07, JULIO,2014/ CONCEPCIÓN.
Las empresas generadoras transportan la energía con una potencia de 220 mil y 500 mil volts hasta las Subestaciones de Enlace de las empresas distribuidoras, ahí es transformada y baja a 110 mil voltios.
Desde las Subestaciones de Enlace la energía es transportada por una red de Líneas de Alta Tensión a otras subestaciones, llamadas Receptoras.La imagen corresponde a la subestación Andalien de Concepción. Foto : VÍCTOR SALAZAR M./ AGENCIAUNO.

La aplicación de inteligencia artificial mejora la eficiencia de las energías renovables

La Universidad de Valladolid estudia la medición inteligente de redes eléctricas. Investigadores de Ingenierías Agrarias de Soria publican un artículo en la revista Applied Sciences

Investigadores de la Escuela Universitaria de Ingeniería de la Industria Forestal, Agronómica y de la Bioenergía Soria de la Universidad de Valladolid (Uva) estudian la medición inteligente en redes eléctricas. Aplicar la inteligencia artificial al sistema eléctrico es de gran importancia para aprovechar el potencial de las energías renovables y para hacer viable el nuevo modelo de generación distribuida, con muchas más puntos de producción de energía, que comienza a ser una realidad.

En colaboración con la Universidad del País Vasco y con el Centro de Desarrollo de Energías Renovables (CEDER), ubicado en la localidad soriana de Lubia y adscrito al Departamento de Energía del CIEMAT, el profesor Luis Hernández Callejo ha publicado un artículo en la revista científica Applied Sciences que repasa la situación actual y las tendencias en este campo, que aspira a integrar la inteligencia artificial en las redes eléctricas para lograr una mayor eficiencia.

El modelo eléctrico clásico se basa en puntos de generación alejados del consumidor, centrales de gran potencia que pueden estar a cientos de kilómetros, de manera que en el transporte se registran importantes pérdidas para el sistema. Frente a este modelo, la generación distribuida consiste en muchos más puntos de producción, más cercanos al consumidor y de menor potencia, un sistema adecuado para aprovechar los recursos locales como el sol o el viento y que en teoría debería registrar menos pérdidas y ser más eficiente.

Este nuevo paradigma está directamente relacionado con el surgimiento de las energías renovables y la posibilidad de contar con pequeñas microrredes autogestionadas localmente. Sin embargo, “tener más puntos de generación complica la gestión y la monitorización”, explica Luis Hernández. Además, otra cuestión por resolver es el almacenamiento de energía en este sistema. En un futuro se espera poder realizar una “gestión activa de la demanda” que pueda optimizar la producción y distribución de electricidad.

En cualquier caso, el primer paso es medir correctamente lo que sucede en el sistema eléctrico. Por eso, el objetivo de este trabajo era analizar el estado del arte centrándose en la medición inteligente o smart metering y los proyectos que existen en este ámbito. Tal y como han comprobado los investigadores, la mayoría de las compañías utilizan la tecnología Power Line Communications (PLC), que permite aprovechar la red eléctrica para transmitir datos.

Por el momento, de acuerdo con los resultados del estudio, la mayoría de las empresas se están limitando a utilizar los medidores para tareas de facturación, pero las posibilidades son mucho más amplias. “Está previsto que sirvan para muchas más tareas, como el control de la generación y el almacenamiento distribuido, ya que esta tecnología puede dar órdenes relacionadas con los precios para reducir costes”, apunta el experto. “Las telecomunicaciones han invadido el sistema eléctrico pero los cambios son lentos”, agrega.

En la actualidad, se registran muchos picos en la curva de la demanda de energía eléctrica en función de circunstancias puntuales que complican y encarecen la producción. Abaratar el mercado supone un gran reto tecnológico que se puede abordar por medio de la inteligencia artificial, que realice una previsión de la demanda y una programación de la misma, enviando órdenes a los distintos elementos involucrados en la red.

Consumidores y productores

El modelo se encamina hacia una fusión del consumidor y del productor, lo que ya ha generado un nuevo término, prosumidor o prosumer, una bidireccionalidad que se aplica en éste y en otros campos de la economía. Un mismo punto genera y consume energía y mantiene a la red constantemente informada.

Para estudiar todas estas cuestiones, la Universidad de Valladolid y el CIEMAT (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), del Ministerio de Economía y Competitividad, han creado una unidad mixta de investigación. Esta unión permitirá que los investigadores profundicen en un campo complejo de la tecnología, pero que tiene una aplicación real e inmediata.

El futuro en este ámbito de trabajo es prometedor y las compañías eléctricas necesitan apoyarse, cada vez más, en expertos en informática y telecomunicaciones. De hecho, “las ciudades inteligentes se sustentan en la eficiencia energética, en hacer lo mismo con menos recursos y para ello son necesarias las redes inteligentes”, afirma Luis Hernández. Además, la investigación debe comenzar, precisamente, por la medición: “No se puede conseguir una mayor eficiencia si no somos capaces de medirla”, asegura.

Acuerdo con dos universidades colombianas

A este respecto, durante 2017, el responsable del grupo de investigación ha firmado un acuerdo marco con la Pontificia Universidad Javeriana de Cali y la Universidad del Valle, ambas en Cali (Colombia), para la integración de estas fuentes renovables y redes eléctricas.

 

Bibliografía

Noelia Uribe-Pérez, Luis Hernández, David de la Vega and Itziar Angulo. State of the Art and Trends Review of Smart Metering in Electricity Grids. Applied Sciences. 2016, 6(3), 68; doi:10.3390/app6030068

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