En este contexto, las repoblaciones forestales mantienen un sotobosque abundante que puede ser gestionado para reducir el riesgo de incendios. Las prácticas de gestión incluyen la quema prescrita y el desbroce, que no solo reducen la carga de combustible sino que también favorecen la producción de hongos comestibles.

La puesta en valor de los recursos micológicos puede ser un incentivo importante para la gestión sostenible de los matorrales, cuya importancia en España no puede subestimarse.

Estos proporcionan numerosos beneficios, desde la biodiversidad hasta la regulación hidrológica, y tienen un potencial económico y gastronómico significativo. Asimismo, su gestión adecuada basada en el conocimiento científico y su conservación activa son esenciales para reducir el riesgo de incendios forestales y mantener la salud de nuestros paisajes.

Pablo Martín-Pinto recibe fondos del Minisiterio de Transición Ecológica.

Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro recibe fondos de Diputación de Palencia