Una nueva metodología amplía el conocimiento sobre herramientas creadas hace 1,7 millones de años
La Universidad de Valladolid lidera una investigación sobre el origen del Achelense en África oriental
Para conocer la forma de vida de los primeros grupos humanos, las herramientas de piedra constituyen una valiosa fuente de información. Hace 1,7 millones de años, las primeras comunidades de Homo ergaster comienzan a desarrollar una nueva tecnología, conocida como Achelense, basada en herramientas grandes, pesadas y complejas. Estos nuevos objetos, entre los que destaca el hacha de mano o bifaz, suponen un gran avance respecto a los cantos tallados fabricados durante el Olduvayense, periodo anterior.
Un equipo arqueológico de la Universidad de Valladolid ha desarrollado nueva metodología de análisis para estudiar las primeras herramientas fabricadas por el Homo ergaster. Esta nueva técnica de estudio ha sido aplicada en el yacimiento FLK West (Frida Leakey Korongo West), localizado en la garganta del Olduvai (Tanzania). Los resultados han sido publicados en la prestigiosa revista científica PLOS ONE.
Hace 1,7 millones de años, en Olduvai existía un gran lago alimentado por ríos estacionales. Allí convivían tres especies de homínidos, Homo ergaster, Homo habilis y Paranthropus boisei. Solo la primera era capaz de fabricar herramientas achelenses, lo que les otorgó una mayor capacidad de adaptación a la sabana, al aprovechar mejor sus recursos con esta floreciente industria lítica. En el yacimiento de FLK West, localizado en el tramo bajo de unos de los principales cursos fluviales que desembocaba en el salobre lago, se han hallado decenas de objetos tallados por el Homo ergaster.
Investigadores de la Universidad de Valladolid, en Olduvai
Orígenes
“Hasta ahora se sabía muy poco sobre los mecanismos tecno-económicos que habían desencadenado el origen del Achelense, entendido como la aparición de una panoplia de herramientas de piedra grandes y pesadas», explica Policarpo Sánchez, primer firmante del estudio. El equipo de investigación de la Universidad de Valladolid ha contribuido a ampliar el conocimiento de los procesos de fabricación y uso de las primeras herramientas achelenses. Se han estudiado 84 utensilios, un porcentaje significativo del total de los primeros útiles achelenses. Los arqueólogos únicamente han encontrado unos pocos centenares de grandes utensilios correspondientes a este momento germinal del Achelense hace 1,7 millones de ańos.La mayor parte de los restos arqueológicos encontrados en FLK West están depositados en la estación española Emiliano Aguirre, en Tanzania, aunque algunas pocas se han trasladado a la UVa para su restauración y posterior estudio. El equipo investigador se encuentra actualmente en una nueva campaña arqueológica en FLK West.
Esta publicación es el resultado de los trabajos arqueológicos que un equipo de investigadores del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UVa, encabezado por el profesor Fernando Díez Martín, está llevando a cabo ininterrumpidamente desde 2012 en el yacimiento achelense de FLK West, en Olduvai (Tanzania). Estas labores de excavación e investigación se enmarcan dentro del proyecto I+D Los primeros humanos y su evolución del Olduvayense al Achelense: Un proyecto paleoantropológico en la garganta de Olduvai, Tanzania, coordinado por el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Manuel Domínguez Rodrigo, y en el que participan otros centros nacionales (Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid, Instituto de Evolución en África y Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana) e internacionales (Universidad de Dar es Salaam, Tanzania; Universidad de Calgary, Canadá; Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos).
El uso y la forma
De los 84 objetos estudiados, cuatro son bifaces, uno concretamente cumple todos los estándares clásicos. El bifaz es una piedra tallada con dos filos que convergen en un extremo apuntado. “Podemos afirmar que se trata de la herramienta más exigente a nivel técnico y formal”, explica Sánchez.
Junto a la descripción de los objetos líticos, el equipo investigador ha tratado de responder a la pregunta sobre cómo pudieron ser utilizadas estas herramientas y si su uso condicionó su forma o viceversa. El equipo científico ha divido los objetos en tres grandes grupos en función de cómo pudieron ser empleados: los que apoyan el filo sobre la materia a transformar, como los actuales cuchillos; los que dejan caer el filo para trocear por golpeó, como un hacha; y aquellos que emplean ambas acciones.
El Achelense
El Achelense es el fenómeno tecnológico de más éxito adaptativo dentro de la evolución del ser humano, pues pervive en el registro arqueológico durante más de 1,5 millones de años, desde hace 1,7 millones de años a 200.000 años del tiempo actual. Se expande por África y Eurosasia, conforme los continentes son colonizados, y diferentes especies de homínidos lo desarrollan. El origen del Achelense alumbra la aparición de un comportamiento complejo, asociado a nuevas y avanzadas competencias cognitivas, comunicativas, sociales y económicas.
Las primeras evidencias de este trascendental cambio tecnológico, datadas hace 1,7 millones de años, han sido encontradas en tres yacimientos del Este de África: FLK West, en Olduvai (Tanzania), Kokiselei 4 (Kenia) y Konso Gardula A6-1 (Etiopia). De estos tres yacimientos, el tanzano ha proporcionado las evidencias más sólidas, abundantes y mejor contextualizadas que hacen de este yacimiento un lugar excepcional para conocer el origen del Achelense.
Bibliografía
Policarpo Sánchez Yustos, Fernando Díez Martín, Manuel Domínguez Rodrigo, Javier Duque, Cristina Fraile, Isabel Díaz, Sara de Francisco, Enrique Baquedano, Audax Mabulla, ‘The Origin of the Acheulean. Techno-functional Study of the FLK West Lithic Record (Olduvai, Tanzania)’, PLOS ONE (2017).